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642 especies disponibles 642 species available
Abejaruco europeo
Merops apiaster
El abejaruco europeo es una las aves más vistosas de nuestra fauna. Tal y como su nombre indica, se trata de un especialista en el consumo de abejas, aunque también se alimenta de otros insectos voladores. Aparte de por su colorido, uno de los más llamativos de las aves europeas, resulta muy fácil de reconocer por su característico reclamo, que emite constantemente mientras vuela y que puede ser oído desde largas distancias.
Abejaruco persa
Merops persicus
El abejaruco persa, de la talla del abejaruco europeo, es sin embargo predominantemente verde y posee rectrices centrales que se proyectan más. Por otra parte, tiene la cara de un vivo color azul, la garganta rojiza en lugar de amarilla, y el lado inferior de las alas castaño vivo. Los jóvenes resultan más apagados y sólo presentan un rudimento de prolongación de la cola.
Abejero europeo
Pernis apivorus
Estrechamente ligado a áreas boscosas, el abejero es una rapaz estival en nuestro país, que realiza largas singladuras hasta alcanzar el continente africano, donde inverna, para lo que necesita antes canalizar su migración a través del estrecho de Gibraltar, donde se concentra en gran número. Las adaptaciones a sus curiosas preferencias alimentarias (avispas, abejorros) lo llevan a sincronizar su ciclo reproductor y migración con el periodo de mayor abundancia de estas singulares presas para una rapaz.
Abubilla común
Upupa epops
Se trata de una de las aves más populares de la España mediterránea, muy abundante en las dehesas de la mitad meridional. Su característico reclamo, su llamativo penacho de plumas y su vuelo errático y ondulante la hacen fácilmente reconocible. Pese a ser una especie migradora transahariana, parte de la población reside todo el año en las regiones peninsulares más cálidas, así como en Baleares y Canarias, territorios que también acogen individuos europeos invernantes.
Acentor alpino
Prunella collaris
Este típico pájaro de alta montaña puede vivir hasta en las cumbres más elevadas de Pirineos o Sierra Nevada, altitudes a las que se aventuran muy pocas especies. Frecuenta los principales macizos montañosos, aunque es más abundante en Pirineos y Picos de Europa. Suele acercarse a refugios y estaciones de esquí, donde se muestra muy confiado ante la presencia humana.
Acentor común
Prunella modularis
Ave frecuente en zonas de montaña con abundancia de matorral y de sotobosque. En la mitad norte peninsular aparece en ambientes más diversos, pero en el sur se restringe a los sistemas montañosos. España alberga una población residente, a la que se unen en invierno acentores europeos pertenecientes a otra subespecie.
Agachadiza chica
Lymnocryptes minimus
Esta pequeña limícola, de críptico plumaje y hábitos muy recatados, es uno de los más esquivos y desconocidos habitantes de nuestros humedales y áreas encharcables, donde se instala a lo largo del invierno y durante los pasos migratorios.
Agachadiza común
Gallinago gallinago
Ave limícola muy esquiva y discreta, y una de las pocas especies de este grupo que crían en nuestro país, aunque lo hace de forma muy escasa y en unos pocos enclaves. Mucho más numerosa y repartida aparece durante los pasos migratorios y la invernada, cuando puede encontrarse en una gran variedad de humedales, tanto costeros como del interior.
Agachadiza de Wilson
Gallinago delicata
Datos insuficientes.
Agachadiza real
Gallinago media
La agachadiza real es la mayor de las agachadizas europeas. Se diferencia de las agachadizas común y chica, entre otras cosas, por tener un pico de longitud intermedia, el vientre barrado y filas de motas blancas sobre las coberteras alares. Además, al echar a volar exhibe mucho blanco en la cola (rectrices externas), y luego se mueve a baja altura, en línea recta y normalmente solo durante un corto trecho.
Agateador euroasiático
Certhia familiaris
Pequeña ave insectívora, escasa y restringida a los bosques alpinos de las montañas de la mitad norte peninsular. Resulta esquiva y poco conspicua por su coloración críptica, difícil de apreciar contra la corteza de los troncos, sobre los que suele pasar gran parte del día.
Agateador europeo
Certhia brachydactyla
Se trata de un pajarillo frecuente en nuestros bosques e incluso en nuestros parques, aunque no resulta fácil de observar. Su plumaje, de tonalidades marrones, es muy críptico, y, como además permanece mucho tiempo recorriendo los troncos de los árboles en busca de alimento, donde se camufla muy bien entre las cortezas, pasa muy inadvertido. Es mucho más fácil de detectar por su reclamo, integrado por unos profundos piídos.
Águila calzada
Hieraaetus pennatus
Las áreas forestales y parcialmente arboladas de nuestro país, en particular las regiones del centro y el oeste de la Península, cuentan con la mayor población europea de una rapaz viajera, de vuelo ágil y aspecto estilizado, que se alimenta sobre todo de aves medianas, conejos y lagartos. Se trata del águila calzada, un ave que puede presentar dos fases de coloración muy diferentes y que, al contrario que otras rapaces, parece mantener poblaciones estables o en ligero aumento.
Águila esteparia
Aquila nipalensis
Águila de tamaño grande, ligeramente mayor que las águilas moteada y pomerana con las que podría confundirse por su coloración marrón oscura. Puede diferenciarse de estas por sus narinas ovaladas en lugar de redondas, cabeza y cuello más prominentes y calzas más anchas. Los adultos presentan barras gruesas y espaciadas en las rectrices y rémiges y una banda terminal oscura bastante visible. Las primarias más externas («dedos») son bastante oscuras, al igual que las manchas carpales. Los ejemplares inmaduros de águila esteparia son más claros, en las alas tienen una banda media blanca bastante ancha y otra terminal también blanca, las cuales van desapareciendo con la edad.
Águila imperial ibérica
Aquila adalberti
Endémica de la Península, se trata de una de las aves más emblemáticas y amenazadas de nuestra fauna, que estuvo al borde de la extinción, aunque se ha venido recuperando en las últimas décadas. Habita en el centrosuroeste peninsular, fundamentalmente en sierras con extensas formaciones de monte mediterráneo y, en menor medida, en pinares del Sistema Central.
Águila imperial oriental
Aquila heliaca
El águila imperial oriental es grande y muy similar a la imperial ibérica, considerada hasta hace no mucho como parte de una misma especie. Difiere de esta sobre todo porque los adultos carecen de manchas blancas en el borde del ala, mientras que los jóvenes muestran una coloración muy distinta, con color de fondo crema, en lugar de rojizo, y con numerosas estrías sobre el manto y las coberteras.
Águila moteada
Clanga clanga
El águila moteada es de dimensiones medias, tan solo un poco mayor que la pomerana, aunque más voluminosa y de alas más anchas. También tiene el pico mayor, resulta más oscura, y las coberteras alares no contrastan en vuelo con las rémiges, ya que estas son tan oscuras o más que aquellas. Los adultos, uniformemente oscuros, al volar muestran bajo las alas unos pequeños paréntesis blancos en el carpo (uno a cada lado, mientras que el águila pomerana presenta dos). Los jóvenes, muy negruzcos, poseen llamativas motas blancas distribuidas sobre las coberteras y las escapulares.
Águila perdicera
Aquila fasciata
Entre las grandes águilas, es la más ágil, lo que le permite cazar un gran número de aves de tamaño medio, y también la de coloración más pálida. Está muy asociada a ambientes mediterráneos, y por eso sus poblaciones más importantes se encuentran acantonadas en Extremadura, en las sierras del Levante y en la región oriental andaluza.
Águila pescadora
Pandion haliaetus
Esta rapaz, estrictamente ligada al medio acuático y de alimentación exclusivamente piscívora, está muy extendida a nivel mundial, aunque en nuestro país es una de las aves de presa más escasas. En la segunda mitad del siglo XX la población reproductora en España sufrió una drástica disminución hasta casi la extinción, afortunadamente frenada gracias a las labores de conservación de la especie. En invierno nuestro territorio recibe numerosos contingentes procedentes de latitudes norteñas y durante los pasos migratorios es posible observarla también en humedales de interior.
Águila pomerana
Clanga pomarina
El águila pomerana tiene un tamaño mediano y plumaje pardo oscuro uniforme en los adultos. Se parece al águila moteada, con la que a veces llega a emparejarse y producir descendencia híbrida, pero es menos oscura, más pequeña y con el pico más reducido. En vuelo se distingue sobre todo por tener las coberteras alares más claras que las plumas de vuelo y no al revés. Los jóvenes presentan una pequeña zona rojiza en la nuca y motas blancas en los extremos de las coberteras alares, aunque no tan llamativas como en los jóvenes de águila moteada.
Águila real
Aquila chrysaetos
La real es la más poderosa de nuestras águilas y una de las aves de presa más extendidas a escala mundial. En España está extendida únicamente por la Península, donde ocupa la mayor parte de las áreas montañosas o de relieve quebrado y montuoso. Es una rapaz esencialmente rupícola, que instala casi siempre sus nidos en cantiles rocosos, aunque en ocasiones también lo hace en árboles. Su dieta es muy variada, e incluye una gran variedad de mamíferos, aves e incluso reptiles, y también carroña.
Águila volatinera
Terathopius ecaudatus
El águila volatinera es fácilmente identificable por algunos de sus peculiares rasgos. Tiene las alas muy largas, con extremos externos proporcionalmente muy estrechos pero digitados. Su cola es inusualmente corta, tanto que en vuelo los pies sobresalen llamativamente. Los adultos tienen el pico anaranjado y la cara desnuda roja que contrasta con la cabeza muy oscura. Sus patas también son rojas. El dorso es de color castaño y las escapulares son marrón claro El macho adulto tiene las rémiges de color negro mientras que en la hembra son blancas con el extremo negro. Los subadultos son marrones, con las patas con la piel facial azul verdoso.
Aguilucho cenizo
Circus pygargus
Pocas rapaces hay tan ligadas a las actividades humanas como el grácil aguilucho cenizo, una especie que, en nuestro territorio, depende estrechamente de las grandes extensiones cultivadas de trigo y cebada, donde, a falta de los grandes herbazales que conforman en otros lugares su hábitat predilecto, instala los nidos. A cambio de alojarse en los cultivos del hombre, el aguilucho cenizo elimina ingentes cantidades de topillos, ratones, langostas y aves granívoras, que constituyen sus presas habituales.
Aguilucho lagunero occidental
Circus aeruginosus
La figura ingrávida del aguilucho lagunero patrullando incansablemente sobre carrizales y marjales se convirtió en una imagen bastante poco frecuente hace algunas décadas, cuando la transformación de los humedales y la persecución directa redujeron a poco más de 200 las parejas de estas rapaces. Actualmente, la población española se recupera lentamente, aunque está lejos de alcanzar la de otros países europeos, donde este aguilucho resulta más abundante.
Aguilucho pálido
Circus cyaneus
El aguilucho pálido es una rapaz propia de las latitudes templadas y frías del Holártico que, en nuestro país, se reproduce en espesos tojales, carrizales y brezales del norte peninsular, aunque, en invierno, su imagen liviana patrullando sobre los inmensos campos de cereales, vegas y humedales de numerosas localidades españolas es algo bastante habitual. Desde hace algunos años son numerosas las parejas de esta especie que se han asentado en las llanuras cerealistas del centro de la Península, donde comparten hábitat con su cercano pariente el aguilucho cenizo.
Aguilucho papialbo
Circus macrourus
El aguilucho papialbo ha dejado de considerarse un ave ocasional en España, y cada vez es menos infrecuente verlo durante sus migraciones prenupciales surcar los cielos peninsulares, lo que sugiere el posible establecimiento de una nueva ruta migratoria para la especie. Existen registros de individuos que, de manera puntual, hacen aquí la invernada, así como de su hibridación ocasional con aguiluchos cenizos.
Aguja colinegra
Limosa limosa
La aguja colinegra, con su considerable tamaño y su largo pico, es una de las limícolas más fácilmente identificables, salvo una posible confusión con la aguja colipinta. Se trata de una especie fundamentalmente invernante que también resulta bastante común durante la migración. Tanto en una época como en la otra, ocupa marismas, saladares, arrozales, humedales interiores y estuarios. Se han registrado algunas reproducciones esporádicas en diferentes regiones de la Península.
Aguja colipinta
Limosa lapponica
Más costera que su pariente la colinegra, la aguja colipinta es un ave migradora que en nuestro territorio aparece sobre todo a lo largo de los pasos migratorios y, con mucha menor frecuencia, durante el periodo invernal. Ocupa entonces playas, estuarios, marismas y aguazales costeros de la fachada cántabro-atlántica de la Península, en los que encuentra un abundante surtido de los gusanos, insectos, crustáceos y pequeños moluscos que habitualmente componen su dieta.
Agujeta escolopácea
Limnodromus scolopaceus
Las agujetas (género Limnodromus) son limícolas de aspecto intermedio entre las agachadizas (género Gallinago) y las agujas (género Limosa), y cuentan con dos especies americanas que llegan como divagantes a Europa: la agujeta gris (L. griseus) y la escolopácea (en Asia central hay una tercera especie, la agujeta asiática, L. semipalmatus). La agujeta gris y la escolopácea se parecen muchísimo, aunque la segunda tiene un pico más largo, posee terciarias sin marcas, y al volar emite un reclamo de una sola nota (doble o triple en la agujeta gris).
Agujeta gris
Limnodromus griseus
Datos insuficientes.
Albatros ojeroso
Thalassarche melanophris
El albatros ojeroso es un ave marina grande y, sin embargo, de tamaño mediano entre los albatros. Recuerda al fulmar boreal, aunque es mucho mayor y con las alas proporcionalmente más largas. Los adultos presentan la cabeza blanca, el pico amarillo y una pequeña lista ocular negra (“ojera”), y en la parte inferior del ala tienen una porción central blanca limitada por dos bandas negras, siendo la anterior mucho más ancha que la posterior. Los inmaduros no se distinguen fácilmente de los de otros albatros.
Albatros picofino
Thalassarche chlororhynchos
El albatros picofino es un ave marina de gran tamaño, pero más bien pequeña entre los albatros. Desde luego menor que el albatros ojeroso, el otro miembro de la familia Diomedeidae que puede verse muy ocasionalmente en España. Tiene el pico grande y estrecho, negro con una llamativa franja amarilla en el culmen, de donde toma su nombre científico (T. chlororhynchos , pico amarillo). La franja amarilla no llega a la base del pico, y en la punta se convierte en naranja rosado. Su cabeza, manto y partes inferiores son blancas, a veces progresivamente grisáceas hacia la nuca y el dorso, que contrastan con las alas plegadas de color gris oscuro. En vuelo muestra sus largas y estrechas alas, blancas en su parte inferior, orladas de gris oscuro en ambos bordes de ataque y de fuga, siendo mucho más estrecha la franja posterior. Ambas bandas se ensanchan en los extremos Sin dimorfismo sexual patente, los machos son en promedio ligeramente mayores. El juvenil tiene la parte dorsal del cuello de color gris, mancha gris delante de los ojos que recuerda a la del albatros ojeroso, y el pico de un negro más apagado, con un aclaramiento en el culmen que evolucionará hacia la franja amarilla de los adultos.
Alca común
Alca torda
A pesar de no reproducirse en el litoral español, el alca común resulta el álcido más frecuente en nuestro país a lo largo de la invernada, época en la que un buen número de ejemplares jóvenes e inmaduros permanecen cerca de las costas atlánticas y mediterráneas, a las que acuden hacia el mes de octubre y abandonan en marzo.
Alcaraván común
Burhinus oedicnemus
Aunque emparentado con los limícolas, el alcaraván común es un ave esteparia bastante extendida en España, pero que no resulta fácil de observar debido a sus colores discretos y a sus hábitos esquivos y nocturnos. Sin embargo, durante la época de cría se detecta con menos dificultad por su característico e inconfundible reclamo, que emite en horas crepusculares. Ocupa una amplia variedad de hábitats abiertos en la España de clima más seco, ya sean eriales, estepas, arenales o tierras agrícolas.
Alcatraz atlántico
Morus bassanus
El alcatraz atlántico es un ave marina de gran envergadura (una de las mayores de cuantas frecuentan nuestras costas), cuerpo alargado y esbelto y vuelo poderoso, que se alimenta sobre todo de peces de mediano tamaño a los que captura tras un espectacular picado. Tras reproducirse en nutridas colonias situadas principalmente en las islas Británicas y Escandinavia, estas aves emprenden la migración posnupcial que les llevará hasta el golfo de Guinea. Aunque no cría en España, resulta una especie habitual durante los pasos migratorios.
Alcaudón chico
Lanius minor
Por su coloración parece una réplica del alcaudón real, aunque en tamaño más pequeño. Se trata de una especie insectívora de ambientes abiertos, que puede considerarse como una de las aves más escasas de la fauna ibérica, por lo que en nuestro país está catalogada En peligro crítico. Su distribución aparece muy localizada en enclaves dispersos de Aragón y Cataluña.
Alcaudón común
Lanius senator
El alcaudón común es un ave propia de los paisajes mediterráneos abiertos con arbolado y matorrales dispersos, que alcanza sus mayores densidades en las dehesas de encinas y alcornoques del centro y oeste de la Península, donde se comporta como una especie estival. A pesar de tratarse de un ave relativamente común en numerosas regiones, sus poblaciones han experimentado durante las últimas décadas un cierto declive, como consecuencia de las transformaciones sufridas en el medio rural.
Alcaudón dorsirrojo
Lanius collurio
El pequeño y grácil alcaudón dorsirrojo es un habitante característico de las campiñas del tercio norte peninsular, donde frecuenta setos, bardales espinosos y lindes de bosque. Se trata de una especie estival en nuestro territorio, donde se reproduce bastante tardíamente, pues las puestas tienen lugar entre mayo y junio, y tras una larga y compleja migración desde sus áreas de invernada en África oriental y del sur.
Alcaudón isabel
Lanius isabellinus
El alcaudón isabel posee un tamaño y una estructura similares a los del alcaudón dorsirrojo, del que antes se consideraba como una simple subespecie. Al igual que aquel, presenta un antifaz negro, desvaído en las aves de primer año, pero exhibe coloración general arenosa, con las partes dorsales algo grisáceas y la cola rojiza. Las aves de las poblaciones más occidentales tienen una pequeña mancha blanca en el ala, en la base de las primarias.
Alcaudón norteño
Lanius excubitor
El alcaudón norteño tiene un aspecto muy similar al real, pero coincidiendo ambas especies geográficamente tan solo en el archipiélago canario y algunos puntos del norte africano. La parte ventral del alcaudón norteño es completamente blanca, a diferencia del tono rosado que presenta el real.
Alcaudón núbico
Lanius nubicus
El alcaudón núbico es comparativamente pequeño y colilargo en relación a otros alcaudones, con frente blanca, píleo negro, rabadilla negra y escapulares blancas. En conjunto tiene un aspecto blanquinegro, con tonos anaranjados en los flancos, más intensos en los machos. Las hembras resultan en general más apagadas y poseen el dorso de color gris oscuro en lugar de negro.
Alcaudón pardo
Lanius cristatus
El alcaudón pardo recuerda al alcaudón dorsirrojo, especie con la que muy raramente hibrida, siendo el dorsirrojo ligeramente menor. El pardo tiene la cabeza y el pico más robustos y la cola más larga y esbelta. El macho reproductor de la subespecie nominal tiene las partes superiores pardas, con el píleo rojizo (frente al gris azulado del dorsirrojo). Su listas superciliares blancas se unen en la frente, siendo apenas perceptibles en el alcaudón dorsirrojo. Las partes inferiores son amarillentas, mientras que en el dorsirrojo son rosáceas La hembra es muy similar al macho, a veces con las partes inferiores vermiculadas. Los inmaduros de alcaudón pardo son aún más parecidos a los de dorsirrojo, siendo los rasgos más diferenciadores las cejas más evidentes, el pico más robusto y la cola más larga, estrecha y escalonada.
Alcaudón real
Lanius meridionalis
Es el alcaudón de mayor tamaño presente en la Península. Podría decirse que tiene un pico más propio de rapaz, pero posee patas de paseriforme. Es sedentario y frecuente en ambientes abiertos de toda la España mediterránea. Suele observarse posado en cables, postes o partes altas de arbustos, oteando en busca de insectos, pequeños mamíferos y reptiles, a los que en muchos casos empala en arbustos pinchudos o en vallas con alambre de espino.
Alcotán europeo
Falco subbuteo
De los halcones ampliamente distribuidos por nuestro territorio, el alcotán es el más escaso. Similar a un gran vencejo en vuelo, el adulto se ve muy oscuro y con la mejilla pálida. Ocupa zonas forestales y abunda más en la mitad norte. La reproducción resulta tardía, de forma que el periodo de cría de los pollos coincide con una gran abundancia de insectos y con el paso migratorio de pequeñas aves a mediados del verano.
Alimoche común
Neophron percnopterus
Antaño frecuente en los más variados rincones del territorio español, el alimoche ha sufrido como pocas especies un severo retroceso poblacional que, en unas décadas, ha dejado a la rapaz en una peligrosa situación. La pérdida de recursos alimentarios y una incomprensible persecución por parte de ganaderos y cazadores están en el origen del problema, sobre todo porque este mediano carroñero resulta particularmente sensible al efecto de los venenos ilegales, que están siendo sembrados últimamente en nuestros campos por unos pocos irresponsables.
Alimoche sombrío
Necrosyrtes monachus
El alimoche sombrío es un pequeño buitre parecido al alimoche común en cuanto a tamaño y proporciones, pero de color uniformemente pardo. Se diferencia de los inmaduros del alimoche común entre otras cosas por su cola, más corta y casi cuadrada, y también por tener peladas las partes posteriores de la cabeza y el cuello. La cara es rosa en los adultos y gris azulada en los jóvenes.
Alondra común
Alauda arvensis
Aláudido típico, común y bien distribuido por las latitudes templadas de Europa y Asia. En España ocupa de forma continua la mitad norte peninsular, donde resulta común en zonas desarboladas, como páramos, pastizales, cultivos de cereal, saladares y formaciones de matorral bajo (tomillares, cantuesales, brezales…), tanto en cotas bajas como en áreas de montaña.
Alondra cornuda
Eremophila alpestris
La alondra cornuda, ligeramente menor que la alondra común, presenta un diseño facial muy característico (sobre fondo amarillo en las subespecies de Europa y Marruecos), y en el píleo tiene unas plumitas negras alargadas a modo de cuernos, no siempre fáciles de ver, más cortas en las hembras y ausentes en los jóvenes y las hembras de primer invierno. Se parece a la alondra sahariana (Eremophila bilopha), aunque esta es más pequeña, de color arenoso, con las puntas de las alas negras, las terciarias rojizas y el fondo de la cara de color blanco puro.
Alondra ibis
Alaemon alaudipes
La alondra ibis es un ave muy estilizada, con cola, patas y pico largos, este último fino y algo curvo. De colorido general muy pálido y uniforme, de ave de desierto, muestra al volar unas grandes alas, negras en la parte distal y blancas en la proximal. Además presenta un moteado negro en la parte alta del pecho y marcas en la cabeza, que incluyen una lista superciliar blanca y una bigotera negra.
Alondra ricotí
Chersophilus duponti
Pequeño y estilizado aláudido, restringido a la Península Ibérica y el norte de África. Se trata de un representante típico de la avifauna ligada a las estepas de matorral bajo, donde puede resultar localmente común. La población ibérica se encuentra en regresión y muy fragmentada, con sus principales núcleos en las parameras del Sistema Ibérico y en la depresión del Ebro.
Alondra totovía
Lullula arborea
Aláudido rechoncho, de distribución restringida a Europa, Oriente Próximo y el noroeste de África. Está ampliamente repartido por toda la Península Ibérica, aunque escasea o falta en algunas zonas cantábricas, la depresión del Ebro y el sureste. Ocupa medios abiertos con árboles o arbustos dispersos, y posee buenas densidades en dehesas y bosques aclarados.
Alzacola rojizo
Cercotrichas galactotes
Ave insectívora fácil de identificar por su larga y rojiza cola, que sacude y despliega constantemente. En nuestro país solo aparece durante la época reproductora, en cultivos leñosos de la mitad sur, en áreas de clima seco y cálido. Tiene la costumbre de deambular por el suelo y por las zonas bajas de arbustos y matorrales.
Ampelis europeo
Bombycilla garrulus
El ampelis europeo, de tamaño y estructura parecidos a los de los estorninos, exhibe una coloración general grisácea, de tonos vinosos, con una estrecha máscara ocular negra y un babero también negro y muy contrastado, que recuerda al del picogordo. De cerca destacan una ancha cresta, una banda amarilla en el extremo de la cola que resulta mayor en los machos y unas puntas de las primarias de bordes amarillos, también más destacadas en los machos.
Ánade azulón
Anas platyrhynchos
Esta anátida de amplia distribución mundial es también la más común en nuestro país, donde cuenta con una numerosa población de individuos reproductores, a los que se unen importantes efectivos procedentes de otros países europeos durante la invernada. Se trata de un pato generalista, capaz de instalarse en una gran variedad de humedales, desde embalses o marismas hasta estanques en parques o jardines.
Ánade friso
Mareca strepera
De coloración grisácea bastante uniforme en los machos, y parduzca en las hembras, el rasgo más distintivo del ánade friso en ambos sexos es un conspicuo espejuelo blanco, muy visible tanto en vuelo como cuando están posados o nadan en el agua. Se trata de una anátida ampliamente distribuida, que se reproduce con densidades variables en diversas regiones de España, donde además se acoge durante la invernada a un importante contingente de aves procedentes del centro y norte de Europa.
Ánade rabudo
Anas acuta
Una de las anátidas más bellas de cuantas podemos observar en nuestros humedales, inconfundible gracias a su esbelta silueta, en la que destacan su largo cuello y las largas plumas centrales de la cola. Especie muy escasa durante el periodo reproductor en España, resulta, sin embargo, relativamente abundante en la invernada, cuando ocupa de manera preferente hábitats costeros o zonas húmedas próximas al litoral.
Ánade sombrío
Anas rubripes
El ánade sombrío es una especie próxima al ánade azulón, con el que ha hibridado ampliamente en Norteamérica a partir de su introducción tras la colonización europea. De proporciones y tamaño similares, se caracteriza por tener un cuerpo muy oscuro y una cabeza más clara, de tonos pardos. El espejuelo es violeta y las alas y la cola no muestran blanco en vuelo. En los machos el pico es amarillo y, en las hembras, verdoso.
Andarríos bastardo
Tringa glareola
Se trata de una limícola muy estilizada que se diferencia de otros andarríos por la mayor longitud de sus patas y cuya presencia resulta relativamente frecuente a lo largo de los pasos migratorios, en especial en zonas costeras y humedales someros de la fachada mediterránea y las islas Baleares.
Andarríos chico
Actitis hypoleucos
El andarríos chico es una de nuestras escasas limícolas reproductoras, aunque se trata de una especie no muy común que, además, manifiesta unos requerimientos ambientales muy específicos, pues precisa para instalarse de la presencia de ríos y arroyos de montaña con abundantes guijarros, gravas y orillas arenosas.
Andarríos del Terek
Xenus cinereus
El andarríos del Terek es bastante distintivo, gracias a su pico largo y ligeramente curvado hacia arriba, y con tamaño similar al del andarríos grande. Presenta partes superiores y pecho grises, con una mancha oscura en el borde anterior del ala (carpo), y partes inferiores muy blancas. Posee pico oscuro (en adultos reproductores) o con parte basal amarillenta, tiene patas variablemente amarillas o anaranjadas, y en vuelo muestra el borde posterior del ala blanquecino.
Andarríos grande
Tringa ochropus
De carácter tímido y huidizo, el andarríos grande,de mayor tamaño y tonalidad más oscura que el andarríos chico, es una de las limícolas más habituales durante el invierno en nuestro país, donde frecuenta todo tipo de aguas interiores, desde arroyos y ríos hasta canales, lagunillas y embalses. Normalmente, se la observa en solitario o en reducidos grupos mientras prospecta nerviosamente el fango y las aguas someras a la búsqueda de invertebrados.
Andarríos maculado
Actitis macularius
El andarríos maculado se parece mucho al andarríos chico en tamaño, proporciones y actitudes. Los adultos reproductores muestran gruesos lunares negros en las partes ventrales, pero los adultos no reproductores y los jóvenes tienen plumajes también muy similares a los de dicha especie. Como rasgos distintivos del andarríos maculado cabe citar su cola más corta (en reposo no se proyecta tanto bajo las alas como la de su pariente), los bordes de las terciarias lisos (con un dibujo de muescas en el caso del andarríos chico), las patas más claras (amarillentas en los jóvenes) y el hecho de que la franja alar tienda a desaparecer hacia la parte interna del ala. Además, ambas especies emiten un reclamo diferente.
Andarríos solitario
Tringa solitaria
El andarríos solitario es un ave muy parecida al andarríos grande, del que se diferencia por ser algo menor y, sobre todo, por tener el obispillo y el centro de la cola negros en lugar de blancos. Por otra parte, los bordes de la cola están fuertemente barrados, la cara inferior de las alas resulta bastante oscura, aunque no tanto como en el andarríos grande, el pico se curva ligeramente hacia abajo, y el anillo ocular, blanco, se marca con nitidez.
Ánsar campestre de la taiga
Anser fabalis
El ánsar campestre de la taiga presenta un plumaje de una tonalidad pardo-grisácea muy oscura. La cabeza y el cuello lucen un color achocolatado, que se va aclarando paulatinamente hacia el pecho y el vientre, de tono blanquecino. A diferencia de las plumas de las alas, que son oscuras y uniformes, las del dorso aparecen orladas de blanco, lo que confiere a dicha zona un aspecto escamoso. El pico, algo más corto y estrecho que el del ánsar común (ganso con el que presenta cierta semejanza), es de color amarillo anaranjado con manchas negras (es precisamente la distribución de estas manchas el rasgo característico que permite distinguir las diferentes especies y subespecies de ánsar campestre). Las patas son también anaranjadas, frente a las rosas del común y el piquicorto. La única diferencia entre machos y hembras radica en el menor tamaño de estas últimas. Los jóvenes, por su parte, se distinguen de los adultos por poseer un dorso más uniforme y la tonalidad de las patas más apagada. El ánsar campestre de la taiga también es similar al ánsar campestre de la tundra (ambos eran considerados la misma especie hasta 2018), aunque algunos rasgos permiten su diferenciación, no sin dificultad. El de la taiga es de mayor tamaño pero comparativamente más esbelto, con la cabeza proporcionalmente más pequeña y el cuello más largo. También el ánsar campestre de la taiga tiene el pico tiene más estilizado.
Ánsar campestre de la tundra
Anser serrirostris
El ánsar campestre de la tundra presenta un plumaje de una tonalidad pardo-grisácea oscura. La cabeza y el cuello lucen un intenso color achocolatado, casi negro, que se va aclarando paulatinamente hacia el pecho y el vientre, de tono blanquecino. A diferencia de las plumas de las alas, que son muy oscuras y uniformes, las del dorso aparecen orladas de blanco, dando un aspecto escamoso El pico, bastante más corto que el del ánsar común, con el que presenta cierta semejanza, es de color amarillo anaranjado con manchas negras (estas manchas son el principal rasgo característico que permite distinguir las diferentes especies y subespecies de ánsar campestre). Las patas son también anaranjadas, frente a las rosas de los ánsares común y piquicorto. Las hembras son algo menores que los machos. Los juveniles se distinguen de los adultos por tener el dorso más uniforme y las patas de un color naranja menos intenso. El ánsar campestre de la tundra es algo menor que el ánsar campestre de la taiga, considerándose conespecíficos hasta 2018. También tiene la cabeza y el cuello más obscuros y este último más corto, haciéndole más parecido al ánsar piquicorto. La diferencia más visible puede estar en el pico, bastante más corto y alto en su base en el caso del ánsar campestre de la tundra y con la mancha naranja mucho más pequeña, salvo excepciones.
Ánsar careto
Anser albifrons
En algunas raras ocasiones, entre los ruidosos grupos de ánsares comunes que frecuentan los humedales del norte peninsular o las marismas del Guadalquivir, se distinguen algunas aves de menor tamaño y, comparadas con sus grandes parientes, bastante oscuras, que pastan y se desplazan al amparo de la bandada. Se trata de ánsares caretos, unas anátidas propias de las altas latitudes del Holártico que, esporádicamente, recalan en nuestras tierras.
Ánsar chico
Anser erythropus
El ánsar chico y el careto son los únicos cuyos adultos muestran una amplia extensión de blanco sobre la frente. El chico se distingue bien por su menor tamaño y porque esta mancha blanca frontal asciende mucho sobre el píleo. De cerca, presenta además un anillo ocular amarillo que sirve para identificarlo. Los jóvenes carecen de dicho anillo, al igual que del área blanca en la frente, pero, con práctica, pueden diferenciarse de otros gansos por su menor tamaño y proporciones más compactas a causa de su cuello corto, cabeza pequeña, pico reducido, etc.
Ánsar común
Anser anser
Es el mayor de los gansos europeos y resulta bastante abundante en nuestro país durante el invierno. En esta época, los cielos de Villafáfila y la laguna de La Nava, las vegas del Guadiana y las marismas del Guadalquivir se ven surcados por multitud de geométricas escuadras de estas vocingleras y grandes aves, las cuales llegan a la Península tras un viaje de miles de kilómetros, huyendo de las bajísimas temperaturas que asolan sus áreas de cría en el norte de Europa.
Ánsar indio
Anser indicus
Del tamaño de un ánsar común, esta especie es originaria de Asia central, donde cría en regiones de elevada altitud. Se desplaza para la invernada al sur del mismo continente. Sin embargo, escapes de colecciones de aves y zoos han ocasionado su presencia en Europa, consiguiendo establecer núcleos naturalizados. En Holanda, ubicación de las más importantes de estas poblaciones en nuestro continente, la especie está sometida a control poblacional.
Ánsar nival
Anser caerulescens
El ánsar nival es un ganso de tamaño medio que presenta dos morfos o fases de coloración, blanca y azul. Los ejemplares blancos son de color níveo en los adultos, salvo las primarias, que son negras, contraste que se hace muy patente en vuelo. Los ejemplares de la fase azul, más raros, sólo tienen blancas la cabeza y la parte alta del cuello, siendo el resto del cuerpo gris pizarra. El pico y las patas son rosas en los adultos y grises en los jóvenes. Estos últimos muestran además, en su fase blanca, algunas manchas grises que salpican la cabeza y el dorso, mientras que en la forma azul son enteramente pizarrosos. Hay que tener en cuenta que las aves de morfo blanco podrían confundirse con otra especie próxima, el ánsar de Ross (Anser rossii), originario también de Norteamérica, que sin embargo es más pequeño y de pico más corto, con la base de color azulado.
Ánsar piquicorto
Anser brachyrhynchus
El piquicorto es un ganso propio de latitudes mucho más norteñas, si bien en nuestro país ha pasado en las últimas décadas a ser considerado como una especie escasa pero regular durante los meses de invernada, ocupando las costas cantábricas y algunos puntos aislados del interior peninsular.
Añapero yanqui
Chordeiles minor
El añapero yanqui recuerda al chotacabras europeo, aunque tiene menor talla, cola ahorquillada y más corta, partes inferiores fuertemente barradas, y una amplia mancha blanquecina o cremosa en la garganta, que falta en los jóvenes.
Arao aliblanco
Cepphus grylle
El arao aliblanco es menor que el arao común y solo algo más grande que el frailecillo atlántico. En plumaje estival se diferencia fácilmente de otros álcidos por su coloración negra, salvo en las alas, que son blancas en buena parte de la cara inferior y poseen unos grandes óvalos, asimismo blancos, en la superior. Los inmaduros y los adultos en plumaje invernal muestran las partes inferiores blancas y las superiores blanquinegras, barradas, por lo que pueden recordar superficialmente a un colimbo, aunque conservan los óvalos blancos de las alas (limpios en los adultos y con motas oscuras en los inmaduros).
Arao común
Uria aalge
Las costas ibéricas constituyeron hasta hace poco tiempo el límite meridional del área de cría del arao común, representante de la familia de los álcidos del que, desafortunadamente, no se recogen evidencias de reproducción en el III Atlas de las aves en época de reproducción en España. La situación por la que especie, que contaba hacia 1990 con 10 parejas criando en España, se considera crítica, especialmente después de la catástrofe del Prestige, que ha dejado su población a las mismas puertas de la extinción como reproductora en nuestro país.
Aratinga cabeciazul
Thectocercus acuticaudatus
La aratinga cabeciazul es una especie exótica originaria de Sudamérica e introducida en España como resultado del tráfico de especies. La suelta no controlada o posibles escapes han permitido su aparición en algunas ciudades como Barcelona, Girona, Tarragona, Valencia, Alicante, Murcia, Málaga, Cádiz, Sevilla o Madrid, habiendo llegado también a los archipiélagos balear y canario.
Aratinga de Guayaquil
Psittacara erythrogenys
La aratinga de Guayaquil es una especie exótica de la familia de los psittacidae. Actualmente, el único núcleo en territorio español se localiza en la ciudad de Valencia, ya que la población de Barcelona parece encontrarse en vías de desaparición.
Aratinga mitrada
Psittacara mitratus
La aratinga mitrada es un ave procedente de América del sur que ha logrado colonizar Barcelona a partir de escapes o liberaciones producidas como consecuencia del tráfico y comercio de aves exóticas. Si bien su presencia es anecdótica en otros puntos del país, en la Ciudad Condal la especie puede ya considerarse como establecida de manera regular.
Aratinga ñanday
Aratinga nenday
La aratinga ñanday reside en España desde 1989, cuando fue observada por primera vez en Tenerife. Desde entonces, como consecuencia del tráfico y comercio de aves y a los consiguientes escapes o liberaciones, la especie ha sido citada en otras ciudades como Valencia, Alicante, Madrid, Vizcaya o Guipúzcoa, si bien solos se tiene constancia de su reproducción en Barcelona y Tenerife.
Archibebe claro
Tringa nebularia
El mayor de los archibebes que habitualmente aparecen en nuestro territorio es una limícola de buen tamaño, largas patas y pico ligeramente curvado hacia arriba, que se caracteriza por presentar una coloración bastante clara, dominada por los tonos blanquecinos y grisáceos. De hábitos marcadamente costeros, el archibebe claro es un ave que frecuenta sobre todo los litorales, aunque se lo puede ver durante los pasos migratorios en diversas localidades del interior.
Archibebe común
Tringa totanus
El archibebe común es una de las pocas aves limícolas que se reproducen, aunque en escaso número, en nuestro territorio, donde ocupa marismas, saladares y humedales interiores. Durante la invernada, España recibe un modesto contingente de ejemplares, procedentes de casi toda Europa occidental. A lo largo de los pasos migratorios, sin embargo, la especie puede considerarse frecuente en numerosas localidades.
Archibebe fino
Tringa stagnatilis
El archibebe fino es una limícola muy estilizada, de formas delicadas y finísimo pico, en cuyo plumaje predominan los colores claros. Se trata de una especie bastante poco común en Europa que, en nuestro territorio, se deja ver durante los pasos migratorios y a lo largo de la invernada, siempre en escaso número, en lagunas litorales, deltas y campos inundados.
Archibebe oscuro
Tringa erythropus
El archibebe oscuro es una de las escasas especies de aves en las que los machos se hacen cargo de la práctica totalidad del peso de la reproducción, ya que las hembras emprenden tempranamente la migración hacia el sur. En nuestro territorio es un ave poco frecuente, que aparece tanto durante los pasos migratorios como a lo largo de la invernada.
Archibebe patigualdo chico
Tringa flavipes
El archibebe patigualdo chico es algo menor que el común y muy estilizado, con largas patas de color amarillo vivo. Se diferencia del archibebe patigualdo grande por su talla, muy inferior, y por su pico, relativamente corto, fino y recto. Los jóvenes del archibebe común tienen también patas amarillas, pero con un matiz anaranjado, son mucho más compactos y muestran un diseño muy característico al volar.
Archibebe patigualdo grande
Tringa melanoleuca
El archibebe patigualdo grande tiene un tamaño próximo al del archibebe claro, al que también recuerda por su pico, largo y algo curvado hacia arriba. Sin embargo, posee patas de color amarillo vivo, no verdes, y dorso gris, en lugar de blanco. El archibebe patigualdo chico es mucho menor y tiene un pico más corto, fino y recto.
Arrendajo euroasiático
Garrulus glandarius
El arrendajo es un córvido de mediano tamaño y hábitos netamente forestales, que se alimenta tanto de invertebrados como de frutas y semillas. Tiene la costumbre de enterrar una parte de los frutos que recolecta, con lo que contribuye a la expansión de las masas forestales. Ruidoso y gregario, este pájaro de vistoso plumaje se extiende por buena parte de las áreas boscosas de nuestro país, alcanzando sus mejores densidades en el norte peninsular.
Autillo europeo
Otus scops
La menor de nuestras rapaces nocturnas es un ave discreta y en general reservada, que suele pasar inadvertida gracias al excelente camuflaje que le proporciona su plumaje, aunque resulta, en cambio, fácil de detectar por su característico canto. De dieta básicamente insectívora, el autillo europeo resulta muy sensible a las transformaciones del hábitat y al uso de plaguicidas.
Avefría coliblanca
Vanellus leucurus
La avefría coliblanca carece de copete y es de color pardo grisáceo claro, pico largo, y patas muy largas y amarillas. No tiene lista superciliar, y su cola es del todo blanca. Al volar exhibe un diseño muy llamativo.
Avefría europea
Vanellus vanellus
Las inconfundibles avefrías se han asociado siempre en las comunidades rurales con la llegada de los días grises y los temporales, el frío y los hielos invernales. Aunque la especie se reproduce escasamente en nuestro territorio, durante la invernada recibimos un cuantioso contingente de aves europeas que ocupan gran diversidad de hábitats abiertos, desde marismas y estuarios a campos de cultivo y pastizales, en los que encuentran los pequeños invertebrados que componen su dieta.
Avefría sociable
Vanellus gregarius
La avefría sociable, similar a una avefría europea, carente de copete y de tono pardo claro, presenta un tamaño ligeramente menor y posee patas más largas, oscuras. En su cabeza destacan una lista superciliar blanca y ancha y otra pileal oscura, negra en los adultos. En vuelo muestra un llamativo diseño tricolor (blanco, negro y gris) en las alas. Tiene la cola blanca, con una franja negra.
Avetorillo común
Ixobrychus minutus
Uno de los habitantes más vistosos y a la vez más enigmáticos y poco conocidos de nuestros humedales es el avetorillo, una minúscula garza de hábitos marcadamente crepusculares, que ocupa cenagales, riberas, embalses, lagunas y marismas con abundante vegetación palustre, en la que instala su nido y por la que se mueve con suma soltura y discreción a la captura de los pequeños vertebrados y grandes insectos que componen su dieta.
Avetorillo plomizo
Ixobrychus sturmii
El avetorillo plomizo es una garza de muy pequeño tamaño y con un plumaje básicamente pizarroso en las partes dorsales, mientras que en las inferiores muestra un color crema, con estrías oscuras. Los jóvenes son más apagados.
Avetoro común
Botaurus stellaris
Es nuestra garza más escasa, esquiva y discreta. Este carácter retraído, junto con su escaso número y su mimético plumaje pardo que la camufla perfectamente en los carrizales donde nidifica, la convierten en una de las aves más difíciles de observar de la fauna ibérica. Más fácil resulta localizarla por su canto, un característico “mugido” que la delata durante las noches primaverales. Los machos se aparean en general con varias hembras, sobre las que recae el peso del resto del proceso reproductor.
Avetoro lentiginoso
Botaurus lentiginosus
El avetoro lentiginoso tiene un aspecto muy parecido al del avetoro común, del que se diferencia entre otras cosas porque el adulto posee bigoteras negras más largas, que descienden por el cuello, así como un píleo pardo en lugar de negruzco, y porque en vuelo presenta un neto contraste entre coberteras alares pálidas y primarias oscuras (no barradas, como en el avetoro común). También posee un tamaño algo menor.
Avión común occidental
Delichon urbicum
Es una golondrina pequeña, compacta y de obispillo blanco. Aunque rupícola en origen, se ha asociado desde antiguo a las construcciones humanas, y ahora habita con gran éxito incluso en las grandes ciudades. Muy gregaria, construye colonias de nidos adosados a edificios. Aunque en nuestro país se trata de una especie migradora y estival, en los últimos años se ha puesto de manifiesto una mínima invernada en el suroeste de España.
Avión roquero
Ptyonoprogne rupestris
Esta discreta golondrina, de tonos pardos y hábitos rupícolas, es la única presente todo el año en España. Nidifica en roquedos, así como en construcciones rurales, sobre todo puentes, y, recientemente, en núcleos urbanos. En invierno se reúne en dormideros, a veces integrados por miles de ejemplares, y desciende de las montañas a costas y humedales. Sus nidos se parecen mucho a los de golondrina común. Su apariencia más habitual es la de un pájaro pardo que vuela, con incesantes idas y venidas, junto a riscos y acantilados.
Avión zapador
Riparia riparia
Es el menor de nuestros aviones y golondrinas. La combinación de pequeño tamaño, color pardo y banda en el pecho resulta clave para identificarlo. Instala sus densas colonias casi exclusivamente en taludes de ríos y graveras, donde excava un túnel en el que nidifica. Escaso en nuestro país como nidificante y sujeto a fluctuaciones, España constituye una zona de paso durante la migración de una parte importante de la muy abundante población europea.
Avoceta común
Recurvirostra avosetta
Esbelta, de patas largas y silueta elegante, la avoceta es una de nuestras limícolas más llamativas, tanto por su coloración como por el curioso pico que luce, uno de los pocos de entre todas las aves que se curvan hacia arriba. Pese a que se trata de una especie sedentaria en nuestro territorio, en España también recibimos un gran número de invernantes, que se instalan preferentemente en marismas, salinas y humedales costeros.
Avutarda euroasiática
Otis tarda
La avutarda es la más voluminosa de las especies de la avifauna ibérica y una de las aves voladoras más pesadas que se conocen. Se trata de un habitante característico de las extensas llanuras cerealistas en las que todavía se practica una agricultura tradicional escasamente intensificada. Los grandes machos se reúnen en unas áreas muy concretas del territorio para desarrollar sus espectaculares paradas nupciales denominadas “ruedas”, durante las cuales realizan un aparatoso cortejo para atraer a las hembras. España alberga la mitad de la población mundial.
Avutarda hubara africana
Chlamydotis undulata
Los áridos y descarnados jables, malpaíses y pedregales de las islas orientales de Canarias constituyen el hábitat de la hubara canaria, una de las más singulares aves de la fauna española, cuya población, amenazada por múltiples problemas, ha disminuido alarmantemente en los últimos años. Especie perfectamente adaptada a la sequedad y a la escasez de recursos de las áreas donde habita, la hubara es un ave omnívora y muy terrestre, cuya población está siendo objeto de diferentes planes de conservación y manejo.
Azor común
Accipiter gentilis
El azor, a pesar de su mediano tamaño, es uno de nuestros más reputados cazadores alados, capaz de dar caza a presas de la envergadura de una liebre. Ave dotada de extraordinarias cualidades predadoras y de una formidable agresividad, el azor fue usado en la práctica de la cetrería. Son precisamente esas grandes cualidades como cazador las que determinaron que, en el pasado reciente, esta rapaz fuese perseguida sin piedad bajo la infundada acusación de causar graves perjuicios a las especies cinegéticas.
Barnacla canadiense chica
Branta hutchinsii
La barnacla canadiense chica fue separada en 2012 como especie independiente de la barnacla canadiense grande (Branta canadensis) De aspecto similar a la canadiense grande, pero tamaño menor, más próximo al de una barnacla cariblanca. Comparte con la grande la cabeza y cuello negros y la gran banda gular blanca, pero el pico es más pequeño, el cuello mucho más corto y la frente más vertical. Tiene también el dorso y las alas de color marrón grisáceo con las plumas con una fina banda terminal clara, siendo de coloración más pálida que la grande. Las patas también son negras y más cortas que en la barnacla canadiense grande
Barnacla canadiense grande
Branta canadensis
La barnacla canadiense grande, recientemente diferenciada como especie de la chica, es una migrante norteamericana que cría en Canadá y norte de Estados Unidos y encuentra su límite meridional durante la invernada en México. Sin embargo, escapes y sueltas deliberadas han permitido que hoy día ocupa Escandinavia, islas británicas y oeste de Europa, llegando como nidificante hasta el suroeste de Francia, cerca de la frontera española.
Barnacla cariblanca
Branta leucopsis
Entre las varias especies de gansos que cuando aprietan los fríos en el norte del continente europeo arriban a nuestras costas y humedales, se encuentra la barnacla cariblanca, un ganso de mediano tamaño y tonos grisáceos, negros y blanquecinos. Ciertos humedales gallegos, las lagunas de Villafáfila y las marismas del Guadalquivir son algunos de los pocos enclaves en los que ocasionalmente se deja ver este habitante de las latitudes árticas.
Barnacla cuellirroja
Branta ruficollis
No disponible
Bengalí rojo
Amandava amandava
El bengalí rojo se ha convertido por derecho propio en nueva especie de la avifauna española, aunque haya sido gracias a la poco recomendable vía de la introducción de aves exóticas. De origen asiático y brillantes colores, como se deduce de su nombre, ha ocupado con éxito un medio nuevo y artificial: los cultivos de regadío. La abundante presencia, en estos ambientes, de agua le permite criar en fechas atípicas para nuestra latitud, siguiendo el ritmo de los monzones de su distribución original.
Bigotudo
Panurus biarmicus
De carácter discreto, el bigotudo se encuentra estrechamente ligado a las masas de vegetación palustre entre las que deambula ágilmente en busca de alimento y de las que depende para instalar sus nidos. La vulnerabilidad de estos ante los depredadores (especialmente ratas) cuando quedan al descubierto con los cambios en los niveles hídricos, se ve compensada con un elevado potencial reproductor, que los lleva a realizar hasta cuatro puestas al año.
Bisbita alpino
Anthus spinoletta
El bisbita alpino es una de las pocas aves españolas adaptadas a la vida en la alta montaña. Dentro de la homogeneidad de los bisbitas, muestra cierta singularidad por su mayor tamaño y por lucir diferentes plumajes en primavera e invierno. Se trata de un migrador de corto alcance, que en los meses fríos abandona la alta montaña para refugiarse en zonas bajas que tienen en común la presencia de agua.
Bisbita arbóreo
Anthus trivialis
Aunque los bisbitas son aves terrestres propias de medios abiertos, el arbóreo medra con éxito en formaciones de árboles y arbustos. Se trata de un típico habitante de las campiñas norteñas que en los años setenta inició una lenta expansión a lo largo del Sistema Central. Muy similar en aspecto a otros congéneres, su potente y melodioso canto y su presencia estival ayudan a identificarlo. Fuera del área de cría de la mitad norte peninsular puede verse en periodos de paso migratorio.
Bisbita caminero
Anthus berthelotii
El bisbita caminero solo está presente en el archipiélago canario, que alberga la mayor población mundial de la especie, y en las islas portuguesas de Madeira y Salvajes. Entre las aves endémicas de Canarias, es la que tiene una distribución más amplia y, salvo en los ambientes forestales densos, resulta muy común y fácil de observar en todos los hábitats, desde el nivel del mar hasta más de 3.000 metros de altitud. Además, se trata del único bisbita que nidifica en Canarias.
Bisbita campestre
Anthus campestris
Los bisbitas forman un grupo diverso de aves adaptadas a medios abiertos, muchas veces áridos, de todo el mundo. Sin embargo, las estepas ibéricas, ricas en otras aves, carecen de bisbitas nidificantes, a excepción del bisbita campestre, una especie común en las estepas continentales y parameras del norte y este de la Península, pero casi ausente en el cuadrante suroeste. De presencia estival, emite un sencillo y repetitivo canto, integrado por dos únicas notas.
Bisbita costero
Anthus petrosus
El bisbita costero fue considerado hasta muy recientemente como una subespecie del bisbita alpino, un hecho que ahora llama la atención, pues se trata de dos especies bastante diferentes, tanto por su aspecto como, sobre todo, por el hábitat que ocupan. Este pájaro resulta muy singular, por ser uno de los pocos endémicos del continente así como quizás el único paseriforme europeo especializado en ambientes litorales. En nuestro país solo se observa en el litoral cantábrico, donde inverna en muy bajo número.
Bisbita de Hodgson
Anthus hodgsoni
El bisbita de Hodgson se parece al bisbita arbóreo, entre otras cosas por su uña posterior relativamente corta y curva, pero tiene el dorso menos estriado, de color verde oliva, y las marcas faciales más contrastadas, las cuales incluyen una lista superciliar blanca muy aparente de color crema por delante del ojo y una mota blanca llamativa situada justo por detrás de las auriculares.
Bisbita de Richard
Anthus richardi
De presencia regular en el oeste de Europa, aunque en muy baja cantidad, en España esta presente de manera regular durante las fechas invernales. Ocupa áreas dispersas en los litorales de Asturias y Galicia, mientras que en el pasado han podido existir otras en puntos de Andalucía, Mallorca y quizás de otras regiones.
Bisbita estepario
Anthus godlewskii
El bisbita estepario es bastante similar al bisbita de Richard, aunque algo menor. Otros rasgos que lo diferencian del Richard: – Pico es más puntiagudo y corto. – Banda alar más marcada, con los centros oscuros de las coberteras medianas bien definidos, pero menos puntiagudos. – Partes inferiores de un blanco más sucio. – Patas más cortas y uña trasera más curva y corta. – Cola más corta.
Bisbita gorjirrojo
Anthus cervinus
El bisbita gorjirrojo es un ave realmente escasa en España, que tan solo se observa en migración, con mayor frecuencia en la mitad oriental. Se trata del único bisbita del mundo con machos y hembras visiblemente diferentes, aunque en ambos destaca la cabeza de color rojizo en plumaje estival. También es el más norteño de los bisbitas, con área de cría en la tundra ártica.
Bisbita pechianteado
Anthus rubescens
El bisbita pechianteado es parecido a los bisbitas alpino y costero, considerados conespecíficos hace unos años. Ligeramente menor que el alpino, el adulto reproductor con pico y bridas similares al pratense, pero se diferencia de éste por tener las estrías del píleo y el dorso apenas visibles, frente a las muy definidas del pratense. Partes inferiores color ante, al que debe su nombre.
Bisbita pratense
Anthus pratensis
El bisbita pratense, antes bisbita común, es un pequeño pájaro de colores muy discretos y de hábitos terrestres y gregarios. En la Península abunda en los meses fríos del año, cuando se convierte en característico de nuestros medios abiertos. Su reproducción en España, citada por vez primera en 1972, es realmente escasa, y hasta años recientes no se ha constatado con cierta regularidad en la Cordillera Cantábrica. El grupo de los bisbitas, por sus plumajes terrosos que los mimetizan con el suelo, es uno de los más complicados a la hora de su identificación.
Búho campestre
Asio flammeus
El búho campestre, a diferencia de otros miembros de su familia, manifiesta hábitos parcialmente diurnos, por lo que no resulta raro verlo patrullar con un vuelo semejante al de las rapaces diurnas sobre marjales, baldíos, junqueras y herbazales, en busca de los pequeños vertebrados de los que se alimenta. De carácter viajero y nómada, las poblaciones reproductoras de este búho de los espacios abiertos han experimentado un considerable aumento en nuestro territorio, como consecuencia, sobre todo, de las explosiones demográficas del topillo campesino (Microtus arvalis).
Búho chico
Asio otus
El más silencioso y retraído de nuestros búhos es también uno de los peor conocidos. De hábitos estrictamente nocturnos y más bien forestales, se trata de una especie ampliamente repartida por nuestro territorio, aunque con desiguales densidades. Durante el invierno recibimos un importante contingente de aves procedentes de altas latitudes del continente europeo que, olvidando su carácter habitualmente esquivo y solitario, suelen agruparse en concurridos dormideros.
Búho desértico
Bubo ascalaphus
Datos insuficientes.
Búho moro
Asio capensis
El búho moro se parece un tanto al búho campestre, pero es algo más pequeño, tiene el pecho y las partes dorsales no estriadas, de color pardo oscuro, y en su disco facial destacan unas grandes manchas oscuras en torno a los ojos.
Búho nival
Bubo scandiacus
Datos insuficientes.
Búho real
Bubo bubo
La más grande de las rapaces nocturnas europeas, el búho real es un formidable depredador capaz de alimentarse de una enorme variedad de presas. De carácter reservado y solitario, puede instalarse en los más diversos hábitats, aunque prefiere las zonas bravías con abundantes roquedales, tajos y cortados. La disminución de su presa fundamental (el conejo), los accidentes con tendidos eléctricos, los atropellos y la caza furtiva constituyen sus principales problemas de conservación.
Buitre dorsiblanco africano
Gyps africanus
El buitre dorsiblanco africano es de aspecto similar al buitre leonado y de tamaño ligeramente menor Debe su nombre al color blanco de la mitad inferior del dorso, siendo también visiblemente blancas las infracoberteras, en contraste con la coloración general marrón oscuro y con la piel de su cuello y cara, de color negro. Los ejemplares inmaduros son más oscuros y con la gorguera desflecada, formada por plumas lanceoladas.
Buitre leonado
Gyps fulvus
Desde que los antiguos pobladores de la Península Ibérica se hicieron ganaderos hasta nuestros días, el buitre leonado ha estado estrechamente ligado a las actividades pastoriles del hombre, realizando una eficaz, aunque a veces incomprendida, labor sanitaria. Neciamente perseguido durante décadas, este carroñero entró en un peligroso declive del que, relajada la presión, se recuperó de forma espectacular, hasta el punto de que, de forma puntual, varias Comunidades Autónomas han participado en planes de reintroducción de la especie en diferentes países donando ejemplares.
Buitre moteado
Gyps rueppelli
Muy parecido a su pariente, el buitre leonado, este carroñero nos visita con cierta regularidad desde el continente africano, donde tiene su núcleo poblacional. Del mismo modo que muchos de los inmaduros de leonado cruzan el estrecho para regresar meses más tarde, ejemplares de buitre moteado hacen el viaje a la inversa, acompañando a sus primos, para volver después a sus colonias de cría. Si bien los registros se concentran especialmente en el sur peninsular, la especie se ha observado por la mayor parte de la geografía española con presencia de buitre leonado.
Buitre negro
Aegypius monachus
Las agrestes serranías del centro y el oeste de la Península, así como las ásperas sierras costeras de Mallorca, son el último refugio de una de las rapaces más sobresalientes de nuestra fauna: el buitre negro, un gigante de casi tres metros de envergadura que conserva en nuestro territorio sus mejores poblaciones de todo el mundo. Se trata de una especie estrictamente forestal que sitúa sus nidos en manchas de bosque mediterráneo y pinares.
Bulbul cafre
Pycnonotus cafer
El bulbul cafre es un ave de jaula popular que ha sido introducida en muchas regiones del mundo, incluidas Australia, Nueva Zelanda, islas en los océanos Índico y Pacífico y los Estados Unidos. En España está presente en la actualidad únicamente en la isla de Fuerteventura (Canarias). La especie está considerada por la UICN entre las 100 peores especies exóticas invasoras del mundo, y a nivel nacional forma parte del Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras.
Bulbul naranjero
Pycnonotus barbatus
Ampliamente distribuido por buena parte del continente africano, donde es un ave muy común, el bulbul naranjero se reproduce, dentro del territorio español, tan solo en la Ciudad Autónoma de Ceuta, si bien de forma extraordinariamente escasa, pues apenas se conoce una decena de parejas.
Bulbul orfeo
Pycnonotus jocosus
El bulbul orfeo es un paseriforme originario del sureste asiático que, como tantas otras especies, ha sido introducido en diferentes rincones del mundo sin tener en cuenta las posibles consecuencias. En la actualidad, la especie está recogida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, con poblaciones en expansión principalmente en la provincia de Valencia tras haberse logrado erradicar de la isla de Tenerife.
Busardo calzado
Buteo lagopus
El busardo calzado se parece al busardo ratonero, aunque posee un tamaño ligeramente mayor, un aspecto más voluminoso y los tarsos emplumados. En cuanto al plumaje, puede confundirse con el busardo ratonero, que es muy variable, aunque el calzado presenta típicamente la parte basal de la cola muy blanca (por arriba y por abajo), áreas oscuras bien definidas en la región de la muñeca (manchas carpales), y un vientre oscuro que contrasta con el resto de las partes inferiores, mayoritariamente blancas. Las hembras adultas suelen lucir un diseño más definido y una sola banda oscura en la cola, mientras que los machos adultos normalmente muestran varias barras. Los jóvenes, más pálidos, exhiben una banda en la cola, como las hembras, pero pálida y difusa.
Busardo moro
Buteo rufinus
El busardo moro, categorizado hasta hace poco como visitante ocasional en España, cuenta con dos subespecies (rufinus y cirtensis). Los distintos hábitos migratorios y/o dispersivos de ambos taxones hacen que la especie se presente en España en prácticamente todas las épocas del año. Los ejemplares del taxón africano cirtensis tienden a hacerlo en el periodo estival, en lo que las poblaciones de la subespecie rufinus suelen alcanzar España en los meses de otoño e invierno, periodo de paso migratorio de este taxón oriental.
Busardo ratonero
Buteo buteo
Probablemente, la clave del éxito de una de las rapaces más abundantes de Europa sea la absoluta falta de especialización en cualquiera de las facetas de su biología. En efecto, el busardo ratonero es un ave acomodaticia, que puede reproducirse satisfactoriamente en infinidad de hábitats y de climas, que preda sobre un espectro amplísimo de la fauna local y que manifiesta una notable tolerancia hacia el hombre y las modificaciones que este impone en el medio.
Buscarla pintoja
Locustella naevia
Si la buscarla unicolor, la otra especie que habita en España de este poco conocido género de pájaros, es más propia de las densas manchas de vegetación palustre de nuestros humedales más mediterráneos, la pintoja es, en cambio, habitante de los herbazales y matorrales de la fresca y húmeda franja costera cantábrica. Al igual que su pariente, la buscarla pintoja es también muy esquiva y resulta mucho más fácil de detectar por su inconfundible canto, que recuerda al sonido chirriante producido por una chicharra o por el rebobinar de un carrete de pesca.
Buscarla unicolor
Locustella luscinioides
La buscarla unicolor es uno de los más raros y escondidizos pájaros que ocupan los carrizales y otras formaciones de vegetación palustre de nuestros mejores humedales. Si a su discreto aspecto se suma su carácter retraído, su detección en los laberintos de carrizo resulta casi una proeza. Como ocurre con muchas de nuestras aves más esquivas, casi la única posibilidad de detectarla la proporciona su canto, que además de muy audible, resulta inconfundible, pues parece más propio de un insecto que de un pájaro.
Calamón común
Porphyrio porphyrio
Hacia la década de los años sesenta del siglo pasado, la destrucción de muchos humedales y la presión cinegética condujeron a una situación muy delicada al calamón común, el más grande y espectacular de los rálidos europeos, que, por aquel entonces, quedó confinado a las marismas del Guadalquivir. Actualmente, y gracias en parte a la protección dispensada a nuestros humedales, a la eliminación de la presión cinegética y a exitosos programas de reintroducción, así como a una sorprendente capacidad de colonización, el llamativo calamón ha consolidado de manera segura sus poblaciones.
Calamoncillo africano
Porphyrio alleni
El calamoncillo africano recuerda al calamón común, pero posee un tamaño mucho menor y tiene un pico más pequeño y grácil, así como un escudo frontal azulado en lugar de rojo. A diferencia del calamoncillo americano, el pico carece de punta amarilla, en tanto que las patas son rojas, no amarillas. Los jóvenes presentan una coloración general crema en las partes inferiores y marrón en las dorsales, donde, además, las plumas muestran bordes pálidos muy definidos, que les otorgan un aspecto escamoso. En los inmaduros se aprecia una mezcla de plumas juveniles y adultas, estas últimas azules o verdes y de aspecto metálico.
Calamoncillo americano
Porphyrio martinicus
El calamoncillo americano tiene el tamaño de la gallineta común, pero su aspecto es más estilizado, y con coloración similar a la del calamón común, aunque con partes dorsales verdosas en lugar de azuladas. Los adultos tienen el pico rojo y con la punta amarilla, como el de la gallineta común, y las patas amarillas. Los jóvenes, parduzcos, no poseen plumas dorsales con el centro oscuro y los bordes claros, a diferencia de los del calamoncillo africano.
Calandria bimaculada
Melanocorypha bimaculata
La calandria bimaculada es similar a la común, aunque de tamaño algo menor. El pico es robusto, con el culmen y punta obscuros, contrastando con la mandíbula inferior amarillenta. El patrón cefálico es muy contrastado, con una ceja blanquecina muy patente junto a una brida oscura y auriculares rojizas, píleo marrón grisáceo con listas oscuras, que se prolongan por el manto. A los lados del cuello tiene sendas manchas oscuras menos destacadas que en la calandría común, que suelen unirse formando un fino collar. En vuelo se aprecia la corta cola con el extremo blanco, alas cortas y trianguladas con la parte inferior grisáceo (negruzco en la calandria común) y la ausencia del borde de fuga blanquecino característico de la calandria común. Ambos sexos son de aspecto similar, siendo la hembra ligeramente más pequeña.
Calandria común
Melanocorypha calandra
La calandria común, como la generalidad de los aláudidos, es un ave de tonos terrosos, característica de las llanuras cerealistas y los ambientes esteparios. Distribuida por la cuenca del Mediterráneo, algunas regiones del este de Europa y el centro de Asia, la Península Ibérica se constituye junto con Rusia en el principal núcleo poblacional de la especie.
Camachuelo carminoso
Carpodacus erythrinus
El camachuelo carminoso, en el caso del macho adulto, se distingue fácilmente por el color rojo de la cabeza, el pecho y la rabadilla, pero las hembras y los jóvenes son pardo-oliváceos y con estrías poco marcadas en el dorso, el pecho y los flancos, por lo que recuerdan vagamente a hembras de gorriones o escribanos. La especie tiene el pico corto y robusto, de fringílido, la cabeza sin marcas evidentes, dos bandas alares (más patentes y con tono gamuza en los jóvenes), y carece de blanco en la cola.
Camachuelo común
Pyrrhula pyrrhula
El camachuelo, de robusto aspecto y pico corto y fuerte, es una de los habitantes habituales de la cornisa cantábrica. Ave forestal, omnívora, fácil de reconocer por su llamativa coloración rojiza en el pecho y las mejillas en los machos, pardo en el caso de las hembras. Es relativamente frecuente en los bosques montanos atlánticos del tercio norte peninsular.
Camachuelo desertícola
Rhodospiza obsoleta
El camachuelo desertícola es un fringílido de coloración arenosa, con unas proporciones generales y del pico que recuerdan a las del verderón común. En reposo muestra un amplio panel alar de color rosa y blanco, frente al que destacan en negro el álula, las puntas de las primarias y, en los machos, las terciarias. Tiene la cola blanca y negra. Los machos lucen bridas negras y pico también negro durante la época de cría; las hembras y los jóvenes exhiben pico amarillento, bridas pálidas y colores en general más apagados.
Camachuelo mexicano
Haemorhous mexicanus
Originario de California y México, hoy en día es una de las aves más extendidas por todo Estados Unidos y el sur de Canadá. Su expansión tiene origen en la suelta de unos pocos ejemplares en Nueva York en 1939. Una sorprendente diversificación fenotípica en morfología y fisiología ha permitido a la especie adaptarse a diversas condiciones ecológicas y colonizar la práctica totalidad del territorio desde el sur de Canadá hasta América Central. Su interés como ave de jaula ha llevado a la especie a diferentes rincones del planeta y aunque existen registros de aves escapadas en varios países europeos, solo recientemente se ha confirmado su reproducción en el sureste de la península ibérica.
Camachuelo trompetero
Bucanetes githagineus
Pájaro granívoro y gregario, ampliamente extendido por el norte de África, que cuenta con pequeñas y dispersas poblaciones en los paisajes áridos del sureste peninsular y las islas Canarias. Para ambos territorios se reconocen dos subespecies distintas, muy amenazadas por la pérdida de hábitat.
Canastera alinegra
Glareola nordmanni
La canastera alinegra resulta muy parecida en tamaño y coloración general a la canastera común, de la que se distingue por sus tonos más oscuros, ausencia de borde posterior blanco en las alas, cola más corta (con el ave posada no sobrepasa las puntas de las alas), menor extensión de rojo en la base del pico, y, sobre todo, por tener la cara inferior de las alas negra en lugar de castaña.
Canastera común
Glareola pratincola
Con su aspecto de enorme golondrina, la canastera es una de nuestras limícolas más singulares, ya que ha desarrollado una particular técnica de alimentación, consistente en la persecución de invertebrados aéreos, que se parece notablemente a la utilizada por vencejos, aviones y golondrinas. A la hora de nidificar, esta especie se contenta con todo tipo de lugares despejados próximos a masas de agua, como orillas, isletas y barbechos, donde instala un somero nido en cualquier depresión del terreno.
Cárabo común
Strix aluco
Se encuentra entre las rapaces más frecuentes del continente europeo, donde alcanza densidades elevadas. En nuestro país también resulta común, sobre todo en algunos bosques del norte de la Península, donde se trata de la rapaz nocturna más habitual y extendida. De hábitos generalistas y dotado de una gran adaptabilidad a la hora de instalarse y de procurarse alimento, este robusto búho es una de las pocas especies de rapaces que no parecen verse demasiado afectadas por los constantes cambios que provoca el hombre en el medio natural.
Cárabo gavilán
Surnia ulula
Datos insuficientes.
Carbonero común
Parus major
Ave insectívora pequeña, muy llamativa y conspicua por sus colores azulados y amarillentos y sus frecuentes reclamos. Habita en toda España y resulta común en ambientes arbolados, tanto bien conservados como degradados. Tolera muy bien la presencia humana, pues coloniza con facilidad zonas ajardinadas y parques urbanos, acude a los comederos y se instala en nidales artificiales. En invierno se suele mover en grupos con otras especies de páridos.
Carbonero garrapinos
Periparus ater
Pajarillo típico de bosques de coníferas muy fácil de detectar por su incesante reclamo (tit-tuii). Este nos permitirá localizarle en las ramas altas de los pinares de nuestras sierras, donde suele buscar insectos y semillas acompañado por otros congéneres.
Carbonero palustre
Poecile palustris
Párido muy similar al mucho más abundante carbonero garrapinos, del que se diferencia por su capirote completamente negro, sin la mancha blanca de la nuca, babero más pequeño y tonos generales menos grisáceos y más parduzcos. Es relativamente frecuente en los bosques del tercio norte peninsular, donde se muestra esquivo y muy inquieto, mientras explora sin cesar árboles, orlas arbustivas y malezas.
Carraca abisinia
Coracias abyssinicus
La carraca abisinia es altamente parecida a la carraca europea, de aspecto algo más grácil y en vuelo muestra el cuello y alas ligeramente más cortas. Sin embargo existen algunos rasgos diferenciadores, al menos en los ejemplares adultos. Por un lado, las dos rectrices externas son extremadamente largas, siendo el tercio distal negro y a menudo ondulado. Estas plumas son fácilmente observables con el ave posada y en vuelo, en los ejemplares que las poseen. Por otro lado, la mitad distal de las rémiges es negra en su bandera interna, pero azul oscuro en la externa, mientras que en la carraca europea ambas banderas son negras. Esta característica hace que en vuelo la carraca abisinia presente una ancha banda alar terminal de un color azul intenso, fácilmente distinguible de la equivalente banda negra de la europea, dependiendo de la luz y la distancia de observación. El juvenil sin embargo carece de las largas rectrices externas y es de colores más apagados, resultando muy parecido al de la carraca europea.
Carraca europea
Coracias garrulus
El rasgo distintivo más característico de la carraca, ave mediana de aspecto robusto y fuerte pico, es sin lugar a dudas su colorido plumaje, de tonos azules y acastañados. Migradora y de hábitos insectívoros, en nuestro país aparece bien entrada la primavera, cuando instala su nido en todo tipo de oquedades. La pérdida de hábitat por la intensificación agrícola y el uso de plaguicidas han causado una drástica disminución de la especie en buena parte de Europa y un descenso preocupante en las poblaciones ibéricas.
Carricerín cejudo
Acrocephalus paludicola
Carricerín de tonos ocres y manto listado, con diseño dorsal y cefálico característico, en el que alternan listas pálidas y negras. Se trata del paseriforme más escaso y amenazado de todo el continente, con sus principales zonas de cría en Polonia, Bielorrusia y Ucrania. Su presencia en España se restringe a los pasos migratorios, cuando ocupa zonas húmedas con formaciones de herbazales encharcadizos (junqueras, cárices, etc.). Nuestro país podría servir de corredor migratorio para la mayor parte de la población europea.
Carricerín común
Acrocephalus schoenobaenus
Pequeño pájaro palustre de plumaje muy críptico y hábitos discretos, que solo se observa en España durante los pasos migratorios. Durante la migración se encuentra asociado a zonas húmedas y ambientes ribereños.
Carricerín real
Acrocephalus melanopogon
Es un insectívoro de pequeño tamaño, vinculado a humedales con abundante vegetación palustre, como carrizales, junqueras y espadañales. De distribución circunmediterránea, en España se trata del único carricerín que se reproduce de forma habitual, aunque se encuentra restringido a unas pocas zonas húmedas del litoral levantino, Baleares y algunos puntos del interior peninsular.
Carricero agrícola
Acrocephalus agricola
El carricero agrícola es de tamaño y aspecto similares a los del común, pero con la cara marcada por una lista superciliar blanquecina ancha y larga, bordeada de oscuro por debajo y a veces también por encima. Además tiene la rabadilla rojiza, las terciarias con centros oscuros y el pico bicolor, con el culmen y la punta oscuros.
Carricero común
Acrocephalus scirpaceus
Carricero arquetípico, de tonos pardos uniformes y canto agradable. Se encuentra bien distribuido por las principales zonas húmedas del litoral y de los valles fluviales de la Península Ibérica y Baleares, donde ocupa formaciones de vegetación palustre, principalmente carrizales. Es un migrador transahariano que nos visita durante la época reproductora.
Carricero de Blyth
Acrocephalus dumetorum
Este carricero no estriado resulta tan parecido a los carriceros común y políglota, que únicamente puede identificarse con seguridad por su canto o mediante el estudio cuidadoso en mano, con datos biométricos. Como caracteres propios cabe citar sus alas relativamente cortas, el pico largo y oscuro, una lista superciliar más señalada y las patas oscuras.
Carricero políglota
Acrocephalus palustris
Con el carricero políglota, al igual que sucede con el carricero de Blyth, para distinguirlo con seguridad del muy similar carricero común hay que guiarse por su canto, que es muy particular y está lleno de imitaciones de otros pájaros, o bien, cuando se trata de aves capturadas para su anillamiento, proceder a un estudio en mano muy detenido, prestando especial atención a la biometría. En comparación con las otras dos especies, esta tiene el pico algo más corto y obtuso, las alas relativamente largas y las patas pálidas.
Carricero tordal
Acrocephalus arundinaceus
Pájaro bastante robusto y el mayor de los carriceros. Se trata de un migrante estival, y ocupa zonas de vegetación palustre densa formada por carrizales, espadañales y cañaverales, donde resulta más fácil detectarlo por su carraspeante y potente canto, audible a gran distancia. Se distribuye por los grandes valles fluviales peninsulares, así como por Baleares, donde se instala en humedales, tanto naturales como artificiales, y en zonas ribereñas con presencia de vegetación palustre.
Cascanueces común
Nucifraga caryocatactes
El cascanueces común, comparado con el arrendajo, tiene un tamaño parecido, el pico más largo y poderoso, y la cola relativamente corta. De color general pardo achocolatado, salpicado de pequeñas motas blancas difícilmente distinguibles a lo lejos, posee el bajo vientre y las infracoberteras caudales muy blancos y contrastados, y la cola negruzca y con un borde blanco destacado. Los individuos de diferentes sexos y edades son similares.
Cerceta aliazul
Spatula discors
La cerceta aliazul es parecida a la cerceta carretona en tamaño y proporciones. Sin embargo, en vuelo muestra las coberteras alares azules como el cuchara europeo. Los machos tienen la cabeza violácea con una llamativa medialuna blanca entre el ojo y el pico, el cuerpo pardo amarillento con grandes motas negras, y la popa negra con una gran mancha blanca en su parte anterior. Las hembras se parecen a las de la cerceta carretona y, al igual que ellas, muestran un lunar pálido en la base del pico, aunque no la franja oscura de las mejillas.
Cerceta americana
Anas carolinensis
La cerceta americana se ha considerado hasta hace poco una subespecie de la cerceta común. Los machos se diferencian por poseer una línea vertical blanca a los lados del pecho y carecer, en cambio, de la lista blanca horizontal en las escapulares característica de la cerceta común. De cerca puede observarse además que la franja verde de la cabeza está orlada con una fina lista blanquecina a lo largo del borde inferior, pero no del superior. A veces se observan individuos con rasgos intermedios entre esta especie y la cerceta común, que probablemente sean híbridos. Las hembras de ambas especies son indiferenciables en el campo.
Cerceta carretona
Spatula querquedula
La pequeña cerceta carretona, más conocida en muchas regiones de nuestro país como cerceta de verano, es una anátida ciertamente escasa en los humedales españoles durante la época de reproducción. A lo largo de los pasos migratorios, sin embargo, resulta relativamente frecuente en algunas localidades de la franja mediterránea, Andalucía y Baleares.
Cerceta colorada
Spatula cyanoptera
La cerceta colorada, del tamaño de la cerceta aliazul, tiene el espejuelo verde y las coberteras alares azuladas. El plumaje de los machos es castaño vivo y su iris rojizo. Las hembras y los jóvenes se parecen a los de la cerceta aliazul, aunque con un pico más largo y un diseño facial menos contrastado.
Cerceta común
Anas crecca
Fácil de reconocer por su minúsculo tamaño (es el menor de los patos que nos visitan) y por el vistoso diseño de los machos, en el que destaca un llamativo antifaz verde en la cabeza de color castaño, la cerceta común es una especie bastante sensible a las molestias humanas y a la alteración del hábitat. Presenta un área de distribución mundial muy amplia. En nuestro país, sin embargo, se reproduce de forma muy escasa y localizada, aunque durante el invierno su número aumenta de modo considerable.
Cerceta de alfanjes
Mareca falcata
La cerceta de alfanjes exhibe una característica melena sobre la nuca y un espejuelo verde y negro. Los machos son predominantemente grises, con la cabeza castaña y verde con reflejos metálicos, la garganta blanca y la popa con una mancha triangular amarilla (similar a la de la cerceta común). Presenta también unas rémiges secundarias alargadas características, que recuerdan a alfanjes y que cuelgan sobre la popa. Las hembras se parecen a las de otros ánades, pero su color de fondo es bastante oscuro.
Cerceta del Baikal
Sibirionetta formosa
La cerceta del Baikal, de tamaño similar al de la cerceta carretona, se caracteriza por presentar un espejuelo verde y una banda ocre sobre las plumas secundarias. El macho es inconfundible, con una vistosa cabeza en la que destaca la cara amarilla cruzada por una línea negra entre el ojo y la garganta. Las hembras y los jóvenes presentan listas en la cabeza y un llamativo lunar blanco en la base del pico.
Cerceta pardilla
Marmaronetta angustirostris
Junto con la malvasía cabeciblanca, es la otra anátida más emblemática de nuestra fauna. De plumaje poco llamativo, su característica “coleta”, así como su profuso moteado, la hacen inconfundible. Sus núcleos de reproducción principales se ubican en las marismas del Guadalquivir y en los humedales de El Hondo (Alicante), donde sufre considerablemente la falta de agua en años de sequía, episodios de botulismo y la muerte en nasas cangrejeras.
Cernícalo del Amur
Falco amurensis
El cernícalo del Amur es un pequeño falcónido similar al cernícalo patirrojo, del que fue considerado subespecie hasta hace poco. De tamaño ligeramente menor que el patirrojo, el macho adulto tiene las axilares e infracoberteras blancas, que son gris oscuro en el patirrojo. La hembra también difiere, tiene el píleo grisáceo (ocre en el patirrojo) y su bigotera es mucho más patente. Sus partes inferiores son blancas con grandes motas, ocres y finamente moteadas en la hembra del patirrojo. Los juveniles son similares a la hembra, de aspecto más pálido.
Cernícalo patirrojo
Falco vespertinus
El cernícalo patirrojo es una pequeña y vistosa rapaz que se reproduce en regiones abiertas de Europa oriental, desde donde algunos escasos ejemplares alcanzan todos los años la Península, especialmente las regiones del noreste y Baleares.
Cernícalo primilla
Falco naumanni
El menor de nuestros halcones fue, hasta mediados del pasado siglo, un habitante frecuente de torres, cortijos, casonas, palacios y castillos situados en regiones dedicadas a la agricultura y la ganadería extensivas, en las que podía encontrar abundantes invertebrados con los que alimentarse. Las transformaciones sufridas por el campo español en las últimas décadas mermaron su hábitat y ocasionaron un acusado declive, aunque en los últimos años la situación de la especie parece haberse estabilizado tras verse favorecida por numerosas iniciativas y planes de conservación.
Cernícalo vulgar
Falco tinnunculus
Una de las imágenes todavía frecuentes en las regiones abiertas o poco arboladas de buena parte de nuestra geografía, es la de una pequeña rapaz que, clavada en un punto del espacio, aletea frenéticamente mientras escudriña el erial, el prado o el barbecho que se abre bajo ella, con la esperanza de lanzarse sobre algún saltamontes o un despistado topillo. Se trata del cernícalo vulgar, una de las rapaces más frecuentes de Europa, que muestra además una extraordinaria capacidad de adaptación a la hora de nidificar o de procurarse alimento.
Cetia ruiseñor
Cettia cetti
Muchas de nuestras espesuras ribereñas y carrizales cuentan con un pequeño inquilino, que rara vez se deja ver, pero que deja oír a menudo un insistente y característico canto, que emite incluso en los fríos días invernales. Se trata del cetia ruiseñor, un pajarillo discreto y escondedizo, de rasgos poco llamativos, que se refugia entre la vegetación cercana al agua y que prefiere climas suaves y cálidos, por lo que sus poblaciones pueden verse muy afectadas durante los inviernos rigurosos.
Chagra del Senegal
Tchagra senegalus
Se trata de un ave poco frecuente, citada una sola vez en la Península pero observada esporádicamente en Ceuta. Es fácil de reconocer por sus estrías blanquinegras en la cabeza y sus alas rojizas. Sin embargo, resulta muy tímida y difícil de observar entre los matorrales, en los que suele habitar.
Charrán ártico
Sterna paradisaea
Solamente se puede observar a este charrán de mediano tamaño en las costas atlánticas peninsulares durante sus pasos migratorios. Se trata del ave que mayor distancia recorre anualmente durante la migración. Cada año los individuos adultos de esta especie emprenden un viaje de unos 20.000 kilómetros de ida y otros 20.000 kilómetros de vuelta entre las áreas de reproducción en el Ártico y las zonas de invernada en la región antártica.
Charrán bengalí
Thalasseus bengalensis
Se trata de una especie de charrán de gran tamaño y de pico anaranjado, que cría en zonas tropicales y subtropicales. En nuestro territorio se observa fundamentalmente en paso en las costas cercanas al estrecho de Gibraltar y en el entorno del mar de Alborán, procedente de las colonias de Libia. Se ha reproducido de forma aislada en el delta del Ebro y la albufera de Valencia, asociado a las colonias de charrán patinegro, pariente con el que llega a formar parejas mixtas.
Charrán común
Sterna hirundo
De las tres especies de charranes de pico y patas rojas que habitualmente se pueden observar en España (los otros dos son los charranes ártico y rosado), el charrán común es la más abundante y la única con poblaciones reproductoras. Ave migradora costera de larga distancia, esta golondrina de mar de mediano tamaño recorre anualmente varios miles de kilómetros entre sus áreas de cría en las zonas templadas del hemisferio norte y las de invernada, situadas desde la región ecuatorial hacia el sur.
Charrán de Forster
Sterna forsteri
El charrán de Foster se parece mucho al charrán común en el caso de los adultos reproductores, tanto en la forma y el tamaño como en el colorido del pico, rojo y con la punta negra, aunque tiene un plumaje algo más pálido, con cola de centro gris y partes inferiores totalmente blancas. Los jóvenes y los adultos en plumaje invernal muestran una máscara muy distintiva sobre ojos y auriculares y presentan el pico del todo negro, por lo que recuerdan a la pagaza piconegra, si bien esta posee patas negras y no rojas.
Charrán elegante
Thalasseus elegans
El charrán elegante es muy parecido al charrán bengalí y de tamaño similar, aunque tiene el obispillo y la cola blancos en lugar de grises. Posee un pico largo y muy delgado, algo curvo y de color anaranjado, a menudo con la punta más amarilla. Los adultos presentan la cresta larga y poblada. La especie puede confundirse también con híbridos de charrán bengalí y charrán patinegro.
Charrán embridado
Onychoprion anaethetus
El charrán embridado es similar al charrán sombrío, siendo el primero más pequeño y menos oscuro. El adulto reproductor tiene las partes superiores grises oscuras, parduscas. Debe su nombre a sus patentes bridas negras, sobre las que luce sendas listas superciliares que confluyen en la frente, enmarcando su píleo también negro . Como en el caso del sombrío, su cola es muy ahorquillada, también gris oscura, excepto las rectrices externas que son blancas. El plumaje invernal luce similar, con las alas más claras y el dibujo cefálico menos definido. Juvenil similar al adulto, más pálido, con dibujo cefálico más difuso y plumas de las alas orladas de blanco, que le dan un aspecto escamoso.
Charrán patinegro
Thalasseus sandvicensis
El patinegro es uno de los charranes más abundantes y fácilmente identificables de los que pueden observarse en nuestras costas. Su forma de pescar es una de las más espectaculares de entre todas las especies de su familia, debido a la altura desde la que se zambulle (entre 10 y 15 metros) en una maniobra similar, salvando la diferencia de tamaño, a la del alcatraz atlántico.
Charrán real
Thalasseus maximus
El charrán real recuerda a la pagaza piquirroja, aunque tiene un tamaño algo menor y un pico más delgado, de color naranja (más o menos amarillento, pero no rojo). Las alas de los adultos presentan la zona oscura de las primarias limitada al borde posterior, y las de las aves de primer año muestran diversas franjas sobre la cara dorsal. El charrán bengalí es más pequeño y luce un tono más oscuro en el gris del dorso y las alas.
Charrán rosado
Sterna dougallii
Este charrán de mediano tamaño se observa, sobre todo, en las costas atlánticas del norte y noroeste peninsular durante sus pasos migratorios, especialmente en el paso otoñal y con vientos del noroeste. Resulta mucho más escaso y difícil de detectar que los otros dos charranes, muy similares a él, de pico y patas rojas (común y ártico), debido a sus hábitos más pelágicos.
Charrán sombrío
Onychoprion fuscatus
El charrán sombrío posee las partes dorsales negras en lugar de grises, incluyendo la cola y el obispillo, por lo que únicamente puede confundirse con el charrán embridado (Sterna anaethetus). Sin embargo, este último es menor, de color algo más pálido, con una “brida” evidente entre el pico y el ojo, y una mancha blanca en la frente más estrecha y larga (sobrepasa el ojo por detrás). Además, el charrán sombrío tiene una talla relativamente grande, comparable a la del charrán patinegro.
Charrancito americano
Sternula antillarum
El charrancito americano es muy similar al charrancito común, siendo ligeramente más pequeño que este último. El adulto reproductor tiene el píleo negro, con una marcada frente blanca, que contrasta con las bridas también negras. El pico es amarillo, al igual que las patas. Las partes superiores son grises y las inferiores blancas (dibujo 1) Tanto el obispillo como las rectrices centrales son también grises, mientras que en el charrancito común son blancas o de un gris muy pálido, en todo caso contrastado con el dorso. Fuera de la época reproductora el adulto tiene el píleo moteado, barra carpal oscura y el pico negro. El inmaduro es similar al adulto no reproductor, tiene el manto gris con algunas plumas orladas de marrón amarillento. Es mucho más contrastado que el inmaduro de charrancito común, con la barra carpal más ancha y oscura y el píleo de un blanco más limpio.
Charrancito común
Sternula albifrons
El charrancito común, el más pequeño de nuestros charranes, es el único miembro de su familia con el pico amarillo y de punta negra. Desarrolla un vuelo rápido y más agitado que el de otros charranes, que lo hace inconfundible. Allí donde cría, resulta muy llamativo observar la incansable actividad de pesca de los grupos de adultos mientras se alimentan de pequeños peces y crustáceos, siempre cerca de la colonia, que capturan con rápidas y repetidas zambullidas y buceos, a veces en la misma orilla.
Chingolo cantor
Melospiza melodia
El chingolo cantor estaba clasificado hasta 2021 como Emberizidae, hasta la reciente creación de su nueva familia Passerellidae. Por estructura corporal y plumaje ciertamente tiene rasgos que recuerdan a los escribanos, aunque también a los gorriones. Su coloración general es marrón grisácea, más rojiza en las alas Su pico es robusto y puntiagudo, con importantes variaciones entre subespecies. Posee una lista central en el píleo, grisácea, flanqueada por sendas listas marrones. También cejas grises, con listas oculares, borde inferior de auriculares y listas malares, todas ellas marrones. Partes inferiores estriadas, más densas y marcadas en el pecho, llegando a formar una mancha continua en algunos ejemplares. Cola visiblemente larga.
Chingolo gorjiblanco
Zonotrichia albicollis
El chingolo gorjiblanco estaba clasificado hasta 2021 como Emberizidae, hasta la reciente creación de su nueva familia Passerellidae. Por estructura corporal y plumaje tiene rasgos que recuerdan a los escribanos y a los gorriones. Aspecto general como un gorrión común con cola muy larga, excepto la cabeza. Píleo con estrecha lista central blanca, enmarcada por dos anchas listas negras. Ceja blanca con mancha amarilla desde el ojo al pico. Lista ocular negra y mejillas grises. Garganta blanca, como indica su nombre. Pecho gris. Existe un segundo morfo, donde las cejas y la lista central del píleo son canela.
Chocha perdiz
Scolopax rusticola
No cabe duda de que la chocha perdiz o becada es una limícola muy particular, ya que prefiere instalarse en el interior de bosques densos y húmedos, donde se mueve discretamente entre la hojarasca. Dotada de extraordinarias adaptaciones, como su críptico plumaje, un largo y sensible pico y un amplísimo campo de visión (gracias a la posición de los ojos en su cráneo), la chocha perdiz es un ave huidiza y enigmática, que en nuestro territorio se reproduce en escaso número, si bien durante la invernada se reciben abundantes ejemplares procedentes del norte y centro de Europa.
Chochín paleártico
Troglodytes troglodytes
Las más enmarañadas malezas, las intrincadas orillas de ríos y arroyos, los setos espinosos o los espesos cinturones de zarzas y carrizos de los humedales, son el hábitat predilecto de una de las más pequeñas y huidizas aves de nuestra fauna: el chochín paleártico. De canto melodioso y sorprendentemente potente, este pajarillo es un estricto insectívoro, que construye un curioso y elaborado nido de forma globosa, a base de musgo y otros materiales suaves.
Chorlitejo chico
Charadrius dubius
Esta pequeña limícola de pico corto y llamativo plumaje es una de las especies más características de los ríos, lagunas y graveras del interior peninsular y de ambos archipiélagos. Se instala, preferentemente, en orillas pedregosas, islas y bancos de grava o arena, donde dispone un somero nido que acogerá los cuatro huevos de que consta habitualmente su puesta. Fuera de la estación reproductora frecuenta también estuarios y arenales costeros.
Chorlitejo culirrojo
Charadrius vociferus
El chorlitejo culirrojo es relativamente grande, con distintiva cola larga, rabadilla rojiza, franja alar blanca muy ancha y dos bandas negras sobre el pecho. También posee una voz peculiar (kil-dii).
Chorlitejo grande
Charadrius hiaticula
De las tres especies de chorlitejos habituales en nuestro territorio, el chorlitejo grande es la única que no se reproduce aquí, ya que se trata de un ave propia de las altas latitudes del hemisferio norte que aparece en las costas y humedales ibéricos exclusivamente en invierno, época en la que se instala tanto en el litoral mediterráneo como, muy especialmente, en las regiones bañadas por el Atlántico.
Chorlitejo mongol chico
Charadrius mongolus
El chorlitejo mongol chico se parece mucho al chorlitejo mongol grande, aunque es menor, con pico más corto y fino, cabeza más redondeada y patas más oscuras.
Chorlitejo mongol grande
Charadrius leschenaultii
El chorlitejo mongol grande resulta muy similar al chorlitejo mongol chico, aunque es de mayor tamaño, tiene el pico más largo y bulboso, sobre todo en las razas más orientales, y posee unas patas bastante largas, que en vuelo sobrepasan claramente la cola, y de un tono más claro (gris verdoso).
Chorlitejo patinegro
Charadrius alexandrinus
Habitante característico de playas, arenales costeros, saladares y lagunas, el chorlitejo patinegro ha sufrido intensamente el acusado proceso de transformación acontecido en nuestras playas y humedales, lo que ha provocado su progresiva disminución. Aunque las aves españolas se muestran más bien sedentarias o, a lo sumo, dispersivas, durante el invierno las costas y lagunas de nuestro país reciben un considerable número de ejemplares procedentes de otras latitudes de Europa.
Chorlitejo pecuario
Charadrius pecuarius
El chorlitejo pecuario, pequeño y de patas oscuras, puede recordar al chorlitejo patinegro. No obstante, en plumaje nupcial presenta un diseño muy característico en la cabeza, con un antifaz negro, sobre el que destaca una extensa banda blanca que rodea el cuello por detrás. Además, los adultos carecen de franjas en el pecho, sus partes inferiores tienen un tinte anaranjado, y sus plumas dorsales muestran centros oscuros y bordes claros. Los adultos en invierno y los jóvenes poseen patrones similares, aunque desvaídos.
Chorlitejo semipalmeado
Charadrius semipalmatus
El chorlitejo semipalmeado se parece mucho al chorlitejo grande, aunque es ligeramente menor y presenta un fino anillo orbital, además de un pico de aspecto corto y grueso y unas pequeñas membranas interdigitales. En los adultos resulta más estrecha la banda pectoral negra, y los machos carecen prácticamente de mancha blanca tras el ojo. El plumaje juvenil muestra algo de blanco por encima de la comisura de la boca, coberteras con bordes blancos algo más marcados que en el caso del chorlitejo grande y una estrecha banda pectoral que no tiende a partirse por el centro.
Chorlito carambolo
Charadrius morinellus
Aunque, normalmente, asociamos a las limícolas con las marismas, las costas y las tierras encharcables, en nuestra fauna contamos con una peculiar especie que se reproduce de forma muy escasa en las más altas cumbres de los Pirineos, que remedan las condiciones ambientales de las extremas tundras donde se asienta el grueso de la población mundial. Las minúsculas poblaciones ibéricas de chorlito carambolo han sufrido en las últimas décadas una fuerte regresión como consecuencia de las constantes molestias en sus zonas de nidificación.
Chorlito dorado americano
Pluvialis dominica
El chorlito dorado americano, muy parecido a los chorlitos dorados europeo y siberiano y con un tamaño intermedio, resulta más estilizado y posee patas más largas que el europeo, del que también se diferencia por presentar plumas axilares grises, no blancas. Con el ala plegada, las primarias asoman bajo las terciarias mucho más que en el caso del chorlito dorado siberiano (se pueden ver las puntas de cuatro o cinco primarias) y las alas sobrepasan claramente en longitud a la cola. En los juveniles también resultan característicos un tono general más grisáceo del plumaje, menos dorado, y una lista superciliar más blanca y llamativa.
Chorlito dorado europeo
Pluvialis apricaria
Los extensos pastizales del suroeste peninsular, así como algunos humedades apropiados de la fachada atlántica, reciben todos los inviernos un notable contingente de unas limícolas de buen tamaño y formas redondeadas que se establecen entre nosotros hasta los inicios de la primavera. Se trata de chorlitos dorados, unas aves procedentes de la tundra del norte del continente que, anualmente, acuden a las templadas tierras del sur de Europa huyendo del frío.
Chorlito dorado siberiano
Pluvialis fulva
El chorlito dorado siberiano posee un aspecto muy parecido a los chorlitos dorados europeo y americano, aunque muestra un tamaño algo más pequeño. Se diferencia del europeo entre otras cosas por ser más estilizado, con patas y cuello proporcionalmente más largos, y por tener plumas axilares grises en lugar de blancas. Frente al americano se distingue por sus largas terciarias, que con el ala plegada solo dejan asomar las puntas de tres primarias.
Chorlito gris
Pluvialis squatarola
El chorlito gris es una limícola voluminosa, que exhibe un llamativo plumaje nupcial visible solo en las altas latitudes donde se reproduce (las parejas que crían más cerca de nuestro territorio lo hacen en el norte de Rusia). Las costas españolas reciben algunos ejemplares invernantes y constituyen área de paso durante los viajes migratorios.
Chotacabras cuellirrojo
Caprimulgus ruficollis
Aves enigmáticas y muy poco conocidas, los chotacabras cuellirrojos son unas criaturas nocturnas, de plumaje extremadamente críptico y dotadas de notables adaptaciones para la caza de insectos en vuelo, como son su silencioso batir de alas, una gran cavidad bucal para papar a sus presas en el aire, enormes ojos oscuros y la posesión de vibrisas táctiles en torno al pico. Muy sensibles a las transformaciones del hábitat y a los atropellos, la población de estos caprimúlgidos parece estabilizarse después de años de regresión.
Chotacabras egipcio
Caprimulgus aegyptius
Similar a los chotacabras europeo y cuellirojo, el también críptico chotacabras egipcio tiene un dorso más pálido, de color arena Otro rasgo distintivo es la casi ausencia de manchas alares blancas en la parte superior, solo visibles con las alas completamente extendidas. En cambio posee unas amplias regiones blancas de la parte inferior de las alas, ausentes en el cuellirrojo y europeo. Esto se debe a que sus primarias externas tienen un extensa área blanca, pero solo en las banderas internas. Los extremos de las alas son oscuros. El vientre es muy pálido, también la cola, con vértices blancos en el caso del macho.
Chotacabras europeo
Caprimulgus europaeus
El chotacabras europeo es un ave de hábitos nocturnos cuya distribución ibérica no se solapa con la de su pariente cercano, el chotacabras cuellirrojo. Dotado de excelentes cualidades para la caza nocturna de insectos voladores, este habitante de las lindes de bosque, los matorrales y las frescas dehesas del norte peninsular, ha sufrido duramente las transformaciones experimentadas por el campo en las últimas décadas.
Chova piquigualda
Pyrrhocorax graculus
Habitante de las más altas cumbres del norte de nuestro país, la chova piquigualda es un elegante córvido de carácter confiado y gregario, que se alimenta normalmente de invertebrados, obtenidos en las praderías alpinas y entre las grietas de las rocas. Dado lo poco accesible de los lugares que frecuenta y su adaptabilidad, sus poblaciones no sufren amenazas importantes.
Chova piquirroja
Pyrrhocorax pyrrhocorax
Habitante de los tajos fluviales, de las escarpadas paredes altimontanas, de los roquedos serranos, de los acantilados costeros y, en general, de los más abruptos y ásperos parajes, la chova piquirroja es un ave acróbata y bastante sociable, que se alimenta fundamentalmente de invertebrados. Antaño frecuente en muchas zonas de nuestro territorio, la intensificación agrícola, el uso de plaguicidas y la pérdida de lugares de nidificación han hecho disminuir sensiblemente sus poblaciones.
Cigüeña blanca
Ciconia ciconia
Pocas aves resultan tan familiares como la cigüeña blanca y pocas están tan arraigadas en las tradiciones como esta enorme zancuda que un día abandonó sus hábitos montaraces para asociarse al hombre en busca de sustento y protección. Esta especie hubo de soportar durante el pasado siglo una serie de drásticos cambios en los paisajes y los usos rurales que la llevaron a desaparecer en muchas regiones y de los que hoy día, se recupera asombrosamente (gracias, en parte, a un cambio de hábitos).
Cigüeña negra
Ciconia nigra
Es una de nuestras aves más emblemáticas y esquivas. A diferencia de su pariente la cigüeña blanca, la negra no nidifica en zonas próximas al hombre, sino en lugares recónditos de las sierras y bosques del cuadrante suroccidental de la Península Ibérica, sobre roca o en árboles de gran porte. La mayor parte de su población es estival, aunque un buen número de efectivos europeos atraviesa España durante su migración, y además existen núcleos invernantes en las marismas del Guadalquivir y en algunos embalses extremeños.
Cigüeñuela común
Himantopus himantopus
Uno de los sonidos más habituales de muchos de nuestros humedales es el repetitivo y penetrante grito emitido por unas aves zanquilargas, estilizadas y de tonos blanquinegros, que no dejan de reclamar y de volar en grupo cuando detectan la presencia de algún peligro. Son las limícolas más comunes y extendidas de nuestra fauna y, también, unas de las más vistosas: las cigüeñuelas comunes.
Cisne cantor
Cygnus cygnus
El cisne cantor tiene un tamaño aproximado al del cisne vulgar, con unos 8,5-10 kg de peso, sin embargo se parece más al chico en cuanto a la coloración del pico, que es amarilla y negra en los adultos y rosa y blanca en los jóvenes. La extensión de amarillo en el pico es mayor que en el cisne chico y muestra una característica forma de cuña.
Cisne chico
Cygnus columbianus
El cisne chico es bastante más pequeño que el cisne cantor, con aproximadamente 4-8 kg de peso (los machos son algo mayores que las hembras). Se distingue también del cantor por tener el cuello más recogido, la cabeza menos alargada y la mancha amarilla del pico más reducida y de forma redondeada.
Cisne negro
Cygnus atratus
El cisne negro es una ave originaria de Australia que, desde su descubrimiento en el s. XVII, se hizo muy popular en colecciones de aves acuáticas de todo el mundo. Como consecuencia de sueltas o escapes, en diferentes puntos de Europa residen pequeñas poblaciones asilvestradas que han llegado a reproducirse con éxito.
Cisne vulgar
Cygnus olor
Ave inconfundible por su enorme tamaño, su blanco plumaje y su larguísimo cuello, el cisne vulgar es un visitante ocasional de las zonas costeras del norte peninsular. Además de estos escasos viajeros, procedentes del centro y norte de Europa, en nuestro país existen algunos pequeños núcleos reproductores de aves semisalvajes procedentes de las numerosas introducciones de la especie que se han llevado a cabo en parques y jardines.
Cistícola buitrón
Cisticola juncidis
Este pequeño pajarillo se distribuye ampliamente por África, Asia y Australia, en tanto que en Europa queda restringido a los países del entorno del Mediterráneo. En España es una especie relativamente común en regiones bajas y cálidas, en las que aparece asociado a zonas con carrizales, junqueras, herbazales densos y cultivos de regadío, entre cuya vegetación entreteje un laborioso nido. Debido a su pequeño tamaño resulta más fácil de detectar por su inconfundible canto, que emite mientras vuela con su característica trayectoria ondulante.
Codorniz común
Coturnix coturnix
La menor de nuestras galliformes es un ave ligada a los medios abiertos de la Península y ambos archipiélagos, desde las llanuras cerealistas hasta las amplias extensiones desarboladas de los páramos. Este migrante de largo recorrido y complejos patrones migratorios presenta un alto potencial reproductivo con el que compensa las numerosas bajas que sufre a manos de los depredadores. La caza abusiva y la transformación del hábitat son algunas de sus principales amenazas.
Cogujada común
Galerida cristata
La cogujada común es, sin duda, uno de los habitantes más característicos y frecuentes de las áreas abiertas de nuestro país, donde menudea por cultivos de cereal, rastrojeras, páramos, barbechos e, incluso, caminos rurales y áreas suburbanas. Aunque todavía es una especie ciertamente abundante, los datos más recientes reflejan un cierto declive poblacional que parece tener su origen en los cambios experimentados en las regiones agrícolas.
Cogujada montesina
Galerida theklae
Aláudido de mediano tamaño, rechoncho y crestado. En Europa se encuentra exclusivamente en la Península Ibérica, Baleares y algunos puntos de Francia. Prefiere las zonas cálidas, donde ocupa estepas y páramos con cierta cobertura arbustiva o arbolado disperso. Resulta abundante en dehesas y en diversas formaciones de matorral (espartales, jarales, tomillares, romerales, etc.).
Colimbo ártico
Gavia arctica
El colimbo ártico es un ave de las altas latitudes europeas que, en nuestras costas, aparece durante el invierno y siempre en escaso número, aunque de forma regular (particularmente en el área cántabro-atlántica). Se trata de un ave buceadora de considerable tamaño y plumaje discreto, especialmente en invierno, que se nutre sobre todo de pequeños y medianos peces.
Colimbo chico
Gavia stellata
Esta ave acuática, de tamaño mediano, es el más pequeño de los colimbos que pueden verse en España. En nuestro país tan solo se observa durante el invierno, en algunas zonas costeras cantábricas y atlánticas, y siempre en muy pequeño número. Como el resto de colimbos, también cría en áreas muy norteñas.
Colimbo del Pacífico
Gavia pacifica
El colimbo del Pacífico es muy similar al colimbo ártico, en promedio de tamaño menor. Su pico es ligeramente más pequeño y la cabeza más redondeada que en el caso del ártico. Durante todo el año, mientras nada no muestra las manchas blancas en los costados, muy visibles en el colimbo ártico, sobre todo en su parte posterior. En plumaje invernal, la mayoría de ejemplares exhiben un finísimo pero bien definido collar oscuro sobre su cuello blanco. Solo algunos colimbos árticos muestran un esbozo de este collar. En plumaje nupcial, la parte posterior del cuello es visiblemente más pálida que en el colimbo ártico. El del Pacífico tiene también las franjas blancas laterales del cuello más finas. La garganta del colimbo del Pacífico muestra irisaciones violáceas, que son verdosas en el colimbo ártico. Ambos sexos tienen el mismo plumaje, siendo los machos ligeramente más grandes.
Colimbo grande
Gavia immer
El litoral de Galicia y Asturias acoge durante el invierno un pequeño contingente de esta especie, que cría en las altas latitudes del hemisferio norte, donde ocupa zonas lacustres en la taiga y la tundra, si bien durante el invierno tiende a frecuentar las costas. Como todos los colimbos, el grande es un ave acuática que obtiene su alimento, que consiste principalmente en peces y crustáceos, buceando con gran habilidad.
Colirrojo diademado
Phoenicurus moussieri
Especie endémica del noroeste africano, para Europa se conocen citas de divagantes en Gran Bretaña, Francia, Grecia, España y, sobre todo, Italia y Malta. En España solamente hay dos homologadas, de sendos machos, uno observado en el delta del Ebro (Cataluña) el 7 de abril de 1985, y el otro visto en una playa junto a Málaga el 26 de abril de 2000.
Colirrojo real
Phoenicurus phoenicurus
Pequeño pájaro de cola roja y con diseño elegante y vistoso en los machos. Se encuentra ampliamente distribuido por latitudes templadas y boreales de Europa, y más localizado en el sur. En España ocupa áreas de sierra y media montaña de la cornisa cantábrica, el Sistema Ibérico, el oeste del Sistema Central, Sierra Morena occidental y, puntualmente, otras sierras interiores. Estrictamente forestal, está ligado a bosques maduros de frondosas y coníferas, con presencia de arbolado viejo y claros dispersos.
Colirrojo tizón
Phoenicurus ochruros
Pequeño pájaro de color pardo oscuro o negro y característica cola roja, atributo del que proviene su nombre popular. Ampliamente extendido por el centro y el sur de Europa, en España resulta relativamente común en la mitad norte y más escaso en la mitad sur, donde aparece acantonado en zonas de montaña. Se encuentra asociado a roquedos y terrenos despejados, secos y pedregosos. Muestra cierto grado de antropofilia, ocupando diversos tipos de construcciones humanas en entornos urbanos y rurales.
Collalba del Atlas
Oenanthe seebohmi
La collalba del Atlas es muy parecida a la collalba gris, de la que se consideró subespecie hasta 2022. El rasgo más distintivo del macho reproductor es su llamativa garganta negra (ocre en la collalba gris), mancha tan extendida que se une con las auriculares y a menudo con los hombros. Muy visible su frente blanca, sin embargo sus cejas también blancas no son tan patentes como en la collalba gris. El vientre es gris, frente al ocre de la collalba gris. En vuelo muestra las infracoberteras alares negras, grises oscuras en la collalba gris. Hembras e inmaduros son prácticamente indiferenciables de la collalba gris, siendo su cola ligeramente más larga, su proyección primaria más corta y la banda terminal negra de la cola más estrecha.
Collalba desértica
Oenanthe deserti
La collalba desértica se distingue bien de otras collalbas por su cola casi del todo negra, con apenas blanco en la parte más basal de las rectrices externas. Los machos se parecen a los de la variedad de collalba rubia con garganta negra, pero en ellos las escapulares son blancas en lugar de negras y el negro de las alas se conecta con el de la garganta. Las hembras resultan muy pálidas
Collalba gris
Oenanthe oenanthe
Esta pequeña ave, de aspecto elegante y con un diseño de la cola muy llamativo y característico, se encuentra ampliamente distribuido por Europa y Asia. En la Península Ibérica resulta común en la mitad norte, mientras que en la mitad sur se halla más localizado y se restringe a zonas de alta montaña. Es un habitante típico de espacios abiertos, donde puede observarse en todo tipo de medios deforestados: dunas, pastizales, roquedos, zonas de matorral bajo, etc.
Collalba isabel
Oenanthe isabellina
La collalba isabel recuerda a una collalba gris en plumaje otoñal, pero tiene un tamaño algo mayor, las patas más largas y una postura típicamente más erguida. En su plumaje, en general pálido, arenoso, la banda negra de la cola es bastante ancha, las plumas negras del álula contrastan mucho con las del resto del ala, y la lista superciliar resulta más blanca y ancha por delante del ojo que por detrás, al revés de lo que sucede con la collalba gris. Ambos sexos son similares, con bridas más negras los machos.
Collalba negra
Oenanthe leucura
Por su tonalidad general negra o muy oscura, y su cola parcialmente blanca, es un pájaro inconfundible. Su distribución mundial se limita al noroeste de África y la Península Ibérica, donde ocupa zonas áridas, desprovistas de vegetación y pedregosas, de las regiones más cálidas y secas. Resulta especialmente común en el Levante y el sureste peninsular, y más escasa en sierras y montañas de la mitad sur.
Collalba rubia occidental
Oenanthe hispanica
La collalba rubia occidental es una pequeña ave de característico diseño blanquinegro. Se trata de un migrante transahariano, distribuido como reproductor por los países mediterráneos occidentales. En nuestro país está presente por toda la región mediterránea, donde resulta habitual, aunque no abundante. Aquí ocupa terrenos abiertos y secos, con matorral o arbolado disperso. Hasta 2022 la collalba rubia se consideraba que tenía dos subespecies, la occidental Oenanthe hispanica hispanica y la oriental Oenanthe hispanica melanoleuca, hasta que esta última se elevó a categoría de especie, pasando a ser ambas monotípicas.
Collalba rubia oriental
Oenanthe melanoleuca
La collalba rubia oriental es muy similar a la collalba rubia occidental, de la que fue considerada subespecie hasta 2022. Como la occidental, esta especie también tiene dos morfos, uno de garganta pálida y otro oscura. Al contrario que en la occidental, en la oriental es más frecuente el morfo de garganta oscura. El macho reproductor de la oriental tiene la máscara ocular más extensa, montando claramente sobre el pico y en menor medida sobre los ojos, en comparación con la occidental. El píleo de la oriental en promedio es más blancuzco, al igual que el dorso y las partes inferiores, dando un aspecto general más decolorado que la occidental. La hembra es similar al macho, con la coloración menos intensa, y también es más apagada que su homóloga occidental. En ambos adultos, la proyección primaria es más larga en la especie oriental que en la occidental.
Collalba yebélica
Oenanthe leucopyga
La collalba yebélica es un ave similar a la collalba negra, aunque con el píleo blanco en los adultos, a modo de gorra. Los jóvenes e inmaduros tienen toda la cabeza negra o con plumas blancas sueltas, pero se distinguen bien de los de collalba negra por mostrar los lados de la cola casi del todo blancos, además de una mayor extensión de blanco en la zona ventral, donde el negro solo alcanza el nivel de las patas, y alas uniformemente negras (en la collalba negra, las primarias son más pálidas que las coberteras).
Combatiente
Calidris pugnax
El combatiente es una limícola de bastante buen tamaño, difícil de distinguir de otras especies cercanas. Su rasgo más característico consiste en el vistoso atuendo nupcial que lucen los machos, que se adornan con llamativas golas y penachos cefálicos de plumas, con los que, mediante posturas estereotipadas, danzas y movimientos de alas, se enfrentan a otros machos en interminables combates (de ahí el nombre de la especie) por las hembras.
Cormorán africano
Microcarbo africanus
El cormorán africano tiene un tamaño intermedio entre el moñudo y el pigmeo. El adulto reproductor es negro con las partes superiores de aspecto escamoso o moteado, debido al color grisáceo de las coberteras con centros y extremos negros. Tiene una discreta cresta eréctil, mucho menor que la del moñudo. Pico corto de color amarillo, iris rojo, mancha rosada o amarillenta de piel desnuda entre el ojo y el pico. Filoplumas blancas formando una ceja. Su cola es proporcionalmente bastante larga, muy visible tanto posado como en vuelo. El adulto no reproductor apenas tiene cresta, cabeza y cuello marrón oscuro y garganta blanca. Pecho castaño y vientre blanco sucio. Los inmaduros son similares a los adultos no reproductores, partes superiores marrones y las inferiores blancas jaspeadas de marrón.
Cormorán grande
Phalacrocorax carbo
Una de las dos especies de cormoranes presentes en nuestras aguas, tanto costeras como del interior. Originalmente, el cormorán grande era sólo invernante, pero desde hace unos años se ha asentado como reproductor en algunos embalses interiores. Se encuentra en expansión, y, dado que es un consumado pescador, en algunas zonas ha entrado en conflicto con el hombre, que lo acusa de consumir peces de interés pesquero y comercial.
Cormorán moñudo
Gulosus aristotelis
El cormorán moñudo es un ave marina que se asienta en los tramos rocosos más acantilados e inaccesibles de nuestras costas, ya sea tanto en el litoral cántabro-atlántico como en el mediterráneo. Se trata de una de las aves marinas que ha experimentado una mayor regresión en España en los últimos años, debido al impacto de la sobrepesca sobre algunas de sus especies presa, a la contaminación por hidrocarburos, a las molestias por embarcaciones de recreo y a los accidentes por enmalle en artes de pesca.
Cormorán orejudo
Nannopterum auritum
El cormorán orejudo recuerda a un cormorán grande, de tamaño ligeramente menor. El adulto es negro, con el dorso de aspecto escamoso e irisaciones verdosas. La piel desnuda junto al pico es de color naranja y el iris azul claro. El pico es gris. Debe su nombre a una doble cresta de filoplumas negras, pero que suele mantener durante un breve período de tiempo. Los inmaduros son marrones con el pecho más claro que el vientre.
Cormorán pigmeo
Microcarbo pygmaeus
El cormorán pigmeo es, como su nombre indica, de pequeño tamaño, con cola relativamente larga, cuello corto y grueso, y pico corto. Tiene un aspecto general negruzco, aunque es más pardo en plumaje juvenil, y muestra la garganta blanquecina tanto en los juveniles como en los adultos no reproductores.
Corneja cenicienta
Corvus cornix
La corneja cenicienta posee tamaño y proporciones idénticos a los de la corneja común, de la que muchas veces se tiene solo por una subespecie. Se diferencia de ella por no ser completamente negra, sino bicolor, con gris extendido sobre la mayor parte del dorso y las partes ventrales, y negro en la cabeza, el pecho, las calzas, las alas y la cola.
Corneja negra
Corvus corone
Adaptable, bulliciosa y extremadamente acomodaticia, la corneja es una de esas aves a las que siempre precede una injustificada mala fama, acusadas de devorar las cosechas y de predar sobre las especies cinegéticas, razón por la que han sido perseguidas durante siglos, olvidándose su beneficioso papel como controladoras de plagas agrícolas. A pesar de todo, este córvido resulta frecuente en la práctica totalidad de la Península, particularmente en la mitad norte, donde ocupa todo tipo de hábitats.
Corredor sahariano
Cursorius cursor
Las islas Canarias aportan a la fauna europea unas pocas especies de gran singularidad y elevado interés ornitológico. Una de ellas es una curiosa limícola, amante de los áridos jables y pedregales de las islas orientales, donde se concentra la práctica totalidad de la población europea de esta especie propia de los resecos desiertos norteafricanos y arábigos: el corredor sahariano.
Correlimos acuminado
Calidris acuminata
El correlimos acuminado recuerda al correlimos pectoral, aunque es algo más pequeño y carece de una pechera tan contrastada. Posee patas claras, lista superciliar blanca y píleo rojizo, bien delimitado. Los jóvenes tienen el pecho de tono anaranjado y muestran por encima un fino collar de estrías.
Correlimos batitú
Bartramia longicauda
El correlimos batitú tiene el tamaño del archibebe común y presenta una silueta muy peculiar, con cabeza pequeña, pico relativamente corto y recto, cuello largo y, sobre todo, cola muy larga. Posee píleo oscuro, pico amarillo, ojo negro muy destacado y patas amarillentas.
Correlimos canelo
Calidris subruficollis
El correlimos canelo es una curiosa limícola que se distribuye principalmente por las áreas circumpolares, donde cría a lo largo de las costas del Ártico desde Siberia y el centro de Alaska hasta la isla de Devon, Canadá, y hace sus invernadas en pastizales de pastoreo de Argentina, Uruguay y Brasil. Sin embargo, resulta muy frecuente en Europa, hasta donde llega en sus migraciones. En España se tiene constancia de su paso cada año, con registros que corresponden principalmente a aves juveniles observadas entre septiembre y octubre, mayoritariamente.
Correlimos común
Calidris alpina
El correlimos común es una especie bastante extendida por altas latitudes del hemisferio boreal, donde se ha diversificado notablemente, hasta el punto de que se han admitido hasta seis subespecies diferentes. Representantes de tres de dichas razas, procedentes de Siberia, Groenlandia y el norte de Europa, eligen las playas y humedales costeros de la Península, Baleares y Canarias para hacer escala en sus largas singladuras o para refugiarse durante el invierno.
Correlimos cuellirrojo
Calidris ruficollis
Datos insuficientes.
Correlimos culiblanco
Calidris fuscicollis
Posee un distintivo obispillo blanco, tal como indica su nombre. Tiene tamaño solo ligeramente inferior al del correlimos común, patas oscuras y relativamente cortas, y alas largas, que en reposo sobrepasan ampliamente la punta de la cola. Del correlimos de Baird, bastante parecido, se diferencia también por presentar una lista superciliar blanca y, en plumaje juvenil, uves bien marcadas sobre el manto y las escapulares (del tipo de las del correlimos menudo).
Correlimos de Alaska
Calidris mauri
El correlimos de Alaska se aproxima en tamaño a los correlimos menudo y semipalmeado, y al igual que el segundo posee pequeñas membranas entre los dedos. Sin embargo, el pico, relativamente largo, fino y curvo en la punta, recuerda más bien al del correlimos común. En plumaje reproductor presenta marcas en punta de flecha sobre el pecho y los flancos. Además, luce escapulares rojizas, que contrastan con las coberteras grises. Los jóvenes tienen también rojizas las escapulares superiores, pero grises las inferiores y las coberteras, y muestran una uve difusa en el dorso.
Correlimos de Baird
Calidris bairdii
El correlimos de Baird es algo más pequeño que el correlimos común. De proporciones alargadas, tiene pico relativamente corto, patas cortas y alas largas, que sobrepasan mucho la punta de la cola; además, las primarias asoman mucho bajo las terciarias. Resulta similar al correlimos culiblanco, del que se diferencia por carecer de obispillo blanco, lista superciliar y, en los jóvenes, uves en el dorso.
Correlimos de Temminck
Calidris temminckii
Este pequeño correlimos recuerda al andarríos chico por su forma alargada y su babero oscuro. Su presencia, escasa pero regular, puede detectarse en muchos humedales de nuestro territorio, en especial los situados hacia el interior en verano y otoño y los mediterráneos en primavera.
Correlimos falcinelo
Calidris falcinellus
El correlimos falcinelo es muy parecido a los correlimos del género Calidris y solo un poco más pequeño que el común. Tiene el pico bastante largo, grueso en la base y doblado hacia la punta, y las patas relativamente cortas. Presenta un diseño cefálico característico, con una lista superciliar blanca que se bifurca por delante del ojo y tres listas pileales oscuras. En adultos no invernales y los jóvenes se evidencia un fuerte contraste entre las partes ventrales, muy blancas, y el dorso, la cabeza y el pecho, oscuros. Los jóvenes exhiben una uve blanca entre el manto y las escapulares.
Correlimos gordo
Calidris canutus
El correlimos gordo, que se reproduce en las inmediaciones del Ártico e inverna a lo largo de las costas de Sudamérica, África, Asia y Oceanía, es una limícola poco frecuente en nuestro territorio, donde se la puede observar a lo largo de los pasos migratorios y durante la invernada, aunque nunca en grandes cantidades.
Correlimos grande
Calidris tenuirostris
El correlimos grande es mayor incluso que el correlimos gordo, al que recuerda, aunque tiene el pico mayor y las alas más largas, por lo que plegadas sobrepasan claramente el extremo de la cola. Además no muestra partes inferiores rojizas en plumaje estival (solo las escapulares). Por su parte, los jóvenes y adultos no reproductores se diferencian de sus congéneres por presentar un denso moteado negro en el pecho y los flancos y por carecer de lista superciliar.
Correlimos menudillo
Calidris minutilla
El correlimos menudillo es el menor de los correlimos. Posee patas normalmente pálidas amarillentas o verdosas, lo mismo que el correlimos de Temminck, del que sin embargo resulta muy diferente en otros aspectos. Se parece bastante al correlimos dedilargo (Calidris subminuta), especie no registrada aún en España, aunque este último tiene patas y dedos más largos, que sobresalen en vuelo por detrás de la cola.
Correlimos menudo
Calidris minuta
Este correlimos es la limícola más pequeña de cuantas nos visitan habitualmente. Resulta muy común durante el paso migratorio y en la invernada, principalmente en la costa atlántica de Andalucía, el delta del Ebro y los humedales manchegos.
Correlimos oscuro
Calidris maritima
El correlimos oscuro es una de las limícolas invernantes y de paso más raras y menos conocidas de nuestro territorio, ya que, a diferencia de otros componentes del género, no suele frecuentar playas, marismas o ensenadas, sino calas, acantilados y roquedos expuestos al embate de las olas, circunstancia que dificulta considerablemente su observación.
Correlimos pectoral
Calidris melanotos
El correlimos pectoral ocupa durante su periodo de cría el norte de los continentes asiático y americano, trasladándose para la invernada a América del Sur y, de modo secundario, al sudeste de Australia, Tasmania y Nueva Zelanda, así como al sur africano. En relación con este último destino, la especie resulta muy frecuente en Europa en fechas de migración. Hay más de 2.000 citas en Gran Bretaña, sobre todo de agosto-octubre, pero también existen ya bastantes en otros países del continente, aquí con predominio de las de primavera (abril-junio). En España, el correlimos pectoral se observa desde 1980 cada año y con cifras en progresivo aumento y en su mayor parte corresponden a jóvenes en septiembre.
Correlimos semipalmeado
Calidris pusilla
El correlimos semipalmeado es un correlimos pequeño, algo parecido al menudo, pero con los pies provistos de pequeñas membranas interdigitales (tan solo presentes en este y en el correlimos de Alaska), y con el pico algo menor y de punta más gruesa. Los jóvenes resultan más apagados y uniformes que los del correlimos menudo, y carecen de la uve blanca en el dorso; por su parte, los adultos reproductores no muestran tonos rojizos.
Correlimos tridáctilo
Calidris alba
Durante los cortos días invernales, es frecuente observar, sobre todo en las playas del litoral atlántico, a unas limícolas de colorido muy pálido que se desplazan velozmente siguiendo con presteza los vaivenes de las olas. Se trata de correlimos tridáctilos, unos impenitentes viajeros capaces de recorrer miles de kilómetros desde las regiones árticas donde crían, para invernar en las áreas templadas y tropicales del planeta.
Correlimos zancolín
Calidris himantopus
El correlimos zancolín recuerda a los correlimos del género Calidris, pero tiene patas y pico largos, las patas son verdosas y el pico muestra una ligera curvatura. Presenta un tamaño similar al del correlimos común. En vuelo, muestra obispillo blanco como el correlimos zarapitín pero no franja alar. Los adultos en plumaje nupcial tienen partes ventrales fuertemente barradas y una mancha rojiza en las auriculares. Adultos en invierno y jóvenes poseen cabeza muy marcada y estrías que llegan a los flancos.
Correlimos zarapitín
Calidris ferruginea
El curioso nombre de este correlimos hace referencia a su largo y ligeramente curvado pico, que se asemeja lejanamente al de sus parientes, los zarapitos. Especie muy viajera y capaz de enfrentarse a largas travesías, esta limícola es un ave de paso en nuestro territorio, en el que también acogemos un pequeño contingente de invernantes, cuya cuantía resulta bastante fluctuante.
Cotorra argentina
Myiopsitta monachus
Originaria de Sudamérica, donde se trata de una especie muy común y abundante, la cotorra argentina resulta bastante popular como ave de jaula, lo que ha propiciado su expansión debido a escapes o sueltas deliberadas. Es así como ha llegado a colonizar no solo lugares más o menos próximos a sus áreas habituales de cría, sino otros tan alejados como algunos países europeos, entre ellos España, donde cuenta con algunos núcleos reproductores de cierta entidad.
Cotorra de Kramer
Psittacula krameri
A lo largo de la segunda mitad del pasado siglo, unas aves exóticas de color verde intenso han ido colonizando los parques de numerosas ciudades europeas. Se trata de las cotorras de Kramer, una especie originaria de África y Asia que ha sido tradicionalmente comercializada como ave de compañía. Los ejemplares escapados de la cautividad o liberados se han adaptado perfectamente al nuevo medio y, en la actualidad, se encuentran en clara expansión.
Críalo europeo
Clamator glandarius
El aspecto más llamativo de la biología del críalo es su estrategia reproductora, basada en la parasitación de nidos de córvidos, sobre todo urracas. Ave de aspecto característico, gárrulo canto y hábitos migradores, este cucúlido es capaz de alimentarse casi en exclusiva de orugas de todo tipo, incluso las que están protegidas por sustancias tóxicas o pelos urticantes. España cuenta con la mayor población europea de la especie que, por el momento, no parece presentar graves problemas de conservación.
Cuchara común
Spatula clypeata
Lo más característico y distintivo de este pato en el que el plumaje nupcial del macho resulta bastante vistoso, es la peculiar forma aplanada del pico, perfectamente adaptado para filtrar materia vegetal y pequeños animales de los fondos limosos. Se trata de un ave con un área de reproducción bastante amplia, que en nuestro país cría en escaso número en algunas localidades propicias, si bien recibimos un buen número de invernantes procedentes de Centroeuropa y las costas del Báltico y del mar del Norte.
Cuclillo piquigualdo
Coccyzus americanus
El cuclillo piquigualdo, algo menor que el cuco común, tiene las partes superiores grises (con algo de castaño en las primarias), las partes inferiores blancas, y una larga cola graduada de bordes blanquinegros. Del muy similar cuclillo piquinegro (Coccyzus erythropthalmus), no citado en España, difiere entre otras cosas por presentar pico amarillo en la base, un tono castaño más vivo en las alas, y rectrices con amplios extremos blancos, más aparentes desde el lado inferior de la cola.
Cuco común
Cuculus canorus
Los peculiares hábitos reproductores del cuco, basados en el parasitismo, constituyen, sin duda, la principal seña de identidad de este pájaro migrador e insectívoro, cuya dieta se basa en el consumo de larvas de diferentes lepidópteros. Más de un centenar de especies de pequeñas y medianas aves insectívoras pueden llegar a ser víctimas del sorprendente comportamiento parásito de este popular cucúlido.
Cuervo desertícola
Corvus ruficollis
El cuervo desertícola es un córvido de tamaño y aspecto similares al cuervo grande, con una constitución algo más delgada, siendo muchas veces complicado diferenciar ambas especies. El pico del desertícola es algo más estrecho que el del grande, dándole un aspecto más grácil. La cabeza y el cuello (C. ruficollis) presentan un sutil color bronce, solo visible a corta distancia. En vuelo su figura también resulta más esbelta, mostrando la cola cuneiforme, menos acusada que en el cuervo grande. La silueta de su ala muestra cinco «dedos», frente a los seis del grande, por lo que visualmente resulta una «mano» más estrecha. Su graznido es más parecido al de la corneja, menos profundo que el del cuervo grande.
Cuervo grande
Corvus corax
En todas las regiones donde aparece, el cuervo está presente en la mitología, en las tradiciones y hasta en los ritos religiosos. En Europa, su imagen se ha asociado con los malos presagios y la brujería, lo que, unido a su fama de predador de especies útiles para el hombre, ha propiciado su persecución. Sin embargo, el más grande de los paseriformes se comporta como una criatura acomodadiza y hábil, capaz de aprovechar los más variados recursos y de instalarse en todo tipo de hábitats, a condición de que dispongan de lugares apropiados para nidificar.
Cuervo pío
Corvus albus
El cuervo pío es de tamaño similar a una corneja, luego más pequeño que el cuervo grande. Inconfundible cuervo blanco y negro. Cabeza negra parecida a la del cuervo grande, con la frente huidiza y el pico menos robusto, con plumas lanceoladas en la garganta. Cuello, pecho y parte superior del manto blancos, resto del plumaje negro, con irisaciones azules y violetas. Sexos similares, el juvenil tiene los colores más apagados y los límites entre las áreas negras y blancas más difusos.
Culebrera europea
Circaetus gallicus
Una de las rapaces más interesantes y menos conocidas de cuantas habitan en nuestro territorio es la culebrera europea, un ave de considerable porte y aspecto característico, que une a su carácter migrador la peculiaridad de alimentarse casi en exclusiva de unas presas escasas, difíciles de cazar y muy agresivas (los ofidios), a las que detecta, atrapa y engulle gracias a diversas adaptaciones morfológicas. Debido a lo singular de su dieta, la culebrera es un ave que no suele alcanzar grandes densidades y que se limita a sacar adelante a un solo pollo por temporada.
Curruca balear
Curruca balearica
Considerada tradicionalmente una subespecie de la curruca sarda, ha sido diferenciada recientemente como especie independiente. Esta curruca de cola larga muestra una tonalidad general gris pizarrosa, bastante parecida a la que luce la curruca rabilarga. Habita en zonas de matorral mediterráneo denso en las islas Baleares (excepto Menorca), de donde es endémica.
Curruca cabecinegra
Curruca melanocephala
El oscuro capirote, llegando a negro en los machos, que se extiende por debajo del ojo y contrasta intensamente con la garganta blanquecina, y el llamativo anillo ocular rojo constituyen los principales rasgos distintivos de esta vistosa curruca, que frecuenta muchas de nuestras formaciones más características de matorral mediterráneo, por lo que resulta muy común en la mitad meridional de la Península y en Baleares. También es habitual en Canarias, donde vive una subespecie diferente. La especie se encuentra en expansión, quizá por estar beneficiándose del abandono del campo y de la invasión del matorral.
Curruca capirotada
Sylvia atricapilla
La curruca capirotada es de mediano tamaño y relativamente corpulenta, muy fácil de identificar por su distintivo capirote, negro en los machos y castaño en los jóvenes y las hembras. Emite un canto muy melodioso, que puede ser escuchado en muchas de nuestras arboledas. Se distribuye de forma amplia por la Península, Baleares y Canarias, ocupando masas forestales frescas y húmedas, con abundante sotobosque. Nuestro territorio alberga tanto poblaciones residentes como migradoras parciales e invernantes.
Curruca carrasqueña occidental
Curruca iberiae
Entre las currucas que pululan por nuestras extensas zonas de monte mediterráneo, la carrasqueña es la de más bello colorido y también una de las más abundantes. Se trata de un inquieto habitante de jarales, brezales, retamares, coscojares y encinares, que se mueve con discreción entre las espesuras de estos tupidos matorrales, por lo que resulta más fácil de detectar por su carraspeante canto o por su seco y breve reclamo. Migrante transahariana, esta ave está presente como reproductora tanto en la Península como en Baleares, donde habita una subespecie diferente.
Curruca carrasqueña oriental
Curruca cantillans
Datos insuficientes.
Curruca de Rüppell
Curruca ruppeli
La curruca de Rüppell es una especie de ave paseriforme de la familia Sylviidae propia del Mediterráneo oriental y el noreste de África. Su nombre conmemora al zoólogo alemán y explorador Eduard Rüppell (1794-1884). Cría en Grecia, Turquía y Siria, incluidas las islas del Egeo. Es un pájaro migratorio que en invierno se desplaza a las regiones mediterráneas de Egipto y Libia, y más al sur, llegando a Sudán. Forma una superespecie con la curruca chipriota, ambas especies tienen machos con gargantas oscuras, bigoteras blancas y rémiges con bordes claros. A su vez están emparentadas con otras currucas del Mediterráneo y Oriente Medio del género Sylvia que tienen anillos oculares desnudos, como la curruca subalpina, la curruca sarda y curruca de Menetries. Ambos grupos tienen la zona de la bigotera blanca, pero no es una clara marca en el último grupo; por encima de este blanco los machos tienen coloraciones oscuras uniformes.
Curruca del Atlas
Curruca deserticola
La curruca del Atlas tiene un aspecto intermedio entre las currucas rabilarga y tomillera. Al igual que la primera, posee partes inferiores totalmente rojizas ya desde la garganta (los machos exhiben un color rojo ladrillo, no vinoso), y como la segunda, presenta el dorso de las alas pardo rojizo y un anillo ocular blanco. Su cola es un poco menor que la de la curruca rabilarga. Los inmaduros muestran en otoño la garganta blanquecina, por lo que pueden confundirse fácilmente con la tomillera.
Curruca enana
Curruca nana
La curruca enana cría en los desiertos y semidesiertos de Asia central, y migra al sur en invierno a la región comprendida entre la India y Arabia, además de las zonas aledañas de noreste de África. Anteriormente se consideraba conespecífica de la curruca sahariana (Sylvia deserti), pero en la actualidad se consideran especies separadas. De todas formas, cada una es el pariente vivo más cercano de la otra, y su relación con las demás currucas no está del todo aclarado; y podrían estar muy cercanas a la curruca zarcera. En cualquier caso, las tres especies al parecer son miembros del género bastante basales.
Curruca gavilana
Curruca nisoria
La curruca gavilana tiene un tamaño grande y cola relativamente larga. Los machos adultos se caracterizan fácilmente por tener las partes superiores de color gris plomizo, las inferiores con un denso barrado, que recuerda al de un gavilán, y los ojos vivamente amarillos. Las hembras y los machos de primer año presentan el iris más apagado, las partes superiores más pardas y las inferiores menos barradas. Las aves de primer otoño, con iris oscuro, se parecen a la curruca mosquitera, pero poseen, además de un aspecto más robusto, indicios de franjas alares, supracoberteras caudales con bordes pálidos, infracoberteras caudales moteadas, y un pico grande y de base pálida.
Curruca mirlona occidental
Curruca hortensis
La curruca mirlona, la mayor de nuestras currucas, se caracteriza por su muy distintivo y melodioso canto que recuerda al del mirlo, un oscuro antifaz que contrasta con la garganta blanquecina y su robusto pico. Se trata de un típico habitante de bosques mediterráneos aclarados y cultivos arbóreos (dehesas, pinares, olivares), y, a diferencia de otros de sus congéneres, que gustan más de matorrales cerrados, prefiere moverse por las copas de los árboles y entre bosques abiertos.
Curruca mosquitera
Sylvia borin
Entre las varias especies de currucas que habitan en España, hay algunas que son típicos habitantes de matorrales mediterráneos secos, y otras más propias de espesuras frescas y húmedas. A este segundo grupo pertenece la mosquitera, más compacta y robusta que otras currucas, y de canto suave y musical. Esta ave, con un plumaje de colorido muy uniforme y poco llamativo, tiene un aspecto tan discreto que precisamente lo que más llama la atención en ella es la falta de rasgos identificativos evidentes.
Curruca rabilarga
Curruca undata
Las inmensas extensiones de jarales y brezales que aparecen como etapas de degradación del monte mediterráneo en muchas zonas del centro-oeste peninsular son hábitats muy homogéneos que no resultan muy favorables para las aves. Sin embargo, es aquí donde encuentra su ambiente predilecto un pajarillo oscuro y de cola larga que se mueve entre la vegetación con gran cautela y discreción mediante cortos vuelos a baja altura. Se trata de la curruca rabilarga, uno de los representantes más pequeños de este grupo de aves, que se hace notar a menudo por su atropellado canto o su seco y áspero reclamo.
Curruca sahariana
Curruca deserti
La curruca sahariana es de pequeño tamaño, cola relativamente corta y color general muy pálido, arenoso, algo dorado en las partes dorsales, con tendencia al blanco en las ventrales, y un poco rojizo en la rabadilla y la cara superior de la cola. Posee el pico amarillento, de punta oscura, y el iris amarillo. Muy activa, a menudo corre por el suelo, y tiene el hábito distintivo de extender y luego sacudir la cola.
Curruca sarda
Curruca sarda
La curruca sarda es muy parecida a la curruca balear, a la que hasta hace poco se consideraba como perteneciente a la misma especie. La sarda es algo mayor y de un color gris más oscuro y uniforme, extendido también sobre la garganta y los flancos. Los machos adultos presentan la cabeza con un tono azulado, que falta en las hembras y los jóvenes.
Curruca tirrénica
Curruca subalpina
La curruca tirrénica, recientemente renombrada (antes curruca subalpina), es muy parecida a la curruca sarda, haciéndose muy difícil su identificación si no es viendo de cerca al ejemplar. Es un endemismo del mediterráneo occidental con representación en España, más concretamente en Cabrera y en Mallorca.
Curruca tomillera
Curruca conspicillata
La curruca tomillera recuerda por su coloración a la curruca zarcera, aunque es algo menor y más ligera. A diferencia de la mayoría de las currucas, ocupa áreas más secas, abiertas, áridas y desprovistas de vegetación, siempre que cuenten con la existencia de matorrales de pequeño porte, como tomillares y aulagares, entre los que se oculta y se desplaza de manera muy inquieta y escondidiza.
Curruca zarcera
Curruca communis
Esta curruca, muy común en Europa, por donde se distribuye de manera casi continua, también resulta frecuente en ambientes frescos y relativamente húmedos de la mitad norte peninsular, mientras que en el sur solo aparece en macizos montañosos. Se trata de una especie típica de paisajes en mosaico donde se alternen pequeños bosquetes con zonas más abiertas de prados, campiña, setos y matorrales de montaña. Migrante transahariana, puede llegar a ser relativamente común como reproductora en algunas zonas del norte.
Curruca zarcerilla
Curruca curruca
La curruca zarcerilla es de pequeño tamaño y cuerpo compacto con las partes superiores de color gris parduzco, las alas pardas, la cabeza grisácea, la garganta blanca y las partes inferiores claras, con los flancos pardos. Destaca en su plumaje la coloración gris de la cabeza que resulta más oscura en la zona auricular. La cola es relativamente corta y presenta las rectrices externas blancas. Es un ave bastante parecida a sus parientes las currucas zarcera y tomillera, de las que se diferencia por sus patas oscuras y por carecer de los tonos rojizos en las alas.
Éider común
Somateria mollissima
El eider común es un pato de marcadas tendencias marinas, que se reproduce en las costas del norte de Europa. Para tapizar el somero nido que construye, la hembra emplea grandes cantidades de su propio plumón, un material ligero, suave y extremadamente cálido, que ha constituido tradicionalmente el relleno de los mejores edredones y sacos de dormir. Durante el invierno, unos pocos ejemplares de estas aves recalan en las costas del norte y este de la Península.
Éider real
Somateria spectabilis
Eel éider real es ligeramente menor que el éider común y de cabeza no tan alargada. El macho adulto es muy vistoso, inconfundible, con un pico rojo y protuberancia frontal en la cabeza de color naranja y negro. Las hembras y los jóvenes de ambos sexos son de color pardo rojizo. En los machos de primer invierno el pecho es más o menos blanco y, el pico, anaranjado.
Elanio común
Elanus caeruleus
Pequeña rapaz, de tonos pálidos y ojos de color rojo coral muy llamativos, que se ha extendido por la Península, sobre todo por el cuadrante suroccidental, en los últimos 50 años y continúa extendiéndose más allá de los Pirineos. Se reproduce principalmente en hábitats formados por cultivos de cereal con arbolado disperso, aunque medra en muchos otros medios, y los regadíos desempeñan un papel importante en algunas zonas durante el invierno. Es capaz de reproducirse prácticamente en cualquier época del año si abunda el alimento.
Elanio tijereta
Elanoides forficatus
El elanio tijereta es un ave sumamente estilizada, con alas muy largas y apuntadas, y cola también muy larga y profundamente ahorquillada, tipo milano. Las partes superiores y la cola, negras, presentan un fuerte contraste con la cabeza, el cuello y las partes inferiores, de color blanco puro.
Escribano aureolado
Emberiza aureola
El escribano aureolado posee en todos los plumajes partes inferiores amarillas y estrías pardas sobre los flancos, siendo estas pocas y estrechas. Exhibe un pico puntiagudo, con el culmen recto y la mandíbula inferior rosada. Los machos presentan la cara negra, una banda pectoral oscura y estrecha, partes dorsales de color pardo rojizo oscuro, y una amplia mancha blanca sobre el ala, a la altura de las coberteras medianas y pequeñas. Las hembras y los inmaduros tienen la cabeza muy listada, fuertes estrías en el dorso y la rabadilla, y dos franjas blancas en las alas.
Escribano cabeciblanco
Emberiza leucocephalos
El escribano cabeciblanco es una especie gemela del escribano cerillo, al que sustituye en Asia tras una zona de hibridación en el oeste de Siberia, y del que se distingue por el color de fondo de su plumaje, que es blanco en lugar de amarillo. Los machos en época de reproducción exhiben un llamativo diseño en la cabeza, con una mezcla de colores castaño, blanco y negro. En otros plumajes cabe citar como rasgos más o menos típicos el obispillo castaño (igual que el del escribano cerillo), un vientre muy blanco y con estrías pardo-rojizas, y un dorso pardo grisáceo, sin tonos verdosos.
Escribano cabecinegro
Emberiza melanocephala
El escribano cabecinegro recuerda a los escribanos cerillo y soteño por su coloración, en buena parte amarilla, pero tiene las partes inferiores no estriadas y carece de bordes blancos en la cola. Los machos son distintivos, con su “capucha” negra y su dorso pardo rojizo, sin estrías, en llamativo contraste con las partes ventrales y un collar de vivo color amarillo. Por el contrario, las hembras y los inmaduros presentan un atuendo muy modesto, pardo claro en las partes superiores y amarillento o cremoso en las inferiores.
Escribano carirrojo
Emberiza bruniceps
Los machos de esta especie resultan muy característicos, con la cabeza y el pecho de color pardo rojizo, las partes ventrales y la rabadilla amarillas, y el manto verde amarillento y con estrías. Las hembras y los inmaduros tienen, en cambio, plumajes muy discretos, parecidos a los equivalentes del escribano cabecinegro, con partes superiores parduzcas e inferiores amarillentas.
Escribano ceniciento
Emberiza caesia
El escribano ceniciento recuerda al escribano hortelano, siendo este último de mayor tamaño. El macho tiene la cabeza gris azulada, verdosa en el hortelano. El anillo ocular es blanco, siendo amarillo en el hortelano. Quizás la diferencia más visible sea que el ceniciento tiene la garganta y listas malares de color rojo herrumbroso, frente las amarillas del escribano hortelano. Todos estos rasgos pueden observarse en el dibujo 1. La hembra es más apagada, con cabeza y pecho listados y las listas del dorso más definidas. Inmaduros similares a la hembra.
Escribano cerillo
Emberiza citrinella
Habitante característico de las campiñas atlánticas, en las que se alternan los setos vivos con los prados, los bosquetes y los matorrales, el escribano cerillo es una especie que en nuestro territorio se limita a una estrecha franja norteña de clima eurosiberiano, donde, según todos los indicios, parece encontrarse en regresión.
Escribano de Brandt
Emberiza cioides
El escribano de Brandt es de coloración general pardo-rojiza y con un diseño muy contrastado en la cabeza, donde destacan el píleo y las auriculares de color castaño, la brida y la lista malar negruzcas, y la lista superciliar, la bigotera y la garganta blancas. Su pecho es castaño. Las hembras resultan más apagadas.
Escribano enmascarado
Emberiza spodocephala
El escribano enmascarado tiene un tamaño pequeño dentro de la familia Emberizidae y muestra los rasgos típicos de todos ellos: pico cónico más o menos apuntado, listas y otros patrones del plumaje, cola ligeramente escotada. Los rasgos más distintivos del macho reproductor son su cabeza gris olivácea con bridas negras, pecho también gris oliváceo, en contraste con su dorso y alas listadas y partes inferiores amarillentas El pico es de los más finos entre los escribanos. En otoño puede ser difícil de diferenciar de otros escribanos. La hembra es más apagada y listada.
Escribano hortelano
Emberiza hortulana
El único escribano ibérico que abandona por completo nuestro territorio durante el periodo de invernada es una especie propia de las áreas de media montaña de la mitad norte peninsular, donde se instala en una gran variedad de ambientes como huertecillos, setos y bosquetes, a condición de que cuenten con posaderos apropiados y abundantes recursos alimenticios. La población española de esta especie parece encontrarse en un moderado declive.
Escribano lapón
Calcarius lapponicus
El escribano lapón es de tamaño medio, con el pico relativamente grueso y corto, y con la uña del dedo posterior larga y recta. En la época de reproducción, los machos tienen negro el pecho y la mayor parte de la cabeza, pero durante el otoño y el invierno se parecen bastante a otros escribanos, en particular al palustre. Algunos caracteres distintivos en estas dos últimas estaciones son los siguientes: el pico amarillo pajizo, con la punta negra, como el escribano nival; la lista pileal media, pálida; un ancho panel castaño en las alas a la altura de las grandes coberteras, bordeado por dos franjas blancas finas; la rabadilla pardo-grisácea, fuertemente estriada; y la nuca de color pardo rojizo, no siempre evidente.
Escribano montesino
Emberiza cia
El escribano montesino es uno de nuestros emberícidos más comunes y extendidos. Se trata de un ave poco exigente que se instala en todo tipo de áreas quebradas y montuosas, en las que selecciona sobre todo laderas pedregosas con matorrales dispersos, piornales, escobonales y bosques abiertos de casi todo nuestro territorio. Los datos más recientes parecen indicar una ligera recuperación poblacional en los últimos años.
Escribano nival
Plectrophenax nivalis
Las grises costas invernales del norte de la Península reciben todos los años un pequeño y regular contingente de unas aves originarias de las latitudes más gélidas del continente. Se trata de los escribanos nivales, unos paseriformes de característico plumaje, que se reproducen en las tundras, las montañas y las costas de Escandinavia o Siberia y que invernan en diferentes lugares del centro y oeste de Europa.
Escribano palustre
Emberiza schoeniclus
El escribano palustre es uno de nuestros paseriformes más raros y amenazados, pues ha visto reducir drásticamente sus poblaciones hasta niveles alarmantes. En el primer censo estatal de 2005 se estimó una población reproductora de unas 375 parejas, cifra que se redujo en el último censo de 2021 a unas 265. Durante el invierno, sin embargo, recibimos abundantes ejemplares procedentes de Europa, aunque su número también viene manifestando un notorio descenso. La desaparición o alteración de los humedales y los problemas derivados de la intensificación agrícola parecen estar en el origen de dicha situación.
Escribano pigmeo
Emberiza pusilla
El escribano pigmeo se parece bastante al escribano palustre, pero es más pequeño y compacto, con el pico menor y más apuntado, y con la cara de un vivo color castaño, muy peculiar. Destacan también en la cabeza una lista pileal media de color pardo rojizo, dos listas negruzcas a ambos lados de la anterior, y los anillos oculares, blancos.
Escribano rústico
Emberiza rustica
El escribano rústico tiene el vientre muy blanco, con gruesas filas de motas rojizas en los flancos, y con la rabadilla pardo-rojiza y sin marcas. Además tiene el pico y la mandíbula inferior de tinte rosado, dos franjas alares blancas y tendencia a erizar el píleo. Los machos en época de cría muestran un llamativo diseño blanco y negro en la cabeza.
Escribano sahariano
Emberiza sahari
El escribano sahariano recuerda al escribano montesino por el contraste general del gris de la cabeza y el pecho con el pardo rojizo del resto del cuerpo. Sin embargo, difiere entre otras cosas por su menor tamaño, el diseño poco evidente de la cabeza, el píleo y la pechera finamente estriados, el dorso de color rojizo uniforme, las alas carentes de franjas, y la mandíbula inferior amarillenta.
Escribano soteño
Emberiza cirlus
Especie extendida y todavía relativamente común en nuestro territorio, el escribano soteño es un habitante de las lindes de bosque, de los sotos ribereños, de las praderas húmedas con arbolado disperso, de los setos vivos e, incluso, de parques y jardines. La intensificación agrícola y la utilización de insecticidas se han convertido en una grave amenaza para las poblaciones europeas de este emberícido. En nuestro país, esto se traduce en un declive moderado de la especie.
Escribano triguero
Emberiza calandra
Uno de los sonidos todavía frecuentes durante la primavera en las regiones abiertas de casi toda nuestra geografía es un canto algo metálico, machacón e inconfundible que, desde lo alto de un cable, una alambrada o un arbusto, emite un pájaro un tanto voluminoso y de tonos discretos. Es el escribano triguero, granívoro aún abundante (a pesar de la intensificación agrícola y los pesticidas) en casi todos los lugares propicios de la Península y ambos archipiélagos.
Esmerejón
Falco columbarius
Durante el invierno, las regiones más llanas y desarboladas de nuestro país reciben a un diminuto halcón que se alimenta de la enorme despensa que suponen los millones de aláudidos, fringílidos, bisbitas y otras aves pequeñas y medianas que menudean por baldíos, páramos y rastrojeras. Se trata del veloz esmerejón, el falcónido más pequeño de la fauna europea, un ave que se instala tanto en invierno como durante la reproducción en áreas abiertas.
Espátula africana
Platalea alba
La espátula africana es parecida a la común y de tamaño similar. Se diferencia de ella por exhibir en la cara una distintiva zona pelada de color rojo, el mismo que presenta en las patas y los pies. Posee cresta corta y pico grisáceo, de bordes rojizos. Los inmaduros, de cara más emplumada y cresta más corta, tienen las primarias y las infracoberteras alares con extremos negros.
Espátula común
Platalea leucorodia
La espátula común es una zancuda inconfundible por su gran tamaño, su color blanco y su costumbre de vadear los someros fondos de los humedales mientras rastrea el fango con su aplanado pico. España alberga algunas de las más importantes colonias de Europa occidental, que se refugian en humedales costeros del oeste de Andalucía. Asimismo, pueden verse en los pasos migratorios ejemplares que recalan principalmente en los humedales costeros cántabro-atlánticos, como la ría de Guernica y las marismas de Santoña.
Estornino negro
Sturnus unicolor
Ave de mediano tamaño, aspecto compacto y color uniforme negro, con un amplio repertorio vocal que le permite imitar el canto de muchos pájaros. Su distribución mundial se restringe al Mediterráneo occidental, con lasnprincipales poblaciones en la Península Ibérica. En España se trata de una especie ubicua y muy común, presente en una amplia variedad de hábitats, desde bosques abiertos hasta zonas esteparias, con gran preferencia por entornos humanizados; de hecho, es una de las aves más representativas de muchos de nuestros pueblos.
Estornino pinto
Sturnus vulgaris
Ave de mediano tamaño, aspecto compacto y coloración negra, en la que destacan el moteado blanco y el pico amarillo. Distribuida de forma amplia y numerosa por toda Europa y Asia, ha sido introducida en otros lugares del mundo, donde se ha asilvestrado con éxito. Ha colonizado la Península en tiempos recientes, y actualmente se halla en expansión. Como especie reproductora ocupa terrenos agrícolas del sector nororiental y cantábrico de Iberia. En invierno, la Península y Baleares reciben un importante contingente de estorninos procedentes de Europa central.
Estornino rosado
Pastor roseus
El estornino rosado es similar en tamaño y proporciones a los otros estorninos europeos, pero con el pico comparativamente pequeño y con una cresta, que es corta en los inmaduros y larga en los adultos. Estos últimos poseen un llamativo plumaje bicolor, con el dorso, la rabadilla y el vientre rosados, y la cabeza, el pecho, las alas, la cola y las calzas negras. Los jóvenes, en cambio, son básicamente pardos (más claros que los de los estorninos vulgar y negro), y los inmaduros tienen parduzcas las zonas que ocupa el rosa en los adultos.
Estrilda carinaranja
Estrilda melpoda
La estrilda carinaranja es una pequeña y colorida ave introducida en Europa como especie ornamental. Su presencia en humedales del este peninsular es consecuencia de escapes de ejemplares mantenidos en cautividad, y se considera especie invasora, por lo que su población ha de ser controlada.
Estrilda común
Estrilda astrild
El tráfico de aves silvestres exóticas tiene consecuencias nefastas tanto en las zonas de origen, donde la captura directa pone en jaque a distintas especies, como en las de destino, por el riesgo de escape, colonización de espacios y competencia con la fauna autóctona. En España hay varios casos de invasión por aves exóticas, entre los que destaca el del pico de coral, un diminuto pájaro de origen africano presente actualmente en distintas regiones de nuestro país, en especial Galicia, Extremadura y Canarias.
Estrilda culinegra
Estrilda troglodytes
La estrilda culinegra es otra de esas especies resultantes de escapes de ejemplares mantenidos en cautividad con fines ornamentales. Originaria del África subsahariana, en la actualidad habita tanto en determinadas zonas del sur peninsular como en el archipiélago canario, si bien no se conoce el grado de ocupación en estos territorios.
Faisán vulgar
Phasianus colchicus
Especie de origen asiático introducida en tiempos históricos en la Península Ibérica y Baleares. Actualmente su presencia está condicionada por las sueltas de miles de ejemplares de granja, con vistas a su aprovechamiento cinegético. Existen algunas poblaciones asilvestradas en distintos puntos de la Península, normalmente ocupando mosaicos agrícolas que alternan con bosquetes.
Falaropo picofino
Phalaropus lobatus
El falaropo picofino es, sin duda, una limícola un tanto atípica, pues a sus hábitos nadadores hay que sumar su dimorfismo sexual inverso, según el cual las hembras son más vistosas que sus compañeros. Además, estas practican la poliandria. La especie lleva a cabo una particular estrategia de invernada, ya que se interna en aguas remotas hacia el interior de los océanos durante la estación desfavorable.
Falaropo picogrueso
Phalaropus fulicarius
De hábitos todavía más marinos que su cercano pariente el falaropo picofino, el picogrueso es un ave propia de las frías costas del Ártico, donde se reproduce. Como sucede en otros falaropos, esta especie presenta también un acusado dimorfismo sexual invertido, ya que las hembras son de vistosos colores durante la estación reproductora, mientras que los machos, además de resultar de diseños más sobrios, son los que se encargan de la incubación y la crianza de los pollos.
Falaropo tricolor
Phalaropus tricolor
El faralop tricolor resulta ligeramente mayor que los demás falaropos y presenta el cuello, las patas y el pico más largos, este último además muy fino. Los adultos lucen patas negras en verano, pero estas son amarillas en los no reproductores y en los jóvenes, que también se diferencian de otros falaropos por carecer de antifaz negro. Aparte de nadar, la especie vadea con frecuencia.
Flamenco común
Phoenicopterus roseus
Por su notable tamaño y su peculiar aspecto, el flamenco común resulta posiblemente la más espectacular de todas las aves acuáticas que pueblan nuestros humedales. Su estilizada silueta puede ser vista en muchos de nuestros mejores enclaves húmedos costeros mediterráneos y suratlánticos, en algunas lagunas del interior, como la malagueña de Fuente de Piedra, donde se asienta su principal colonia de cría en España y una de las más importantes de todo el Mediterráneo, o algunas localidades manchegas.
Flamenco enano
Phoeniconaias minor
El flamenco enano llega como divagante hasta Marruecos, y también parece que la mayoría de los registros españoles y del sur de Francia podrían corresponder a aves venidas desde el noroeste de África, tal vez acompañando en sus migraciones a los flamencos rosas. En España tiene una presencia muy escasa pero regular, llegando a criar algunos años en la laguna de Fuente de Piedra (Málaga).
Focha americana
Fulica americana
Se distingue bien de las fochas común y moruna por presentar infracoberteras caudales blancas. Además es ligeramente menor, tiene áreas castañas en el pico a modo de anillo incompleto y en lo alto del escudete frontal, y muestra un mayor contraste entre el negro de la cabeza y el cuello y el gris del resto del cuerpo.
Focha común
Fulica atra
La focha común es uno de los más frecuentes y extendidos miembros de la familia de los rálidos, ya que aparece en abundancia en numerosos humedales europeos, a condición de que cuenten con aguas algo profundas, tranquilas y abundante vegetación palustre y sumergida. Ave de tendencias omnívoras (aunque, en general, mayoritariamente vegetariana), la focha común es un ave muy prolífica que genera anualmente puestas numerosas y repetidas, quizá como un mecanismo para contrarrestar la intensa predación que sufre.
Focha moruna
Fulica cristata
La particular situación de la Península Ibérica y su extraordinariamente variada geografía permiten el asentamiento en nuestro territorio de un buen número de especies animales y vegetales, cuya presencia es poco menos que impensable en otros lugares de Europa. Una de esas especies es la focha moruna, un rálido de distribución africana, que alcanza el sur del territorio ibérico y constituye una de las mayores originalidades de nuestra avifauna. Desgraciadamente, la situación de la especie es crítica y, de no poner pronto remedio, parece condenada a extinguirse en poco tiempo.
Frailecillo atlántico
Fratercula arctica
Una de las aves marinas más habituales de cuantas frecuentan los fríos mares del norte de Europa, el frailecillo atlántico, resulta también una de las más fácilmente reconocibles gracias a su característica morfología y, sobre todo, a su llamativo pico de forma triangular, comprimido lateralmente y dotado de una vistosa coloración. Esta ave, sin embargo, resulta poco común en las proximidades de las costas españolas, donde se presenta en bajo número durante el paso y la invernada.
Fulmar boreal
Fulmarus glacialis
Fuera del periodo reproductor, el fulmar boreal es un ave pelágica, que se desplaza por mar abierto en busca de los crustáceos, cefalópodos y pequeños peces que constituyen su alimento. En la época de reproducción, sin embargo, estos procelariformes se reúnen en nutridas y ruidosas colonias, normalmente en compañía de otras aves marinas, como gaviotas tridáctilas y araos. En nuestro país aparece durante la dispersión y la invernada, si bien su presencia no resulta fácil de detectar.
Fumarel aliblanco
Chlidonias leucopterus
Es la especie de fumarel más escasa en la Península Ibérica, y solo está presente durante las migraciones, principalmente en primavera. En la época de cría exhibe un plumaje nupcial espectacular e inconfundible, con la cabeza y el cuerpo negros y las alas y la cola blancos. Sin embargo, en plumaje de invierno o durante la muda muchos de los individuos que se podrían detectar en nuestras costas pasan inadvertidos debido a su similitud con el fumarel común.
Fumarel cariblanco
Chlidonias hybrida
La aparición del fumarel cariblanco está muy condicionada por el nivel hídrico de los humedales, ya que, al construir nidos flotantes, requiere una profundidad de agua aceptable. En los años favorables resulta un espectáculo observar, en los humedales más querenciosos, a cientos de fumareles alimentándose sobre la lámina de agua. Es una especie inconfundible en plumaje nupcial, con las distintivas mejillas blancas, muy visibles. En cambio, en plumaje de invierno o durante la muda puede pasar inadvertido entre otros fumareles y charranes.
Fumarel común
Chlidonias niger
Muy escaso como reproductor en España y más abundante en los pasos migratorios, el fumarel común posee un plumaje nupcial inconfundible que a cierta distancia resulta bastante oscuro, casi negro, cualidad por la que se lo denomina en su nombre inglés (black tern o charrán negro). En nuestras latitudes, se lo suele observar frecuentemente con este plumaje, lo que, unido a su característico vuelo amariposado, ayuda en gran manera a distinguir esta especie de otros fumareles y charranes. En ciertos años es especialmente abundante durante sus desplazamientos migratorios.
Gallineta chica
Paragallinula angulata
La gallineta chica se parece a la común, pero posee un tamaño mucho menor. Además, exhibe un color más pálido, en especial las hembras. Tiene el pico amarillo brillante, con rojo solo a lo largo del culmen, y las patas carecen de “ligas” rojas.
Gallineta común
Gallinula chloropus
Resulta prácticamente imposible encontrar una zona húmeda, por pequeña o degradada que pueda parecer, que no cuente con la presencia del rálido más abundante y extendido de Europa y, tal vez, de todo el planeta: la adaptable y ubicua gallineta común. La clave del éxito de esta especie radica, además de en su fecundidad, en una enorme capacidad para adaptarse a cualquier ambiente, así como en su flexible dieta, que incluye alimentos de los más variados orígenes, desde plantas acuáticas a carroña.
Ganga de Pallas
Syrrhaptes paradoxus
La ganga de Pallas es una especie de ave de la familia Pteroclididae nativa de Asia. El nombre común de la especie conmemora al zoólogo alemán Peter Simon Pallas. Esta especie se reproduce a través de las latitudes medias de Asia central, en las estepas secas y hábitats similares. Su nido es una rascadura en la tierra en la que se ponen de 2 a 3 huevos de color verdoso con manchas crípticas. Es migrante parcial, especialmente en la parte norte de su área de distribución en Kazajistán y Mongolia, pero la extensión y la distancia del movimiento hacia el sur en invierno depende de la cantidad de nieve. Ocasionalmente irrumpe desde su gama reproducción y de invernada regular a través de Europa, llegando tan al oeste como Gran Bretaña, donde se ha reproducido, e Irlanda. Las razones de estos movimientos notables no se entienden completamente, pero se han vuelto menos frecuentes, probablemente debido a la contracción de su área de distribución en Siberia occidental y que las estepas se vuelven más agrícolas.
Ganga ibérica
Pterocles alchata
Las gangas son aves propias de desiertos y estepas de África y Asia, que están representadas en la Península Ibérica, de modo marginal, por dos especies, las cuales aprovechan medios agrícolas de secano tradicionales. La profunda modificación del campo español es responsable del serio declive que padece la población de la ganga ibérica, hoy reducida a solo 7.500 individuos.
Ganga ortega
Pterocles orientalis
Especie típica de zonas semiáridas, páramos y cultivos extensivos de secano, tanto de la Península como de Lanzarote y Fuerteventura, isla donde alcanza densidades relativamente elevadas. Más fácil de escuchar que de ver, su peculiar voz está desapareciendo poco a poco de los campos españoles. Se trata de una de las aves esteparias que han experimentado un mayor declive en las últimas décadas, y en España se estima que no quedan más de 7.000 ejemplares.
Ganso del Nilo
Alopochen aegyptiaca
De origen africano, en nuestro territorio el ganso del Nilo es considerado un ave exótica invasora, habiéndose descartado una colonización natural de la especie al no registrarse su presencia en Marruecos. Su expansión demográfica le ha llevado a establecer un considerable núcleo reproductor en Extremadura, con presencia también en muchas otras Comunidades.
Garceta común
Egretta garzetta
En las extensiones recién fangueadas de los arrozales levantinos, catalanes, andaluces y extremeños, es bastante frecuente observar nutridos grupos de aves que menudean entre el barro a la captura de gusanos, insectos y batracios. Entre ellas se distinguen unas garzas estilizadas y completamente blancas que remueven el agua con sus patas; son garcetas comunes, una especie que está experimentando una expansión equivalente a la que registra el arrozal, cultivo del que parecen depender más estrechamente que otras garzas.
Garceta dimorfa
Egretta gularis
La garceta dimorfa se incluye a veces como subespecie dentro de la garceta común, a la que se parece mucho en tamaño y proporciones y con la que a veces llega a hibridar. Presenta dos patrones de coloración, uno blanco y otro oscuro, este último con plumaje de color pizarra intenso en los adultos, salvo por la zona de la garganta, que es blanca. En su forma blanca, la garceta dimorfa se distingue con dificultad de la garceta común, aunque posee entre otras cosas un pico ligeramente más grueso y curvo, en general algo amarillento, y cierta extensión de amarillo sobre los tarsos (en la garceta común son negros hasta el mismo arranque de los dedos). Los plumajes juveniles, inmaduros o de híbridos, en ocasiones de muy difícil asignación, muestran proporciones variables de plumas blancas y grises.
Garceta grande
Ardea alba
La garceta grande es un ave estilizada y longilínea, de tamaño semejante al de la garza real, aunque su inmaculado plumaje la hace parecer mayor. Hasta hace relativamente poco tiempo, esta gran ardeida solo nos visitaba ocasionalmente durante la invernada, pero, de un tiempo a esta parte, coincidiendo con su recuperación poblacional en Europa, cada vez son más los ejemplares que recibimos durante el invierno y, lo que es más relevante, los que se reproducen entre nosotros en lugares como el delta del Ebro o las marismas del Guadalquivir.
Garceta tricolor
Egretta tricolor
Es una garza de tamaño medio y complexión ligera. Tiene el vientre blanco, en contraste con el dorso gris azulado con largas plumas moradas y el largo cuello también morado. El pico es delgado y proporcionalmente más largo que el de otras garzas. Los ejemplares reproductores desarrollan un discreto penacho de plumas blancas y destaca su iris magenta. Las patas son amarillas. En los ejemplares inmaduros destacan los tonos rojizos del plumaje y su iris amarillo.
Garcilla bueyera
Bubulcus ibis
Hasta la segunda mitad del siglo XIX, la garcilla bueyera, garza acomodaticia y adaptable, habitaba originariamente en numerosas áreas tropicales y subtropicales de África, pero, a comienzos del pasado siglo, la especie se embarcó en un sorprendente proceso colonizador que todavía persiste y que la ha llevado a convertirse en un ave prácticamente cosmopolita, por lo que actualmente se extiende desde el sur de Europa hasta Oceanía y desde África hasta Norteamérica.
Garcilla cangrejera
Ardeola ralloides
Garza de mediano tamaño, cuya población reproductora se encuentra localizada en unos contados humedales. Su plumaje resulta muy llamativo en época nupcial. Aunque cría entre la densa vegetación palustre, se muestra muy dependiente de los arrozales para alimentarse. Se asocia con otras garzas durante la reproducción para formar colonias mixtas de cría.
Garcilla verde
Butorides virescens
La garcilla verde es una ardeida discreta y compacta, con cuello y patas cortas, de pequeño tamaño, intermedio entre avetorillo y martinete. Los adultos tienen el píleo negro verdoso-azulado y discreta cresta eréctil, dorso del mismo color y cuello rojizo. Alas oscuras con tintes verdosos o azulados y plumas ribeteadas de blanco sucio. Pecho estriado y vientre gris. Iris amarillo, pico robusto, culmen oscuro y mandíbula inferior amarilla. Patas amarillas o naranjas. Los inmaduros presentan el dorso pardusco moteado y las partes inferiores estriadas.
Garza azulada
Ardea herodias
La garza azulada es una ardeida de gran tamaño, mayor que la garza real. Presenta varios patrones de coloración, siendo el más común uno gris, similar a la garza real, pero con áreas rosadas o rojizas, especialmente sobre el cuello, los flancos y las calzas.
Garza imperial
Ardea purpurea
Ave fundamentalmente estival en España, la garza imperial muestra hábitos coloniales a la hora de criar, aunque constituye agregaciones poco densas y casi siempre monoespecíficas. De coloración general vinosa y púrpura (a lo que hace referencia su nombre científico), esta ardeida luce una elegante y estilizada silueta, tanto en vuelo como cuando permanece posada en la orilla de alguna charca, al amparo de la vegetación, a la espera de capturar alguna presa.
Garza real
Ardea cinerea
Ave de gran tamaño y aspecto inconfundible, la garza real no es muy numerosa como nidificante en la Península Ibérica, aunque se encuentra en expansión. Es, en cambio, mucho más abundante durante la invernada y los pasos migratorios, cuando muchos ejemplares europeos recalan en nuestro territorio en su camino hacia el continente africano. Durante el invierno, resulta fácil observar a estas garzas, tanto en vuelo como posadas en las orillas de ríos y embalses aguardando el paso de alguna presa, que capturarán con la ayuda de su potente pico.
Gavilán común
Accipiter nisus
El gavilán, una de nuestras rapaces de menor tamaño, es un ave forestal que se ha especializado en la captura de pequeñas aves, algunas tan diminutas como reyezuelos o páridos. Para acceder a unas presas tan escurridizas, esta rapaz ha adquirido algunas adaptaciones tendentes a facilitar su movilidad en las intrincadas espesuras boscosas, como la posesión de alas cortas y redondeadas y una cola particularmente larga, que le otorgan gran capacidad de maniobra y de aceleración.
Gavión atlántico
Larus marinus
Es la mayor de las gaviotas que pueden observarse en España, muy característica por su gran tamaño y su dorso negro. Se reproduce en ambas orillas del Atlántico norte, y llega de forma escasa a la Península, principalmente a las costas de Galicia y del Cantábrico.
Gavión cabecinegro
Larus ichthyaetus
El gavión cabecinegro es más pequeño que los menos escasos gaviones atlántico e hiperbóreo, visiblemente mayor que una gaviota patiamarilla. El adulto reproductor tiene la cabeza negra, con anillo orbital rojo y media luna blanca, incompleta. El pico es robusto, amarillo, degradado a naranja cerca de la banda subterminal oscura. Manto y coberteras grandes grises, con partes inferiores blancas. Alas largas y puntiagudas, plumas de vuelo blancas, las primarias más externas con banda subterminal negra, las cuales en vuelo forman una media luna. Patas amarillas. Adulto no reproductor con frente blanca, máscara y coronilla jaspeadas de negro. Juvenil marrón pardo, de aspecto escamoso, pico gris con punta negra, cola con banda terminal negra y patas grises o pardas. Primer invierno con partes superiores grises, resto de inmaduros en transición a plumaje de adulto, perdiendo gradualmente la banda caudal, aclarando el pico y cabeza progresando a negro.
Gavión hiperbóreo
Larus hyperboreus
Esta ave, habitante de algunas de las zonas más frías del planeta, anida en hábitats del norte que incluyen tundra abierta, altos acantilados costeros, islas en lagos de tundra de agua dulce e islotes arenosos en las desembocaduras de los ríos. En España se empezó a detectar regularmente durante su invernada en los años setenta, y ahora hay citas casi cada año, habiéndose homologado 85 hasta el año 2004, correspondientes quizás a 94 ejemplares.
Gaviota argéntea americana
Larus smithsonianus
La gaviota argéntea americana, hasta hace poco, era tenida por una simple subespecie de la gaviota argéntea europea, a la que se parece mucho en aspecto y tamaño. Las aves juveniles y de primer invierno se diferencian mejor, pues son mucho más oscuras que las de la especie europea y presentan un denso barrado en el obispillo y las supracoberteras caudales.
Gaviota argéntea europea
Larus argentatus
Especie muy abundante en el norte y oeste de Europa, pero bastante escasa como invernante en nuestras costas, donde se observa principalmente en la franja cántabro-atlántica. Como otras gaviotas, ha experimentado un gran crecimiento a causa del incremento de basuras y vertederos, que le han proporcionado una fuente inagotable de alimento.
Gaviota cabecigrís
Chroicocephalus cirrocephalus
La gaviota cabecigrís es una especie afín a la gaviota reidora, ligeramente mayor y más pesada, con pico algo más largo y, en los adultos reproductores, capucha gris en lugar de chocolate (en invierno quedan trazas de gris sobre los ojos y en la nuca). Las alas son grises por abajo, mientras que en la cara superior muestran puntas negras, con llamativas motas blancas en los adultos.
Gaviota cabecinegra
Larus melanocephalus
Presente en el Paleártico occidental, esta gaviota tiene su principal área de cría en torno al mar Negro. Resulta bastante frecuente en nuestro país como invernante, sobre todo en las costas mediterráneas, aunque también se está expandiendo por las cantábricas y atlánticas.
Gaviota cana
Larus canus
Gaviota de mediano tamaño, intermedio entre el de las más comunes gaviotas patiamarilla y reidora. Tiene la cabeza más redondeada y el pico más débil que otras gaviotas. Es común en el norte de Europa, pero en España está presente tan solo durante la invernada, de forma regular pero en número escaso, principalmente en las costas gallegas y cantábricas.
Gaviota cocinera
Larus dominicanus
La gaviota cocinera es grande y de dorso negro, similar a la gaviota sombría y al gavión atlántico, con estructura intermedia entre ambas especies y pico más parecido al de la segunda (fuerte y ancho hacia la punta). Los adultos se diferencian de los de estos dos parientes por tener las patas grisáceas o verdosas en lugar de amarillas, por no exhibir más que una pequeña “ventana” blanca en el extremo del ala, y por mantener la cabeza completamente blanca durante todo el año. Los individuos de primer año son de color marrón bastante uniforme, con una marca algo más oscura de los ojos al píleo, a modo de capucha.
Gaviota de Audouin
Larus audouinii
Muy escasa y rara, la gaviota de Audouin es una especie restringida a la cuenca del Mediterráneo. En nuestro país contaba en los años sesenta del pasado siglo apenas con unos cientos de parejas, si bien a partir de los años ochenta, en que comenzó a colonizar diversos enclaves litorales, ha experimentado un significativo incremento de sus efectivos, hasta el punto de considerarse a la población española como la más importante a nivel mundial en la actualidad.
Gaviota de Bering
Larus glaucescens
La gaviota de Bering es un ave parecida a la gaviota argéntea europea, un poco más voluminosa, con manto más claro y primarias grises en lugar de negras. Los adultos tienen las patas rosadas, el iris oscuro y la punta del pico blanquecina. Las aves juveniles e inmaduras, hasta el segundo invierno, son casi uniformemente pardas, tendiendo a aclararse con la edad, y presentan el pico totalmente negro.
Gaviota de Bonaparte
Chroicocephalus philadelphia
La gaviota de Bonaparte resulta muy parecida a la gaviota reidora, aunque con menor tamaño y con el pico y las patas más cortos. En la cara superior del ala, los adultos muestran una cuña blanca similar a la de su pariente, pero en la cara inferior tienen todas las primarias pálidas. En los plumajes de invierno, las patas son pálidas, no rojas, y el gris del dorso se extiende sobre la cara posterior del cuello y la nuca. En las aves de primer invierno, el borde posterior negro de las alas se halla mejor delimitado, y las coberteras de las primarias exteriores son negras en lugar de blancas.
Gaviota de Delaware
Larus delawarensis
Los espacios ocupados con más frecuencia por esta gaviota han sido tradicionalmente los situados en el norte del continente americano. Sin embargo, desde mediados de la década de los 70 las citas europeas de esta especie experimentaron un fuerte incremento. Ejemplares anillados en la región de los Grandes Lagos han sido recuperados en Gran Bretaña, Irlanda, Azores y España. En nuestro país las citas predominan en las costas del norte, sobre todo de Asturias y Galicia, y hay una docena en Canarias.
Gaviota de Sabine
Xema sabini
La de Sabine es una gaviota de costumbres pelágicas en nuestros mares, que puede detectarse en paso aunque no resulta fácil de observar. Procedente de las frías tundras del norte de Canadá, Alaska y Groenlandia, se dirige al final del verano hacia las costas del oeste de Europa y África, donde pasará el invierno.
Gaviota del Caspio
Larus cachinnans
La gaviota del Caspio es un divagante frecuente, aunque escaso en número, de las costas sobre todo cantábricas y, en menor medida, mediterráneas, si bien se deja ver cada invierno también de manera más puntual en el interior y el litoral atlántico. Durante mucho tiempo fue considerada una subespecie de la gaviota argéntea (Larus argentatus), pero algunos caracteres morfológicos y datos moleculares han llevado a considerarla una especie independiente.
Gaviota enana
Hydrocoloeus minutus
El pequeño tamaño de la gaviota enana (la menor de los integrantes del género Larus) resulta, sin duda, el rasgo determinante a la hora de identificarla. Durante el invierno, unos pocos millares de ejemplares ocupan algunas localidades favorables de la costa Mediterránea y del litoral cantábrico. Es irregular en el estrecho de Gibraltar y golfo de Cádiz y ocasional en Canarias, Baleares y humedales de interior.
Gaviota groenlandesa
Larus glaucoides
Natural del norte canadiense y Groenlandia, se reconocen tres subespecies de gaviota groenlandesa, de las que la nominal es la menos infrecuente en España. El número de gaviotas groenlandesas que invernan en Europa resulta bajo y fluctuante, pero hay citas cada año en países como Irlanda, Inglaterra, Suecia, Dinamarca, Holanda y Francia. En España, la especie aparece como invernante regular, aunque escasa.
Gaviota guanaguanare
Larus atricilla
La gaviota guanaguanare, a primera vista se parece a la gaviota reidora, aunque es algo mayor y con el pico y las alas más largos. Los adultos presentan el gris del dorso mucho más oscuro, los extremos de las alas totalmente negros y las patas negruzcas. Las aves de primer invierno poseen un diseño parecido al correspondiente de la gaviota cana, pero se diferencian bien por las proporciones corporales (la guanaguanare tiene más largos el pico, el cuello, las alas y las patas), así como por la coloración de las patas y el pico (la cana exhibe patas pálidas y pico con punta negra bien delimitada).
Gaviota patiamarilla
Larus michahellis
La gaviota patiamarilla, una de las aves marinas más abundantes de la cuenca del Mediterráneo debido a su enorme adaptabilidad tanto para alimentarse como para elegir hábitat, fue diferenciada hace tiempo de la gaviota argéntea europea, de la que se consideraba una subespecie. Además de su área de distribución, más norteña en la argéntea, algunos rasgos morfológicos permiten diferenciar ambas especies, que resultan, en cualquier caso, muy similares.
Gaviota picofina
Chroicocephalus genei
Ave de aspecto elegante y formas estilizadas, la gaviota picofina es un lárido de reducida distribución mundial, con colonias dispersas por algunos puntos del sur de Europa, Rusia y Oriente Medio. En nuestro país se trata de una especie poco común y muy localizada, cuyas pequeñas colonias sufren problemas como la alteración del hábitat, la proliferación de depredadores generalistas o la gestión inadecuada de los humedales donde se asientan.
Gaviota pipizcán
Larus pipixcan
La gaviota pipizcán tiene un tamaño intermedio entre las gaviotas reidora y enana, de las que se diferencia por su color del dorso más oscuro y por una capucha que persiste en mayor medida durante el invierno. De la gaviota guanaguanare, también muy oscura en el dorso, se distingue por su menor tamaño, su pico, patas y alas más cortos, las puntas de las alas con una franja transversal blanca (a partir del plumaje de segundo invierno), el color rojo vivo del pico y las patas en los adultos reproductores y la presencia de una franja negra nítida en la cola de las aves de primer invierno.
Gaviota reidora
Chroicocephalus ridibundus
Para el habitante de las tierras interiores de la Península, la visión de un grupo de medianas gaviotas que siguen la reja del arado o se posan en las orillas de los ríos urbanos ha dejado de ser una sorpresa. Se trata de gaviotas reidoras, uno de los láridos más abundantes y mejor repartidos en el Paleártico. El éxito de esta especie tiene mucho que ver con su capacidad para alimentarse de casi cualquier resto orgánico. Hace ya décadas, comenzó a colonizar la Península como reproductora, y como invernante es una especie en creciente aumento.
Gaviota rosada
Rhodostethia rosea
La gaviota rosada resulta pequeña, solo un poco mayor que la enana, a la que se asemeja superficialmente, aunque tiene las alas más largas, el vuelo más airoso y una distintiva cola terminada en punta. En los adultos en época de cría aparece un fino collar negro y las partes inferiores adquieren un tono rosado. Las aves de primer año lucen un diseño alar parecido también al de la gaviota enana, pero con la cola totalmente blanca.
Gaviota sombría
Larus fuscus
La progresión con la que las gaviotas sombrías están expandiéndose por nuestras costas, así como el creciente número de aves invernantes en España —tanto en el litoral como en el interior—, son muestra de las características biológicas de una especie que ha hecho de la versatilidad y de la capacidad de adaptación a las más variadas circunstancias el argumento para sobreponerse a los inconvenientes de un mundo profundamente modificado por las actividades del hombre.
Gaviota tridáctila
Rissa tridactyla
La gaviota tridáctila es un ave de tendencias coloniales, que tiene en las costas del noroeste de la Península Ibérica sus núcleos más meridionales de cría. Durante la época de reproducción se instala en elevados acantilados, donde confecciona unos sofisticados nidos aprovechando cualquier repisa o grieta de la roca, frecuentemente en compañía de otras aves marinas. Pasado el periodo reproductor, estas aves retoman sus hábitos pelágicos y vagan por mar abierto a la búsqueda de las pequeñas presas que constituyen su alimento.
Golondrina común
Hirundo rustica
Es una de las aves más conocidas popularmente y de las mejor estudiadas. Las golondrinas han sido claves para desentrañar aspectos de la migración, de la selección sexual y de la reproducción en las aves. Por su proximidad al hombre, forman parte de la cultura popular, y su llegada, cada vez más temprana como consecuencia del cambio climático, se considera anuncio de la primavera. A pesar de su abundancia, se trata de una especie en declive, sobre todo por culpa de los cambios en el medio rural y de las políticas y técnicas agrarias. En 2014 la golondrina común ha sido nombrada Ave del Año por SEO/BirdLife.
Golondrina dáurica
Cecropis daurica
Especie de procedencia africana y asiática, y de costumbres más agrestes que la golondrina común, se ha expandido con gran éxito por la Península Ibérica a lo largo del siglo XX. Bien asentada en el suroeste peninsular, su expansión hacia el norte y el este aún continúa. Su nido, en forma de iglú invertido y con entrada a modo de túnel, es bastante característico. La presencia de esta golondrina ha facilitado la entrada a otro colonizador africano, el vencejo cafre, que utiliza sus nidos para criar.
Golondrina pueblera
Petrochelidon fulva
Datos insuficientes.
Golondrina risquera / Golondrina pueblera
Petrochelidon pyrrhonota / Petrochelidon fulva
Las golondrinas risquera y pueblera tienen una apariencia muy similar, lo que puede llevar a confusión a la hora de identificarlas. La golondrina risquera (Petrochelidon pyrrhonota) presenta un obispillo rojizo, como la dáurica, pero con cola cuadrada. En la cabeza luce la frente blanca o crema, el píleo azul, la nuca gris y la garganta negra, si bien esta última aparece a veces en los jóvenes muy difuminada. La golondrina pueblera (Petrochelidon fulva), también americana, tiene la frente rojiza y carece por completo de negro en la garganta.
Gorrión alpino
Montifringilla nivalis
Las más altas e inhóspitas cumbres de las montañas euroasiáticas, donde los vientos helados y la nieve reinan casi todo el año, constituyen el hábitat elegido por este singular representante de la familia de los gorriones: el gorrión alpino, una especie ligada como pocas a las cimas y a la existencia de neveros y prados donde encuentra su sustento. Un hábitat duro y difícil que, sin embargo, podría desaparecer o disminuir drásticamente si se confirma el progresivo calentamiento al que parece estar sometido el planeta.
Gorrión chillón
Petronia petronia
El gorrión chillón es un habitante típico de ambientes esteparios y de áreas más bien abiertas, donde abunden los roquedales o las construcciones rurales. La competencia con otras especies de gorriones coloniales, como el gorrión moruno, ha reducido sus poblaciones en algunas regiones, especialmente en las islas Canarias, aunque en general sus efectivos parecen estables en la Península, donde se puede considerar una especie común en muchos lugares.
Gorrión común
Passer domesticus
El conocido y familiar gorrión común es, tal vez, el ave más extendida de todo el planeta y, sin duda, una de las más exitosas. Adaptable y poco exigente en lo que al hábitat y a la alimentación se refiere, este habitante de pueblos, ciudades y caseríos es, sin embargo, un comensal directo del hombre y, por tanto, depende estrechamente de nuestras actividades para sobrevivir; de manera que cuando un pueblo es abandonado por sus habitantes humanos, los gorriones comunes no tardan en desaparecer tras sus involuntarios benefactores.
Gorrión dorado
Passer luteus
El gorrión dorado, antes llamado gorrión de Sudán, tiene una estructura corporal similar a un gorrión común, siendo este mayor. Como indica su nombre, el macho adulto tiene la cabeza y partes inferiores doradas o amarillentas, a veces con las auriculares tenuemente delimitadas de gris Pico marrón rosáceo, negro en la reproducción. Manto, dorso, escapulares y coberteras grandes interiores de color castaño. Coberteras medianas negras orladas de blanco, al igual que las grandes más exteriores, conformando una doble barra alar. Plumas de vuelo negruzcas. Patas marrón rosado. La hembra tiene la cabeza y partes superiores de color arena y las inferiores amarillo pálido. Los juveniles son similares a la hembra, con la cabeza moteada y partes inferiores aún más pálidas. El macho de primer año, como el adulto, pero más pálido.
Gorrión italiano
Passer italiae
El gorrión italiano es una especie intermedia entre el gorrión común y el moruno. A veces tratada como subespecie de uno u otro, estudios de ADN han demostrado que es el resultado de una «hibridación estable» entre ambos y se considera que ha alcanzado el nivel de especie independiente. Hibrida con común y moruno donde sus áreas de distribución se solapan. El macho adulto tiene el píleo castaño y las mejillas blancas, como en el caso del gorrión moruno. También una pequeña ceja blanca, menos llamativa que la del moruno. Sin embargo sus partes inferiores son grises como el gorrión común, sin el moteado del moruno, también con babero negro. La hembra en la mayoría de los casos es indistinguible de las de los gorriones comunes y morunos.
Gorrión molinero
Passer montanus
El gorrión molinero es el más pequeño y delicado de todos los gorriones de la fauna española. Resulta un habitante frecuente de las campiñas arboladas, los sotos y las dehesas, siempre que en sus proximidades cuente con áreas abiertas en las que obtener alimento. Aunque en los años ochenta del pasado siglo la especie experimentó una cierta expansión demográfica que la llevó a colonizar algunas de nuestras islas, en la actualidad parece que la competencia con especies más prolíficas y la intensificación agraria están provocando un descenso de sus efectivos.
Gorrión moruno
Passer hispaniolensis
Especie gregaria y ruidosa, el gorrión moruno es un ave que fundamenta toda su estrategia vital en torno al grupo, a la colonia, a la bandada. Una táctica que, a la vista de su reciente éxito demográfico y territorial (su área de distribución se expande constantemente), parece rendirle excelentes resultados. Es una especie básicamente vegetariana salvo durante la época de reproducción, por lo que en algunas regiones donde su número se ha multiplicado se considera una verdadera plaga.
Graja
Corvus frugilegus
La graja es un córvido característico de las regiones templadas y frías de Eurasia, donde es bastante común, que en nuestro país presenta únicamente un núcleo reproductor en la provincia de León, que apenas cuenta con unas 2.000 parejas. Aunque desde la década de los setenta del pasado siglo la especie ha duplicado sus efectivos en España, se trata de un ave vulnerable a los efectos de la intensificación agrícola, el uso de pesticidas y el aislamiento de sus poblaciones.
Grajilla occidental
Corvus monedula
Las grajillas son aves con una elaborada conducta social, que, tanto para reproducirse como para buscar alimento, se organizan en ruidosos grupos. De hábitos trogloditas a la hora de instalar el nido, estas aves de plumaje negro y ceniza crían en una gran variedad de lugares, desde cortados rocosos hasta viejos edificios, además de taludes y árboles huecos. A diferencia de otros córvidos, manifiesta unos hábitos marcadamente vegetarianos, aunque durante la crianza de los pollos captura una gran variedad de invertebrados y algún pequeño vertebrado.
Grévol común
Tetrastes bonasia
El grévol común es una especie de ave galliforme de la familia Phasianidae que habita en los bosques templados y boreales de Europa y Asia. Su población se estima entre 5 000 000 y 6 300 000 ejemplares, y no se considera una especie amenazada, aunque sus poblaciones han declinado. Habita de forma sedentaria sobre todo bosques cerrados de coníferas. En los Pirineos estuvo presente hasta los años 1990 pero en la actualidad existen proyectos de reintroducción de la especie.
Grulla canadiense
Antigone canadensis
La grulla canadiense es significativamente menor que la grulla común y de aspecto más compacto En su plumaje predomina el gris tenuemente moteado. Como la común, en la época nupcial las partes superiores adquieren un color rojo herrumbroso. Una viva mancha roja se extiende por su frente y parte anterior del píleo y carece de la mancha negra en la parte anterior del cuello y la garganta, característica de la grulla común. Ambos sexos son idénticos, solo diferenciables por comportamiento. El juvenil es parecido al de la grulla común, pero más pardo. Análisis moleculares determinaron la escisión del género Antigone a partir de Grus en 2010, actualizándose taxonómicamente esta especie en 2016.
Grulla común
Grus grus
Las escuadras de grullas surcando los cielos, con su vuelo enérgico y sostenido y su incesante trompeteo, constituyen una imagen cotidiana y emblemática del invierno en nuestro país. Estas enormes e inconfundibles aves llegan a la Península hacia el mes de octubre, donde permanecen hasta marzo, y durante estos meses se las puede contemplar, siempre en grupos numerosos, alimentándose en dehesas y cultivos que abandonan al atardecer para acudir, agrupadas en simétricas y ruidosas formaciones, hasta sus dormideros habituales.
Grulla damisela
Grus virgo
La grulla damisela es una especie de ave gruiforme de la familia Gruidae. Su área de distribución comprende Asia central (zona de cría), África subsahariana y el sur de Asia (áreas de invernada). También hay pequeñas poblaciones en Chipre y Turquía. En España anidó hasta principios del siglo XX en zonas del oeste y sur de la península ibérica. La grulla damisela habita en zonas esteparias, cercanas a zonas húmedas. Durante la época de apareamiento prefiere los hábitats húmedos, mientras que en las zonas de invernada vive en ambientes más secos. Se alimenta de materia vegetal, lombrices, insectos, caracoles, lagartos, ranas, pequeños mamíferos y polluelos de otras aves. En ocasiones se las ve buscando alimento y refugio cerca de asentamientos humanos Esta especie migra desde el área de cría, en las praderas centroasiáticas, hasta la zona de invernada, en África o la India entre agosto y septiembre. Suelen viajar en grupos grandes, de unos 400 individuos. Durante el viaje muchas mueren de fatiga, hambre o depredación. En las zonas de invernada se congregan en grandes grupos, de hasta 20000 individuos, en ocasiones junto a la grulla común. Entre marzo y abril, las grullas emprenden su viaje de regreso a las zonas de cría. En la época de apareamiento, el macho y la hembra realizan danzas y llamadas de cortejo, aunque las danzas se distinguen por componerse de menos saltos, y las llamadas son más agudas e intensas que en otras grullas. Tras el apareamiento, la hembra pone 1 o 2 huevos, que son incubados durante 1 mes. Tras nacer, los polluelos permanecen junto a los progenitores hasta que son independientes, a los 65 días de nacer como máximo.
Guión africano
Crex egregia
El guión africano es un ave de tamaño y coloración general parecidos a los del rascón europeo, pero con pico corto similar al de las polluelas y al del guión de codornices. Los adultos poseen pico oscuro, con base roja o rojiza. Además, presentan estrechas listas superciliares blancas, y tienen el mentón y la garganta blancos. Los inmaduros y los jóvenes resultan más apagados.
Guión de codornices
Crex crex
El guión de codornices, rálido de tamaño relativamente grande y plumaje bastante críptico, presenta un escaso dimorfismo sexual. En el diseño de los adultos, las regiones dorsales son de color ocráceo y ofrecen, en conjunto, un aspecto moteado debido a que las plumas coberteras poseen el centro oscuro con una orla pardo-amarillenta. La cabeza aparece ligeramente rayada de negro en el píleo y luce por encima del ojo una línea de color gris azulado, tono que se extiende también por los laterales del cuello. Las regiones inferiores se muestran pardo-grisáceas, a excepción de los flancos, muy barrados con listas acastañadas y crema. El pico y las patas son amarillentos. Las hembras se diferencian de los machos por presentar una menor proporción de gris en la cabeza y el cuello, en tanto que los jóvenes, que se asemejan mucho a las hembras, carecen también de los tonos grisáceos propios del macho, aunque exhiben un color más intensamente rojizo y sin apenas barrado en los flancos. El guión de codornices es un ave bastante terrestre que prefiere corretear a volar. Cuando se ve forzado a ello, ejecuta un vuelo débil y errático, en general bastante torpe, con el que apenas se desplaza unos 25-30 metros para caer nuevamente entre la hierba. En esos momentos, se puede apreciar la coloración acastañada que muestra en las regiones dorsales del ala.
Halcón borní
Falco biarmicus
Este falcónido, más común en buena parte del territorio africano, Arabia y el este de la Europa mediterránea, fue un ave apreciada durante la Edad Media por sus características para la cetrería, cuando probablemente ocupaba un área de distribución mucho más amplia que la que tiene en la actualidad, abarcando la franja septentrional de España, sur de Francia y centro de Europa. Actualmente, es un visitante ocasional de la España peninsular, si bien es menos infrecuente en Ceuta y Melilla. Una parte de la población de halcón borní procede de escapes o liberaciones de aves ornamentales.
Halcón de Eleonora
Falco eleonorae
Eleonora d’Arborea guerreó contra el rey de Aragón por la independencia de su isla, Cerdeña, y, mientras gobernó a finales del siglo XIV y comienzos del XV, promulgó diversas ordenanzas de protección de las rapaces frente a las actividades de cetreros, traficantes y mercaderes. En honor a tan insigne pionera de la conservación de las aves, el naturalista Gené bautizó a este halcón marino, esbelto, ágil y viajero, descubierto en 1836 en uno de los soleados y rocosos islotes mediterráneos que un día ella gobernó, con el nombre de la última regidora de la Cerdeña independiente.
Halcón gerifalte
Falco rusticolus
El halcón gerifalte es el falcónido de mayor tamaño y la rapaz diurna más norteña. A grandes rasgos semejante a un halcón peregrino (morfo gris), posee una cabeza robusta, alas anchas y comparativamente cortas, que le confieren un aspecto más compacto. Su cola, en cambio, es proporcionalmente más larga. Su bigotera es más ancha pero menos definida, llegando a no diferenciarse de la mejilla, en los ejemplares que la tienen oscura. Sus patas son largas pero los tarsos quedan cubiertos por las largas plumas tibiales, dándole aspecto de calzas. Ambos sexos de plumaje similar, como en otros halcones la mejor forma de diferenciarlos es por su tamaño, siendo la hembra de un tamaño hasta un 50% superior. Polimórfico, variaciones asociadas a diferentes regiones geográficas, pero con bastante solape. Se distinguen tres morfos principales: blanco, gris claro y gris oscuro.
Halcón peregrino
Falco peregrinus
Una de las rapaces más conocidas desde la antigüedad, sobre todo por su empleo en cetrería, es el halcón peregrino, un ave de aspecto compacto y musculoso en cuya anatomía todo está al servicio de la velocidad. Consumado predador de aves pequeñas y medianas y poco exigente a la hora de instalarse, el peregrino es una rapaz prácticamente cosmopolita que, no obstante, ha visto cómo sus poblaciones se reducían peligrosamente en muchos lugares a consecuencia de la escasez de presas y de la intoxicación con plaguicidas y otros venenos agrícolas.
Halcón sacre
Falco cherrug
El halcón sacre es grande, robusto, con alas anchas y obtusas en comparación con el halcón peregrino. Posee coloración general parda, sin tonos grises o azulados, y con abundantes estrías. Además, tiene el píleo claro y una bigotera estrecha y poco marcada. En líneas generales recuerda al halcón gerifalte, aunque es mucho más pardo.
Herrerillo canario
Cyanistes teneriffae
Este pájaro es muy parecido al herrerillo común presente en la Península, del que hasta hace poco se consideraba una subespecie. Recientemente, sin embargo, se ha reconocido como especie diferente, en la que se incluyen las poblaciones de herrerillo presentes en el noroeste de África y en las Canarias. En estas islas cuenta, además, con varias subespecies, algunas de ellas muy amenazadas y con poblaciones reducidísimas.
Herrerillo capuchino
Lophophanes cristatus
Pequeña ave insectívora y forestal, fácilmente reconocible por su característica cresta de plumas. Habita una gran variedad de ambientes arbolados, principalmente bosques de coníferas, aunque también aparece en encinares, alcornocales, melojares y otros bosques de frondosas. Solo está presente en la Península.
Herrerillo común
Cyanistes caeruleus
Este insectívoro forestal, ruidoso y activo, resulta muy conspicuo por su llamativa combinación de colores azules y amarillos. Frecuenta parques, y para criar se acomoda muy bien en huecos tanto naturales como artificiales, especialmente en cajas-nido. Se trata de uno de los pájaros más extendidos y populares.
Ibis eremita
Geronticus eremita
El ibis eremita , gracias al programa Proyecto Eremita, vuelve a poblar algunos puntos de la geografía gaditana, tras haber desaparecido en Europa a lo largo del siglo XVII. En la actualidad la única población totalmente silvestre y autosuficiente es la de Marruecos, y los núcleos establecidos en el sur peninsular siguen viéndose reforzados con la suelta de ejemplares jóvenes criados en cautividad, ya que la alta tasa de mortalidad no garantiza aún el futuro de nuestras colonias.
Ibis sagrado
Threskiornis aethiopicus
El ibis sagrado es una especie originaria de África, considerada invasiva en el continente europeo y con una población resultante de las sueltas o escapes de ejemplares de colecciones de aves. En la actualidad, existen ya con colonias reproductoras en Francia, Países bajos, Italia y Alemania, habiéndose llegado a poner en marcha programas para su erradicación. En España, la presencia de estas aves está mucho menos extendida, con observaciones puntuales y procedencias probablemente similares a las comentadas para el resto de Europa, aunque no se puede descartar la llegada de aves divagantes en el caso de Canarias.
Jilguero europeo
Carduelis carduelis
El inconfundible y popular jilguero es una de las especies más comunes y extendidas en nuestro territorio, especialmente en el sur y algunos puntos del este peninsular. Ave muy gregaria, sobre todo en invierno, el jilguero suele agruparse en bandos mixtos con otros fringílidos que nomadean en busca de alimento. En invierno recibimos abundantes ejemplares procedentes de otras latitudes europeas, que se unen a la fracción sedentaria de la población. Debido a su aspecto y vistoso canto es frecuentemente capturado como ave de jaula.
Jilguero lúgano
Spinus spinus
Pequeño fringílido granívoro, con reducidas poblaciones residentes en bosques de montaña. Es fundamentalmente invernante, con irrupciones más numerosas algunos inviernos. Se mueve en bandos, mezclado a menudo con otros fringílidos y frecuentando en este caso campiñas, barbechos y otros parajes abiertos, o agrupado con ejemplares de su propia especie, ocupando entonces alisedas y otras formaciones de ribera.
Lagópodo alpino
Lagopus muta
El lagópodo alpino, o perdiz nival, es una especie característica de la tundra del hemisferio norte, perfectamente adaptada al frío extremo. Durante la última glaciación, su área de distribución fue mucho más extensa que la actual, pero, al retraerse los hielos, algunas poblaciones hallaron refugio y quedaron aisladas en ciertos macizos montañosos del sur de Europa, entre ellos los Pirineos, que constituyen su límite meridional de distribución actual. Hoy en día subsisten entre Navarra y Gerona menos de 740 parejas, en claro retroceso por la explotación turística de la alta montaña y el calentamiento global.
Lavandera blanca
Motacilla alba
Las lavanderas, pequeñas aves estilizadas y de larga cola, deben su nombre al hábito de frecuentar las orillas de los aguazales. La lavandera blanca es la más común en España, especialmente en invierno, cuando se reúne en dormideros, en muchos casos urbanos y a veces enormes. Se trata de un ave muy adaptable, capaz de ocupar medios muy diversos, tanto naturales como humanizados. Una subespecie más oscura de origen británico, la lavandera enlutada, inverna en muy bajo número en nuestro país.
Lavandera boyera
Motacilla flava
Se trata de una de las aves españolas que muestra mayor variabilidad en el plumaje. Además de la raza ibérica, en nuestro país se ha detectado la presencia en paso de otras cinco subespecies más, así como de algunos híbridos. Tal complejidad constituye un ejemplo vivo del proceso evolutivo y de la formación de nuevas especies. Esta lavandera, distribuida durante la época de cría en cuatro núcleos, es la única estival en España. Su costumbre de asociarse al ganado vacuno le ha valido su nombre vernáculo.
Lavandera cascadeña
Motacilla cinerea
La lavandera cascadeña es la más fluvial y estilizada de las lavanderas españolas. Típica de arroyos y regatos de corriente rápida, en las islas Canarias está representada por una subespecie propia. Ave elegante y de vuelo ondulado, agita continuamente la cola cuando se posa en el suelo. Se trata de una especie sedentaria, insectívora y poco gregaria. En los meses invernales acuden ejemplares del centro de Europa en pequeño número a nuestro país.
Lavandera cetrina
Motacilla citreola
La especie se presenta regularmente en el oeste de Europa, con citas que han tendido a aumentar, dato en relación directa con la expansión del área de cría, y que son sobre todo otoñales en Gran Bretaña y primaverales en Francia y países más orientales. En España es un ave difícilmente observable, dadas las bajas densidades de población.
Lavandera de Chukotka
Motacilla tschutschensis
La lavandera de Chukotka es fácil de confundir con la lavandera boyera, ambas se consideraron conespecíficas hasta hace pocos años. El macho reproductor tiene el píleo gris, ceja blanca, bridas negras y auriculares grises azuladas, bajo la cuales luce unas discretas subbigoteras blancas. Las partes superiores son verde oliva y las inferiores amarillas. Hembra parecida, más apagada, con píleo y manto grisáceos. En invierno ambos sexos son similares, como la hembra reproductora, pero aún más apagados. Inmaduro similar a la hembra. El principal rasgo distintivo es la uña posterior trasera, más curva y larga que la de la lavandera boyera, así como el reclamo, más rápido que el de la boyera.
Lechuza común
Tyto alba
Protagonista de escabrosas historias que la relacionan con la muerte y el mundo de las tinieblas, la estilizada y beneficiosa lechuza común es un eficaz depredador de roedores y pequeñas aves que siente especial predilección por instalarse en la vecindad del hombre, donde ocupa desvanes, ruinas, iglesias y viejas buhardillas. Ave cosmopolita y de dieta poco especializada, esta rapaz nocturna, antes frecuente, está disminuyendo a causa de las actuaciones humanas.
Leiótrix piquirrojo
Leiothrix lutea
El ruiseñor del Japón es un ave originaria del sureste de Asia que se ha asentado con éxito en nuestro país a través de ejemplares escapados de cautividad, hasta el punto de que existe una pequeña pero estable población reproductora en la sierra de Collserola (Barcelona), aunque se han observado aves también en otros lugares de Cataluña o Canarias. A diferencia de otras especies introducidas, que suelen establecerse en medios urbanos o humanizados, esta ave se ha refugiado en áreas forestales.
Malvasía cabeciblanca
Oxyura leucocephala
Este peculiar pato buceador presenta un aspecto inconfundible, con una cola larga y afilada que suele mantener erguida y una voluminosa cabeza rematada por un robusto y abombado pico. Se trata de una especie con una población muy escasa y localizada, que en España estuvo a punto de desaparecer en la década de los años setenta del pasado siglo. Aunque su recuperación puede calificarse de espectacular desde entonces gracias a los planes de conservación llevados a cabo, todavía está sujeta a numerosas amenazas.
Malvasía canela
Oxyura jamaicensis
La malvasía canela está catalogada como especie exótica invasora en España. Originaria de América y con poblaciones asilvestradas en Europa procedentes de escapes de colecciones en el Reino Unido, la primera observación en la Península se produjo en el invierno de 1983-84. En 1991 se detectó un híbrido con malvasía cabeciblanca, especie en peligro para cuya conservación las hibridaciones suponen una seria amenaza. Por ello, se intenta eliminar a todas las malvasías canelas y sus híbridos detectados.
Marabú africano
Leptoptilos crumenifer
El marabú africano es una cigüeña de gran tamaño (4-9 kilogramos de peso), con el pico largo y muy grueso, la cabeza y el cuello pelados, y una bolsa en la garganta, grande y dilatable, de color rojizo.
Martín gigante norteamericano
Megaceryle alcyon
Inconfundible martín pescador de tamaño mucho mayor que su homólogo europeo. Poderosa cabeza de color gris plomo y píleo crestado, con un robusto pico oscuro (salvo la base de la mandíbula inferior). Exhibe un ancho collar blanco. Dorso y alas de color gris azulado. Partes inferiores blancas, el macho con una ancha franja pectoral gris y la hembra, además de esta, una más estrecha de color rojizo que se extiende por los flancos. Los juveniles tienen la cresta más corta y oscura y el pecho marrón.
Martín pescador común
Alcedo atthis
Presente en casi todos los ríos y humedales de la Península hasta hace relativamente poco tiempo, el martín pescador es una de las especies más damnificadas por el deterioro experimentado por las aguas dulces de nuestro país durante las últimas décadas. De espectacular plumaje y vuelo rapidísimo, este coraciforme necesita taludes arenosos para excavar su nido, así como una abundante población de pequeños peces, larvas de insectos acuáticos y anfibios para alimentarse.
Martinete común
Nycticorax nycticorax
El esquivo martinete es una garza de hábitos nocturnos, que inicia su actividad cuando el resto de los componentes de las ruidosas garceras en las que cría se retiran a descansar. Es entonces cuando esta ave de bello plumaje se dirige hacia sus cazaderos habituales, donde captura peces, anfibios y grandes invertebrados acuáticos. Muy ligado a la existencia de riberas bien conservadas y de humedales con abundante vegetación palustre, el martinete parece mostrar algunos síntomas de recuperación tras años de declive.
Mascarita común
Geothlypis trichas
La mascarita común, como la mayoría de los parúlidos, morfológicamente recuerda a una curruca. El macho reproductor tiene el dorso de color verde oliva, garganta y pecho amarillos, vientre pálido y una máscara negra bordeada superiormente por una franja más clara. La hembra es como el macho, más apagada y sin la característica máscara que da nombre a la especie. Los inmaduros recuerdan a los respectivos adultos, más apagados. Los machos ya con una incipiente máscara grisácea.
Mérgulo atlántico
Alle alle
Aunque presenta la coloración blanquinegra característica de los álcidos, el mérgulo atlántico se diferencia del resto de los componentes de la familia por su pequeño tamaño y forma redondeada, así como por poseer un corto y fuerte pico. En vuelo resaltan unas alas relativamente largas si se comparan con la reducida longitud del cuerpo. El plumaje de los adultos a lo largo del periodo estival presenta una coloración muy oscura (pardo-negruzca o negra) en la cabeza, el cuello y las regiones dorsales, a excepción de una franja alar blanca; las regiones ventrales son blancas. En invierno desaparece el negro del cuello y el pecho, zonas que se tornan blanquecinas, y en la cabeza resalta una mancha blanca en la región auricular.
Milano negro
Milvus migrans
Una de las rapaces más abundantes de toda Europa, el milano negro, es también una de las más oportunistas y adaptables, ya sea a la hora de reproducirse como en el momento de procurarse alimento. De hábitos bastante gregarios y tendencias decididamente carroñeras, el milano negro es capaz de explotar las más diversas fuentes de alimentación, desde las explosiones de insectos o topillos, hasta los animales atropellados en la carretera, sin olvidar la ingente cantidad de recursos que le ofrecen muladares, basureros, granjas y mataderos.
Milano piquigualdo
Milvus aegyptius
El milano piquigualdo es similar al milano negro, con algunos rasgos que también recuerdan al milano real. De hecho se ha considerado como dos subespecies del primero (Milvus migrans aegyptius y Milvus migrans parasitus), hasta que estudios genéticos recientes lo han separado como especie propia (Milvus aegyptius), manteniendo la diferenciación de las dos subespecies (M. a. aegyptius y M. a. parasitus). Algunas entidades taxonómicas aún no han considerado la especificación. El piquigualdo es ligeramente menor que el milano negro. Tiene la cola más horquillada y visiblemente más barrada. Las alas son más estrechas y las primarias externas («dedos») son más largas y puntiagudas, mientras que las internas son más oscuras y uniformes, sin presentar las áreas claras con barrado visible del milano negro. Las partes inferiores son más rojizas, la cabeza más oscura y el iris también bastante oscuro. El pico es completamente amarillo (excepto algunos adultos que tienen la punta negra), de ahí su nombre común, piquigualdo.
Milano real
Milvus milvus
Nuestro país cuenta con una considerable población reproductora de esta mediana rapaz, de coloración rojiza, cola ahorquillada y vuelo extraordinariamente ágil, al tiempo que acoge un importante contingente invernante de aves europeas. A pesar de su aparente abundancia, la población de milano real ha experimentado un acusado descenso en los últimos años. Durante la invernada, esta rapaz de tendencias bastante carroñeras forma dormideros comunales situados en bosquetes o pequeños sotos fluviales.
Mirlo acuático europeo
Cinclus cinclus
Solamente los ríos de media y alta montaña libres, limpios y tranquilos, allí donde abundan los pequeños invertebrados acuáticos y el agua salta entre chorreras y rabiones, nos permiten contemplar la rechoncha silueta de un ave que está ligada como pocas al buen estado ambiental del entorno en el que se desenvuelve. El mirlo acuático depende absolutamente de los cursos bien conservados y, por ello, su número desciende alarmantemente en casi toda su área de distribución.
Mirlo capiblanco
Turdus torquatus
El mirlo capiblanco es muy parecido al mirlo común, del que se diferencia por la presencia de una característica media luna blanca en el pecho, que contrasta con el resto del plumaje oscuro. Típico de zonas norteñas o de áreas de montaña, en España se encuentra restringido como reproductor a los espacios de alta montaña del tercio norte peninsular, abundando sobre todo en Pirineos, donde se localiza en bosques abiertos de coníferas con abundante sotobosque. Como invernante ocupa zonas más bajas, especialmente en la mitad oriental peninsular.
Mirlo común
Turdus merula
El mirlo común es un pájaro relativamente grande y de cola larga, muy extendido y habitual, y, por ello, una de las aves más populares y conocidas. Posee tonos uniformes oscuros, negros en los machos y pardos en las hembras. Resulta común en toda la Península Ibérica, Baleares y Canarias, donde ocupa todo tipo de zonas cubiertas por árboles y arbustos, incluyendo también parques y jardines del interior de ciudades y pueblos.
Mito común
Aegithalos caudatus
El mito es un diminuto e inquieto pajarillo insectívoro caracterizado por su larga cola. Se distribuye por casi toda España, y es relativamente frecuente, sobre todo en ambientes forestales y, en menor medida, parques urbanos de cierta extensión. Se agrupa en bandos no demasiado numerosos, pero muy ruidosos y confiados ante el observador.
Mochuelo boreal
Aegolius funereus
Hasta hace unos años, la presencia del mochuelo boreal en nuestro territorio se consideraba un hecho esporádico. Sin embargo, hace dos décadas se comenzaron a detectar parejas reproductoras en el Pirineo catalán, donde actualmente se concentra el principal núcleo reproductor en la Península Ibérica. Especie propia de las altas latitudes del hemisferio norte, este habitante de los sombríos bosques de coníferas tiene en las montañas pirenaicas su límite más meridional de distribución en Europa.
Mochuelo chico
Glaucidium passerinum
El mochuelo chico recuerda a los mochuelos europeo y boreal, con la cabeza proporcionalmente más pequeña. De tamaño reducido, aún menor que un autillo, no siendo mucho más grande que un gorrión. Disco facial poco definido, destacan sus marcadas cejas blancas, más cortas que las del europeo. Ojo pequeños con iris dorados y próximos entre sí. Pico amarillo pálido. Cabeza muy moteada, con falsas «cejas» en la nuca bien definidas. Partes dorsales marrón grisáceo, salpicadas de pequeñas motas claras, en contraposición a las partes inferiores, claras y con listas marrones. Ambos sexos similares, hembra ligeramente mayor en promedio. Juvenil similar al adulto, sin motas en dorso y cabeza, listas de partes inferiores menos definidas. Como todos los mochuelos, su vuelo es marcadamente ondulado. De costumbres crepusculares, no es raro observarlo activo en pleno día, como ocurre con el mochuelo europeo y al contrario con el boreal.
Mochuelo europeo
Athene noctua
La inconfundible silueta rechoncha del mochuelo recortándose al atardecer sobre un poste o un majano es todavía una de las imágenes más habituales y características de los ambientes agrarios españoles. Especie muy adaptable en lo que a la elección del hábitat y a su alimentación se refiere, este pequeño búho se extiende por la mayor parte de nuestro territorio, donde alcanza, en ocasiones, elevadas densidades, las más altas de todo el continente europeo, a pesar de las negativas transformaciones sufridas últimamente por nuestros paisajes rurales.
Morito común
Plegadis falcinellus
Es el único ibis que aparece de forma natural en Europa. Su talla, su pico curvo y sus tonos oscuros lo hacen inconfundible. Ha recolonizado recientemente nuestro país, y en los últimos años se ha consolidado la reproducción de casi un millar de parejas en un único enclave de las marismas del Guadalquivir. Esta concentración le hace muy sensible a cualquier factor de amenaza.
Mosquitero bilistado
Phylloscopus inornatus
El mosquitero bilistado puede considerarse una especie relativamente frecuente en España, visitante habitual en otoño que, en el caso de Canarias, prolonga su estancia hasta el mes de marzo. Durante este periplo, la especie se deja ver por todo lo largo y ancho de nuestra geografía.
Mosquitero boreal
Phylloscopus borealis
El mosquitero boreal guarda cierto parecido con los mosquiteros musical y verdoso, y por ende con los similares a estos. Partes superiores verde oliva bastante homogéneas. Partes inferiores blancuzcas, en transición a los flancos jaspeados de verde. Frente huidiza. Ceja muy definida, blanco-amarillenta, convexa sin alcanzar la frente, enmarcada por una lista ocular oscura. Anillo ocular amarillo, solo en la mitad inferior del ojo. Pico robusto, mandíbula superior oscura e inferior amarillenta, excepto la punta, también oscura. Barra alar formada por los extremos claros de las coberteras mayores. A veces una segunda barra muy tenue en las coberteras medianas. Proyección primaria similar al mosquitero musical, netamente mayor que la del verdoso. Sexos similares, los inmaduros con partes superiores y flancos marrones.
Mosquitero canario
Phylloscopus canariensis
El mosquitero canario estuvo considerado, hasta hace poco más de una década, como una subespecie del mosquitero común. Pero estudios genéticos y bioacústicos permitieron otorgar a esta variedad —al igual que ocurriera con el mosquitero ibérico— el rango de especie. Se trata de un mosquitero endémico de las islas Canarias occidentales, las menos áridas, pues requiere la presencia de vegetación más o menos frondosa, aunque es poco exigente y puede habitar en una amplia variedad de ambientes, desde bosques de laurisilva bien conservados hasta áreas ajardinadas y cultivos.
Mosquitero común
Phylloscopus collybita
El pequeño y siempre inquieto mosquitero común es una de las aves más frecuentes en Europa, donde su población se cifra en varias decenas de millones de parejas. En España no resulta muy habitual como reproductor, pero sí es, en cambio, muy abundante como invernante y en los pasos migratorios. Durante la época de cría se instala sobre todo en zonas boscosas del noreste peninsular, pero durante el resto del año ocupa una gran variedad de ambientes, como carrizales, áreas con matorral, riberas o parques, de gran parte de la Península y Baleares.
Mosquitero de Hume
Phylloscopus humei
Datos insuficientes.
Mosquitero de Pallas
Phylloscopus proregulus
El mosquitero de Pallas, pequeño, compacto y de coloración relativamente vistosa, recuerda bastante a un reyezuelo, también en cuanto a actitudes. Al igual que el mosquitero bilistado, exhibe una prominente lista superciliar y dos franjas alares, pero además presenta una mancha amarillenta sobre la rabadilla y una fina lista amarilla en el centro del píleo.
Mosquitero de Schwarz
Phylloscopus schwarzi
El mosquitero de Schwarz es comparativamente grande y robusto, con la cabeza grande, el pico grueso, y las patas largas, fuertes y de color pajizo. Las partes dorsales varían de color verde oliva a pardo verdoso, y las inferiores presentan color crema con tonos amarillos. Las infracoberteras caudales son ligeramente anaranjadas. Posee una ancha lista superciliar blanca y una lista ocular oscura.
Mosquitero ibérico
Phylloscopus ibericus
Catalogado recientemente como especie, tras su disociación del mosquitero común, el mosquitero ibérico es un ave de estatus y distribución todavía poco conocidos. Prácticamente idéntico por su aspecto físico al mosquitero común, la mejor manera de diferenciarlo de este es por su canto, que aun siendo muy parecido presenta rasgos distintivos. De presencia estival en España (mientras que el común es residente e invernante), se trata de un pajarillo eminentemente forestal que ocupa una amplia gama de formaciones arbóreas, desde bosques maduros hasta setos y malezas arbustivas en sotos fluviales.
Mosquitero musical
Phylloscopus trochilus
De las especies de mosquiteros que nos visitan durante las épocas de paso migratorio, el musical es quizá el más abundante, dado que se trata de una de las aves más numerosas en toda Europa. Condicionantes ambientales y biogeográficos parecen ser la causa de que esta especie, tan común en Europa, no sea nidificante en nuestro país. Es un ave muy parecida a los mosquiteros común e ibérico, de los que se diferencia por su tonalidad algo más amarillenta y por su canto.
Mosquitero papialbo
Phylloscopus bonelli
Los mosquiteros son pequeños pájaros de aspecto rechoncho pero delicado y de tonos generales amarillo-verdosos. De las seis especies presentes en territorio español, el papialbo es el único que muestra una coloración un poco diferente de este patrón general, ya que resulta mucho más pálido, sobre todo en la cabeza y las partes ventrales. Se trata de una especie migradora que visita la Península para criar, donde ocupa preferentemente bosques de rebollos y quejigos. Su área de distribución mundial está restringida a los países del entorno del Mediterráneo occidental.
Mosquitero silbador
Phylloscopus sibilatrix
El mosquitero silbador es una de las especies de pájaros forestales más abundantes en Europa, donde ocupa tanto bosques caducifolios como mixtos. En España solo está presente durante su migración hacia sus áreas de invernada en África tropical, aunque puede llegar también a reproducirse de manera esporádica en algunos hayedos de la Cordillera Cantábrica y Pirineos. Se distingue de otros mosquiteros por su tamaño ligeramente mayor y por poseer un distintivo patrón de coloración, con la cara y el pecho amarillo limón en contraste con el vientre blanco.
Mosquitero sombrío
Phylloscopus fuscatus
El mosquitero sombrío se parece en tamaño y forma al mosquitero común, pero exhibe una coloración mucho más oscura, sin tonos amarillos, parduzca en el dorso y grisácea en las partes ventrales. Tiene además, al igual que el mosquitero de Schwarz, las patas pálidas y dos evidentes listas, la superciliar pálida y la ocular oscura, si bien es bastante más delicado, luce un pico fino y largo, posee una ceja que tiende a difuminarse por delante del ojo, y realiza movimientos muy activos, con constantes sacudidas de alas y cola.
Mosquitero verdoso
Phylloscopus trochiloides
El mosquitero verdoso tiene el tamaño del común, de color gris verdoso en las partes superiores y blanco sucio en las inferiores, con una larga lista superciliar bien delimitada y que tiende a unirse con la del lado opuesto por encima del pico y con una franja alar blanquecina, corta y apenas marcada.
Negrón americano
Melanitta americana
El negrón americano es muy parecido al negrón común, del que hasta hace poco se consideraba una simple subespecie. Los machos adultos se diferencian bien porque tienen el pico con una amplia mancha amarilla y carece, en cambio, de bultos negros en la base. Las hembras resultan indistinguibles en el campo de las del negrón común.
Negrón careto
Melanitta perspicillata
El negrón careto es bastante similar al negrón común, con un tamaño parecido, aunque, sin embargo, posee un pico mucho más abultado. A diferencia del negrón especulado, carece de blanco en las alas. Los machos lucen un pico con manchas naranjas, blancas y negras, y exhiben amplios parches blancos sobre la frente y la nuca. Las hembras presentan dos áreas pálidas en la cara, separadas por otra oscura que desciende del ojo, y las adultas tienen, con frecuencia, la nuca blanquecina.
Negrón común
Melanitta nigra
A lo largo del invierno, no es infrecuente observar en las inmediaciones de las costas cántabro-atlánticas o en el litoral gaditano pequeños grupos de unas aves negras que se zambullen activamente a la búsqueda de moluscos. Se trata de negrones comunes, unos patos de tendencias marinas que todos los años aparecen en cierto número en las costas ibéricas, donde esperarán hasta que las condiciones climáticas sean más favorables en las altas latitudes donde se reproducen.
Negrón especulado
Melanitta fusca
Más escaso en aguas españolas que su cercano pariente el negrón común, el negrón especulado es, como aquel, un pato con marcadas tendencias marinas (sobre todo, en invierno), que abandona las altas y frías latitudes donde se reproduce para invernar en áreas costeras más templadas de Europa occidental, en las que encuentra una abundante disponibilidad de los moluscos que constituyen su dieta.
Negrón siberiano
Melanitta stejnegeri
El negrón siberiano se ha considerado hasta 2022 subespecie del negrón aliblanco (Melanitta deglandi) y este a su vez conespecífico del negrón especulado (Melanitta fusca) hasta 2010. Es similar al negrón especulado, aunque en los machos adultos la protuberancia del pico es llamativamente más grande y proyectada hacia delante, y presenta una franja rosada en la base superior del pico Su mancha ocular blanca es mayor que la del especulado y su parte posterior se curva hacia arriba. La frente del negrón siberiano es la más huidiza de todos los negrones. En vuelo son reconocibles sus llamativas secundarias blancas.
Obispo coronigualdo
Euplectes afer
El obispo coronigualdo está incluido en el Catálogo español especies exóticas invasoras. Originario del África subsahariana, ha sido frecuentemente objeto del comercio internacional para su empleo como ave de jaula, derivando en escapes y sueltas no controladas que dieron como origen su reproducción en libertad en países como Portugal. En la actualidad, en España hay núcleos asentados principalmente en las provincias de Badajoz, Huelva y Sevilla, y todo parece indicar una clara expansión.
Oropéndola europea
Oriolus oriolus
La espectacular oropéndola, como otras coloridas aves ibéricas, pertenece a una familia de origen tropical. El llamativo tono amarillo dorado del macho, de difícil confusión, añade una fulgurante nota de color en las arboledas españolas. Los hábitos reservados y esquivos de este pájaro, que lo mantienen fuera de la vista del observador, se compensan con un sencillo y distintivo canto aflautado, muy fácil de escuchar y característico del paisaje sonoro de muchos de nuestros sotos ribereños y otros tipos de bosque.
Ostrero euroasiático
Haematopus ostralegus
Aunque se trata de una especie muy poco habitual como reproductora en nuestro territorio, el inconfundible ostrero puede verse con cierta asiduidad en las costas españolas a lo largo de los pasos migratorios y durante el invierno. Armada con un pico largo y potente, esta robusta limícola se muestra como una consumada especialista a la hora de romper las duras conchas de los moluscos y crustáceos que suelen componer su dieta.
Págalo grande
Stercorarius skua
El págalo grande es una especie de gran tamaño, robusta, con alas potentes y pico ganchudo, conocida por sus comportamientos agresivos con otras aves marinas, a las que persigue y ataca para robarles comida. Se trata de un pájaro longevo y generalmente fiel a su pareja durante su larga vida. En España no se reproduce, aunque resulta regular en alta mar, y habitualmente se lo observa siguiendo a los barcos pesqueros para aprovechar los descartes. Es el págalo de mayor tamaño.
Págalo parásito
Stercorarius parasiticus
El págalo parásito es un ave marina migradora, similar a una gaviota de mediano tamaño, con vuelo ágil y potente y pico ganchudo. Tiene fama por su comportamiento agresivo con otras aves marinas, a las que persigue y ataca para robarles comida. En España no se reproduce, aunque resulta regular en alta mar durante el otoño y la primavera, cuando migra hacia sus áreas de invernada, por debajo de la línea del ecuador. Posee una amplia gama de coloración, en función de la edad, la época del año y la fase de plumaje.
Págalo polar
Stercorarius maccormicki
Datos insuficientes.
Págalo pomarino
Stercorarius pomarinus
Ave marina migradora, de aspecto similar a una gaviota grande y con un tamaño intermedio entre los págalos grande y parásito. Como el resto de los págalos, tiene la costumbre de atacar y robar comida a otras aves, especialmente charranes, gaviotas y álcidos. Es regular en alta mar durante los pasos de otoño y primavera. Su coloración varía en función de la época del año, la edad y la fase de plumaje, existiendo aves en fase clara (las más comunes, pues incluyen un 90% de la población) y oscura.
Págalo rabero
Stercorarius longicaudus
El págalo rabero es un ave pelágica cuyas rutas migratorias discurren en general por alta mar, de modo que los avistamientos son mucho más raros que los de otros págalos. En España es un ave de paso y los avistamientos se producen con más frecuencia en las costas gallegas en su viaje posnupcial hacia las costas occidentales de África y del Antártico.
Pagaza piconegra
Gelochelidon nilotica
Esta especie estival en la Península Ibérica, de hábitos más propios de un ave esteparia que de un charrán, es la única de su familia que presenta un pico corto y robusto como el de una gaviota. Este pico responde a su adaptación a una dieta basada en insectos, diferente a la de otras especies de charranes. Este régimen alimentario le permite asentarse en ciertos hábitats interiores, tanto en el periodo reproductor como durante las migraciones, que no son ocupados por otros charranes.
Pagaza piquirroja
Hydroprogne caspia
Este charrán de gran tamaño, similar al de una gaviota sombría, resulta impresionante tanto por su corpulencia como por su robusto pico de vivo color rojizo. A España llegan individuos en paso, algunos de los cuales se quedan a invernar en las costas atlánticas andaluzas, procedentes de las colonias escandinavas asentadas en el Báltico. Su técnica de pesca, unida a su enorme tamaño, convierten en un auténtico espectáculo la rara observación de esta especie cuando se alimenta.
Paíño boreal
Hydrobates leucorhous
Esta ave marina pelágica de pequeño tamaño, que se reproduce en islotes del Atlántico norte, solo puede verse ocasionalmente en las costas españolas durante el otoño o el invierno.
Paíño de Madeira
Hydrobates castro
La población reproductora europea de este paíño queda restringida en su mayor parte a los archipiélagos macaronésicos de Portugal y España, aunque una pequeña población también se reproduce en las portuguesas islas Berlengas, cercanas a la Península. En nuestro país, está presente en las islas Canarias, principalmente en Tenerife y Lanzarote. Fuera de la época de cría, es una especie estrictamente pelágica cuya distribución apenas se conoce, aunque parece que se desplazan hacia el centro del Atlántico. En aguas peninsulares españolas su presencia puede considerarse ocasional.
Paíño de Swinhoe
Hydrobates monorhis
El paíño de Swinhoe presenta la cola ligeramente ahorquillada y proporciones y tamaño similares a los del paíño boreal, aunque sin banda blanca en el obispillo. Observado en mano destacan en su plumaje los raquis de las primarias, de color blanco.
Paíño de Wilson
Oceanites oceanicus
Durante la época de reproducción, el paíño de Wilson es una especie propia de las aguas antárticas, cuyas principales zonas de cría se asientan en los archipiélagos subantárticos del Atlántico. Fuera de la estación reproductora se comporta como un ave migrante transecuatorial, que puede llegar en sus desplazamientos hasta las aguas atlánticas de la Península Ibérica. La observación de esta especie es inusual en nuestros mares, debido no solo a su rareza sino también a sus hábitos pelágicos y a la dificultad de su detección.
Paíño europeo
Hydrobates pelagicus
El paíño europeo es el más pequeño de los miembros de este grupo de aves marinas presente en aguas españolas, además de ser el único que se reproduce en la Península y Baleares. Debido a que es una especie muy sensible a la predación por ratas y gatos, las colonias de cría existentes se asientan en islotes o tramos de costa bastante inaccesibles y libres de la presencia de estos predadores.
Paíño pechialbo
Pelagodroma marina
Entre los paíños presentes en aguas españolas, el pechialbo es único por su coloración (con cara y partes ventrales blancas) y por su silueta de vuelo (alas más anchas y redondeadas y patas que sobresalen notablemente de la cola), peculiaridades que lo diferencian del resto de congéneres y permiten una fácil identificación. Se trata de una especie escasísima que en nuestras aguas solo se observa en Canarias, donde crían unas pocas decenas de parejas en los islotes al norte de Lanzarote.
Paíño ventrinegro
Fregetta tropica
El paíño ventrinegro es de los mayores entre los paíños observables en España, de tamaño similar al de Madeira y al boreal. Partes superiores de color gris oscuro casi negro, con la excepción del llamativo obispillo blanco, en forma de V como el boreal, pero más destacado. En vuelo, banda dorsal sobre las alas apenas perceptible, las patas sobresalen de la cola. En vista inferior en vuelo, cabeza, garganta y pecho grises, en contraste con el blanco de los flancos, separados por una franja oscura discontinua, que atraviesa el vientre longitudinalmente, de ahí su nombre ventrinegro. En algunos ejemplares la franja no se aprecia fácilmente.
Pájaro gato gris
Dumetella carolinensis
El pájaro gato gris es, como su nombre indica, casi del todo gris oscuro, con infracoberteras caudales castaño-rojizas (no fácilmente apreciables) y píleo negro. Recuerda a un mirlo pequeño, de alas cortas y redondeadas y con cola bastante larga.
Pájaro moscón europeo
Remiz pendulinus
Fácil de reconocer por su llamativa máscara facial negra, el pequeño pájaro moscón es un habitante asiduo de carrizales y sotos fluviales provistos de matorrales densos y espinosos, entre los que deambula ágilmente. Los árboles que pueblan estas formaciones le proporcionan soporte y material para construir un característico nido de forma globosa, que pende de las flexibles ramas de chopos y sauces y que es, sin duda, uno de los más elaborados y complejos de toda nuestra avifauna.
Paloma bravía
Columba livia
La paloma bravía es el ancestro silvestre de la paloma doméstica, con la que se hibrida frecuentemente por tratarse de la misma especie. Por ello, en muchos casos resulta muy difícil distinguir ambas variedades o saber si los individuos de una población son silvestres o cimarrones. Originaria de Europa, la bravía está asociada a cortados rocosos, ya sean cantiles de sierras, barrancos fluviales o acantilados marinos. Aunque aparentemente es abundante, su alto grado de hibridación con la forma doméstica puede comprometer seriamente su identidad genética como especie silvestre.
Paloma rabiche
Columba junoniae
La rabiche es una de las dos especies de palomas endémicas de las Canarias, junto con la turqué. Aunque puede compartir con esta el hábitat de laurisilva y monteverde, aparece más ligada a ambientes termófilos y con presencia de barrancos en zonas de menor altitud. A diferencia de la turqué, que sitúa sus nidos en árboles, la rabiche lo hace directamente en el suelo o en pequeñas repisas rocosas, lo que provoca que sus nidos sean muy accesibles a predadores como ratas y gatos, que causan la pérdida de muchas nidadas.
Paloma torcaz
Columba palumbus
Paloma robusta y poderosa, muy común y extendida por toda la geografía española, aunque falta en Canarias. Ocupa una gran variedad de ambientes (forestales, agrícolas, urbanos), con las densidades más elevadas en encinares y alcornocales. En invierno, la población residente ibérica se ve reforzada por un contingente de millones de torcaces procedentes del centro y el norte de Europa.
Paloma turqué
Columba bollii
La paloma turqué es, junto a la rabiche, una de las aves más singulares de Canarias. Aunque estas dos especies de palomas endémicas son habitantes característicos del bosque de laurisilva o monteverde, la turqué depende mucho más de este hábitat. Es también la más numerosa de las dos especies y, a diferencia de la rabiche, que cría en cortados o en el suelo, la turqué lo hace siempre en árboles. Se trata igualmente de un ave muy sensible a la predación de sus huevos y pollos por parte de gatos y ratas.
Paloma zurita
Columba oenas
Esta paloma, de aspecto liviano, se distribuye como reproductora en la Península de forma irregular y en núcleos dispersos, ligada a una amplia variedad de ambientes: bosques aclarados, zonas fluviales, cultivos cerealistas, etc. Durante el invierno, el territorio ibérico constituye una importante área de invernada para las poblaciones del centro y el norte de Europa.
Papamoscas acollarado
Ficedula albicollis
El papamoscas acollarado es muy parecido a los papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) y semiacollarado (Ficedula semitorquata), con los que a veces se hibrida. Los machos adultos se diferencian bien en plumaje primaveral por presentar un collar blanco completo, que se extiende ampliamente sobre la parte posterior del cuello y hacia la nuca. En otros plumajes resulta bastante difícil la identificación segura en el campo, para lo cual son útiles las marcas blancas de las alas, que en el papamoscas acollarado incluyen una mancha relativamente grande en la base de las primarias y, a veces, una segunda franja alar (en los extremos de las coberteras medianas).
Papamoscas cerrojillo
Ficedula hypoleuca
El papamoscas cerrojillo es una especie que en nuestras latitudes cría en zonas forestales de varios macizos montañosos, aunque a lo largo de la época de paso, que comienza en septiembre, resulta muy frecuente en los más diversos hábitats. Consumado insectívoro y de hábitos trogloditas a la hora de nidificar, este pequeño pájaro precisa de huecos para criar, por lo que para favorecer sus poblaciones es conveniente colocar cajas nido, que la especie acepta muy fácilmente.
Papamoscas gris
Muscicapa striata
El papamoscas gris presenta una distribución más meridional que su pariente el papamoscas cerrojillo y también ocupa hábitats más variados, generalmente en áreas de menor altitud. Es un ave netamente insectívora, que captura a sus pequeñas presas en vuelo.
Papamoscas papirrojo
Ficedula parva
El papamoscas papirrojo es el menor de los papamoscas europeos y el único que presenta cola blanquinegra, con un dibujo similar al de las collalbas. Los machos adultos muestran un amplio babero rojizo, muy característico, pero no así las hembras ni los machos jóvenes y de primer invierno. La especie tiene las partes dorsales pardas, en tanto que las inferiores son blancas o blanquecinas. Los machos adultos exhiben cabeza gris. El vuelo de este papamoscas resulta muy ágil y cuando está posado sacude a menudo las alas y levanta a veces la cola sobre la espalda.
Papamoscas semiacollarado
Ficedula semitorquata
El papamoscas semiacollarado tiene un plumaje intermedio entre el habitual papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) y el también ocasional papamoscas acollarado (Ficedula albicollis). En el macho reproductor, la doble mancha frontal es visiblemente más pequeña que la del cerrojillo presente en España (subespecie F. h. iberiae). El collar blanco retrocede hacia la nuca más que en el cerrojillo, pero sin llegar a cerrar completamente (como sí ocurre en el acollarado), formando el semicollar que le da nombre. No obstante este rasgo es variable y en determinadas posiciones del ave puede llevar a confusión. Las coberteras medianas tienen el extremo blanco, formando una barra alar superior que se llega a fusionar con su gran mancha alar blanca. Las bases de las primarias, blancas en las tres especies, forman una mancha bastante mayor que la del cerrojillo y generalmente menor que la del acollarado. Las dos rectrices más externas están completamente orladas de blanco, rasgo apreciable si se ve al ave desde abajo, posada o en vuelo. En conjunto, las manchas blancas de la cola son las más visibles de las tres especies, intermedia en el cerrojillo y casi inapreciable en el acollarado. La hembra adulta es muy parecida a la del acollarado, con la mancha blanca de la base de las primarias y las márgenes blancas de las terciarias, menos patentes. En muchos casos se diferencia bien por la segunda barra alar que forman los extremos blancos de las coberteras medianas, ausente en la hembra del cerrojillo y presente solo en algunos ejemplares de acollarado. Resto de plumajes aún más indistinguibles, identificables prácticamente solo con el ave en mano.
Pardela balear
Puffinus mauretanicus
Considerada hasta hace poco una subespecie de la pardela mediterránea, la pardela balear es la única ave marina endémica de España. Como su nombre indica, cría en las islas Baleares, pero en sus desplazamientos puede llegar hasta el Atlántico y el Cantábrico, ya sea al golfo de Vizcaya o más al norte, o bien hasta el noroeste de África. Se trata de una especie muy amenazada, con una población en torno a las 3.000 parejas reproductoras.
Pardela capirotada
Ardenna gravis
La pardela capirotada se reproduce en gran número en unas pocas islas del Atlántico sur. En España solo se observa de forma regular, mar adentro, frente a las costas cántabro-atlánticas, siendo mucho más escasa u ocasional en el resto de nuestras aguas marinas. Se detecta a finales de verano y principios de otoño.
Pardela cenicienta atlántica
Calonectris borealis
La pardela cenicienta atlántica ha sido considerada hasta hace poco como una subespecie de Calonectris diomedea. Sin embargo, estudios recientes han puesto de manifiesto diferencias genéticas y morfológicas que han llevado a reclasificar a esta pardela. Especie pelágica, cría en las costas del archipiélago canario y, en menor medida, en el litoral gallego.
Pardela cenicienta de Cabo Verde
Calonectris edwardsii
Datos insuficientes.
Pardela cenicienta mediterránea
Calonectris diomedea
Con su gran envergadura, la pardela cenicienta mediterránea es una de nuestras mayores aves marinas. Hasta hace poco se diferenciaban dos subespecies, borealis, de distribución atlántica y diomedea, en el ámbito mediterráneo. Actualmente se consideran dos especies independientes, pardela cenicienta atlántica y pardela cenicienta mediterránea, respectivamente. De hábitos pelágicos, la pardela cenicienta mediterránea está ampliamente distribuida por el archipiélago balear y otras islas mediterráneas.
Pardela chica de Cabo Verde
Puffinus boydi
Datos insuficientes.
Pardela chica macaronésica
Puffinus baroli
Pequeña y bastante desconocida, la pardela chica es un ave marina de amplia distribución mundial. En España se la observa fundamentalmente en aguas canarias, donde se asienta una pequeña población reproductora que se encuentra muy amenazada.
Pardela chica macaronésica
Puffinus baroli
Pequeña y bastante desconocida, la pardela chica es un ave marina de amplia distribución mundial. En España se la observa fundamentalmente en aguas canarias, donde se asienta una pequeña población reproductora que se encuentra muy amenazada.
Pardela mediterránea
Puffinus yelkouan
La pardela mediterránea, separada recientemente de la pardela balear, es muy similar a aquella. Se distribuye mayoritariamente por el Mediterráneo oriental, siendo más escasa en las costas mediterráneas ibéricas y rara en las atlánticas. Una pequeña población se reproduce en la isla de Menorca.
Pardela pichoneta
Puffinus puffinus
La pardela pichoneta muestra un marcado contraste entre sus partes superiores, negruzcas, y su mitad inferior, blanca. En España solo está presente como reproductora, en muy escaso número, en las islas de Tenerife y La Palma. En cambio, durante el paso otoñal resulta más frecuente frente a las costas gallegas y cantábricas.
Pardela sombría
Ardenna grisea
La pardela sombría es de tamaño mediano, color general oscuro y alas apuntadas. Esta ave marina pelágica se distribuye ampliamente por los océanos Atlántico y Pacífico, y en España solo es observable durante el paso otoñal, cuando transita cerca de la costa, principalmente por Galicia y Asturias.
Pardillo común
Linaria cannabina
El pardillo común es un ave pequeña y gregaria, bastante abundante en una gran variedad de hábitats. Aunque es algo difícil de reconocer por su coloración invernal, resulta, en cambio, muy fácil de detectar por su reclamo en vuelo o por el llamativo color carmín de los machos en primavera. Habita en ambientes abiertos, donde se mezcla con otras aves consumidoras de semillas (granívoras).
Pardillo norteño
Acanthis flammea
El pardillo norteño se diferencia del pardillo común por poseer en todos los plumajes el dorso fuertemente estriado, dos franjas alares y, en la cabeza, una combinación de frente roja, pico amarillento y diminuto babero negro. Los machos en época de cría presentan una amplia mancha carmín extendida sobre el pecho, el cuello y los lados de la cara. La subespecie cabaret es más pequeña (menos de 22,5 centímetros de envergadura) y de coloración general más parda que la nominal (flammea). El pardillo boreal (Carduelis hornemanni) se parece mucho, pero resulta más pálido, tiene el pecho solo rosado y muestra la rabadilla blanca, sin estrías.
Pardillo piquigualdo
Linaria flavirostris
El pardillo piquigualdo se parece al pardillo común, aunque tiene el dorso y los flancos muy estriados, la garganta sin motas, de color gamuza, y el pico bastante corto, amarillo o amarillento, excepto en los adultos en época de cría.
Pato colorado
Netta rufina
El pato colorado es una anátida a medio camino entre los patos buceadores, dentro de los que se la encuadra habitualmente, y los de superficie, que se caracteriza por su gran tamaño y por el espectacular diseño nupcial del macho. Especie bastante exigente en cuanto a la calidad del hábitat para instalarse, el pato colorado es un ave de tendencias más bien vegetarianas, que ha padecido severamente la desaparición o alteración de algunos de nuestros mejores humedales.
Pato criollo
Cairina moschata
El pato criollo es una anátida originaria del centro y sur del continente americano (hasta el norte de Argentina) que ha sido introducido como ave doméstica y ornamental a escala mundial. Resultado de su frecuente hibridación con otros ánades como el ánade azulón, los distintos ejemplares muestran plumajes muy variados.
Pato havelda
Clangula hyemalis
Pocas veces es posible contemplar en las costas ibéricas durante el invierno a un bello y pequeño pato de tendencias marinas que, hasta hace poco tiempo, era considerado una verdadera rareza en nuestro territorio. Se trata del pato havelda, un habitante de las frías tundras y montañas del norte del continente, que inverna en los litorales del mar Báltico y del mar del Norte.
Pato joyuyo
Aix sponsa
En el pato joyuyo, el macho tiene un plumaje muy llamativo y vistoso, que resulta inconfundible. Las hembras y jóvenes son, en cambio, mucho más discretos y menos distintivos, y se parecen mucho a los del pato mandarín.
Pato mandarín
Aix galericulata
El pato mandarín es originario de Asia oriental, pero su introducción en Inglaterra en el siglo XVIII y posteriores sueltas y escapes dieron como consecuencia la formación de poblaciones naturalizadas de cierta importancia en determinados países de Europa como la propia Inglaterra, Alemania o Países Bajos. En España, su presencia ha dejado de considerarse ocasional, existiendo observaciones de la especie tanto en la Península como en los archipiélagos.
Pelícano ceñudo
Pelecanus crispus
El pelícano ceñudo, como el resto de miembros de la familia, es una de las aves de mayor tamaño de todo el Paleártico. En promedio es más grande que el pelícano común. Posado muestra las plumas de la nuca encrespadas. El iris es claro, rodeado de una pequeña porción de piel desnuda, mucho mayor en el pelícano común. Las partes superiores son blancas sucias, en vuelo muestra la cara inferior de las alas ligeramente oscura, con una banda central blanca, poco contrastada. Extremos de las rémiges negros, mucho menos marcados que en el común. Las patas son grises. El adulto reproductor tiene el pico grisáceo o anaranjado, con el saco gular rojo anaranjado y el pecho amarillo. Fuera de la época de cría el pico es grisáceo y el saco gular amarillento. El juvenil es pardo claro con las partes inferiores blanco sucio. Resto de subadultos similares al adulto fuera de la estación reproductora.
Pelícano común
Pelecanus onocrotalus
El pelícano común es un ave acuática de gran tamaño, coloración esencialmente blanca y largo pico, provisto de una amplia bolsa dilatable que continúa sobre la garganta. En vuelo se distingue bien de las otras especies de pelícanos que pueden verse en el Paleártico por mostrar bajo el ala todas las rémiges de color negro (un diseño similar al de la cigüeña blanca). Tiene rosados los pies y las patas, así como un área de piel desnuda en torno al ojo, que es oscuro. Los jóvenes presentan las partes dorsales parduzcas y muestran las ventrales de color blanco sucio.
Pelícano rosado
Pelecanus rufescens
El pelícano rosado es menor que otros pelícanos del Viejo Mundo, pero aun así grande, con aproximadamente 4-7 kilogramos de peso. Presenta un color general blanco grisáceo, más pardo en los jóvenes y ligeramente teñido de rosa en el dorso y las partes inferiores en el caso de los adultos. Tiene las patas de color variable, aunque habitualmente blanquecinas.
Perdiz moruna
Alectoris barbara
Perdiz norteafricana que se presenta en España de forma puntual en el Campo de Gibraltar, Ceuta y Melilla, así como en las islas Canarias, donde resulta común. Excepto las poblaciones africanas de las ciudades autónomas, las demás proceden de sueltas históricas. Típica de ambientes áridos, ocupa todo tipo de estepas, zonas pedregosas y formaciones de matorral mediterráneo.
Perdiz pardilla
Perdix perdix
Aunque en Europa es un ave de llanura, en España es típica de montaña, y aparece restringida a los principales macizos montañosos del tercio norte peninsular, con tres núcleos principales aislados entre sí: Pirineos, Sistema Ibérico y Cordillera Cantábrica. En estas zonas ocupa mosaicos de matorral y pastizal, preferentemente por encima de los 1.600 metros de altitud. Muy gregaria, realiza movimientos altitudinales en invierno hacia los fondos de valle.
Perdiz roja
Alectoris rufa
Su distribución natural se restringe al suroeste de Europa, donde ocupa una amplia variedad de hábitats, alimentándose y situando sus nidos en el suelo. Es un ave gregaria, en especial fuera de la época de cría. Se encuentra en todo tipo de medios abiertos, desde el nivel del mar hasta la alta montaña, aunque escasea por encima de los 1.500 metros de altitud. Se halla en regresión, sometida a un intenso aprovechamiento cinegético y con problemas derivados de la alteración de los paisajes agrarios de los que depende.
Petirrojo de Gran Canaria
Erithacus marionae
Pájaro que se distingue por poseer una llamativa mancha anaranjada en el pecho, la garganta y el cuello. Se distribuye por toda Europa, norte de África y Macaronesia. En Canarias existen dos subespecies, marionae en Gran Canarias y superbus en Tenerife, que están incluidas en el Catálogo Canario de Especies Protegidas.
Petirrojo europeo
Erithacus rubecula
El petirrojo europeo es uno de los pájaros más populares y fácilmente reconocibles, al que se distingue por su llamativa mancha anaranjada en el pecho, la garganta y la cara. En invierno resulta muy común en casi cualquier ambiente, incluyendo parques y jardines; pero en primavera cría preferentemente en parajes frescos. Es territorial, tanto en invierno como en verano, y muy a menudo suele dejarse ver entre los arbustos o en el suelo mientras busca insectos.
Petirrojo Tinerfeño
Erithacus superbus
Pájaro que se distingue por poseer una llamativa mancha anaranjada en el pecho, la garganta y el cuello. Se distribuye por toda Europa, norte de África y Macaronesia. En Canarias existen dos subespecies, marionae en Gran Canarias y superbus en Tenerife, que están incluidas en el Catálogo Canario de Especies Protegidas.
Petrel aligrande
Pterodroma macroptera
Datos insuficientes.
Petrel antillano
Pterodroma hasitata
El petrel antillano luce un patrón de coloración bastante distintivo, en el que una “gorra” negra contrasta con un ancho collar blanco. Las partes inferiores son esencialmente blancas.
Petrel damero
Daption capense
El petrel damero recuerda a un fulmar boreal, aunque es menor y tiene un plumaje muy característico en las partes superiores, con grandes manchas blancas y oscuras que alternan a modo de un tablero de ajedrez.
Petrel de Bulwer
Bulweria bulwerii
Pequeña ave marina, de tonos oscuros, con tamaño y aspecto intermedio entre un paíño y una pardela. Distribuida por los océanos Pacífico y Atlántico, mantiene colonias de cría en muchos de los islotes e islas principales del archipiélago canario. Debido a su escaso número de efectivos (aproximadamente un millar de parejas) y a las numerosas amenazas que sufre, se considera una especie muy amenazada.
Petrel de las Desertas
Pterodroma deserta
Datos insuficientes.
Petrel de Trinidad
Pterodroma arminjoniana
Datos insuficientes.
Petrel freira
Pterodroma madeira
Datos insuficientes.
Petrel gongón
Pterodroma feae
Datos insuficientes.
Picamaderos negro
Dryocopus martius
Los umbríos abetales y hayedos de las montañas pirenaicas y cantábricas resuenan en primavera con los profundos tamborileos de una especie íntimamente unida al futuro de los boques maduros: el picamaderos o pito negro, un ave voluminosa e inconfundible, que realiza una impagable labor sanitaria forestal al eliminar ingentes cantidades de insectos xilófagos y sus larvas. Ampliamente distribuido por los extensos bosques del centro y norte de Europa, este pájaro carpintero tiene en nuestro territorio una pequeña población relicta, recluida en los mejores bosques eurosiberianos de la Península.
Pico dorsiblanco
Dendrocopos leucotos
El pico dorsiblanco es el pájaro carpintero más escaso en España, ya que su población apenas llega al centenar de parejas reproductoras, acantonadas en su práctica totalidad en los bosques del Pirineo navarro. Se trata de una especie típica de bosques fríos y que, tras la última glaciación, quedó recluida y aislada en los macizos montañosos del sur de Europa. Está muy ligada a los hayedos maduros, ya sean puros o mixtos, en los que se conserven árboles viejos y podridos donde encontrar alimento y poder taladrar sus nidos. Por eso, su conservación depende de que la gestión forestal contemple estas necesidades ecológicas.
Pico mediano
Dendrocoptes medius
El pico mediano es un habitante de las grandes espesuras forestales, de los bosques viejos, bien estructurados y con variedad de especies leñosas, donde abunden los grandes y añosos árboles, los troncos podridos y la madera muerta. Es, en definitiva, un morador de bosques maduros, algo que no abunda precisamente en nuestro territorio, donde este picamaderos está recluido en unos pocos enclaves propicios del norte peninsular, en los que corre un grave riesgo de extinción a causa del aislamiento de sus poblaciones.
Pico menor
Dryobates minor
Aunque el pico menor luce un patrón de plumaje muy similar al de otros pícidos, su diminuto tamaño hace imposible cualquier confusión. En efecto, este picamaderos es un ave del tamaño de un pajarillo que, como casi todos los carpinteros, muestra unas marcadas tendencias forestales. Bosques de ribera bien conservados, robledales, castañares o alcornocales son el hábitat predilecto de este devorador de larvas y adultos de escarabajos xilófagos, que se constituye en un excelente bioindicador de la salud de nuestras mejores masas forestales.
Pico picapinos
Dendrocopos major
Uno de nuestros más extendidos y habituales pájaros carpinteros, el pico picapinos, es un ave dotada de un poderoso pico, que posee una prodigiosa capacidad para taladrar las maderas más resistentes. Estas cualidades le permiten instalarse en una gran variedad de hábitats forestales o semiforestales, desde pinares de montaña hasta bosques de ribera, amén de encinares o alcornocales. Este pícido, además, da muestras de una gran elasticidad a la hora de alimentarse, ya que consume tanto insectos como pollos y huevos o todo tipo de frutos.
Picogordo común
Coccothraustes coccothraustes
Paseriforme forestal de gran tamaño y reconocible por su pico, muy grueso y ancho, y de una robustez tal para su tamaño que le permite alimentarse de una gran variedad de frutos. Está ampliamente extendido en Europa, pero no es abundante. En España se observa de manera muy dispersa en bosques abiertos de altitudes intermedias del centro y sur peninsular.
Pigargo europeo
Haliaeetus albicilla
El pigargo europeo es un águila grande y voluminosa, con alas largas y anchas, cola relativamente corta, en forma de cuña, y pico grande y fuerte. Los adultos tienen la cola blanca, la cabeza y el cuello más claros que el resto del cuerpo, y el pico amarillo, mientras que los jóvenes son casi del todo oscuros, bastante uniformes. Existen diversos plumajes de transición hacia el plumaje adulto.
Pinzón azul de Gran Canaria
Fringilla polatzeki
El pinzón azul de Gran Canaria es una especie endémica de esta isla que hasta hace poco tiempo criaba exclusivamente en los pinares Inagua, Ojeda y Pajonales, algunos de ellos incluidos de la Reserva Natural Integral de Inagua. No obstante, desde 2010 viene desarrollándose un programa de traslocación en los pinares de La Cumbre con individuos procedentes de la cría en cautividad y de la población salvaje de Inagua que ha dado como resultado la reproducción de varias parejas en esta nueva ubicación. En la actualidad se mantienen ambos núcleos poblacionales en la isla.
Pinzón azul de Tenerife
Fringilla teydea
Bello pájaro azulado, del tamaño de un gorrión, habitante de los pinares canarios. Su población se restringe exclusivamente a la residente en Tenerife, con no más de 1.000 parejas.
Pinzón real
Fringilla montifringilla
Invernante habitual, aunque no es abundante en la Península Ibérica. Cría en los bosques boreales del norte de Europa. En cambio, en la Península se observa tanto en pinares, hayedos o prados alpinos, como en barbechos, rastrojeras de maíz o dehesas, mezclado con pinzones vulgares, verderones serranos, lúganos, etc.
Pinzón vulgar
Fringilla coelebs
Ave del tamaño de un gorrión, omnívora, gregaria y bastante acomodaticia, el pinzón vulgar resulta una de las especies más abundantes y mejor distribuidas de nuestro territorio, donde ocupa todo tipo de paisajes más o menos arbolados, desde bosques maduros a parques y jardines. Durante el invierno, la Península recibe abundantes contingentes de pinzones procedentes de otras regiones de Europa. En las Canarias se reconocen tres subespecies, de las que dos son endémicas y están severamente amenazadas.
Piquero enmascarado
Sula dactylatra
El piquero grande es casi del tamaño del alcatraz atlántico, y también de color predominantemente blanco en los adultos, aunque pose el pico amarillo y una distintiva careta negra. Los jóvenes se parecen un tanto a los adultos del piquero pardo, pero tras la cabeza marrón muestran un amplio collar blanco.
Piquero pardo
Sula leucogaster
El piquero pardo es bastante menor que el alcatraz atlántico, tiene la cabeza, el cuello, el pecho y las partes superiores de color marrón oscuro, en fuerte contraste con las partes inferiores, blancas, bien delimitadas. Los jóvenes muestran un tono más desvaído en el marrón del dorso y presentan las partes inferiores de color blanco sucio.
Piquero patirrojo
Sula sula
Datos insuficientes.
Piquituerto común
Loxia curvirostra
El piquituerto común posee uno de los más sorprendentes y especializados picos de toda la avifauna europea. Se trata de una herramienta robusta y en forma de tijera, cuyas mandíbulas se cruzan para constituir una perfecta tenaza con la que extraer los nutritivos piñones que constituyen la base de su dieta. Ave forestal y de talante nómada, el piquituerto común es un habitante característico de los bosques de pinos, abetos, alerces y píceas de toda Europa, desde el nivel del mar hasta la alta montaña.
Pito bereber
Picus vaillantii
Datos insuficientes.
Pito ibérico
Picus sharpei
El más común y extendido de nuestros pájaros carpinteros, el pito ibérico, es un ave inconfundible de la que, en muchas ocasiones, tendremos referencia por su característico canto, una especie de sonoro relincho que delata su presencia en las arboledas ribereñas, los bosques caducifolios y las áreas ajardinadas donde se instala. Activo consumidor de invertebrados, este pícido dispone de una larga y pegajosa lengua con la que prospecta los resquicios de los hormigueros en busca de los huevos, larvas y adultos que constituyen la base de su dieta.
Pluvial
Pluvianus aegyptius
El pluvial posee un diseño sumamente distintivo, que combina los colores blanco, negro, gris y crema. Por lo demás, esta ave recuerda a los corredores, si bien es más pequeña y con patas más cortas.
Polluela bastarda
Zapornia parva
Habitante de marjales, pantanos y carrizales, donde se desenvuelve con extrema agilidad entre las densas marañas de vegetación, la polluela bastarda se aventura frecuentemente, sin embargo, en áreas despejadas y tolera aguas más profundas que otros miembros del género. Se trata de una polluela muy rara y poco conocida en España, tanto en los pasos migratorios y el invierno como a lo largo de la estación reproductora, época en la que se tienen escasos datos de cría en unas pocas localidades.
Polluela chica
Zapornia pusilla
La menor de las polluelas europeas, la polluela chica, es también la más ampliamente distribuida por nuestro territorio, aunque en densidades bajas, a pesar de lo cual resulta ser una de las peor conocidas, hecho al que contribuye su carácter sumamente discreto, que la lleva a permanecer siempre oculta entre la densa vegetación de los humedales que frecuenta.
Polluela culirroja
Amaurornis marginalis
La polluela culirroja es una especie de ave gruiforme de la familia Rallidae propia del África subsahariana. Es la única especie del género Aenigmatolimnas. Su área de distribución incluye Argelia, Camerún, Costa de Marfil, Gabón, Ghana, Kenia, Malawi, Namibia, Nigeria, República Democrática del Congo, Sudáfrica, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabue. Aparece ejemplares divagantes en Argelia, Comoras, República del Congo, Italia, Libia, Marruecos, Ruanda y Seychelles.
Polluela pintoja
Porzana porzana
Su mayor tamaño, así como el diseño característico de las plumas del pecho a base de un profuso moteado blanco sobre fondo grisáceo, permiten diferenciar a la polluela pintoja del resto de las polluelas europeas. En todo caso, dado lo discreto de sus hábitos, más que verla, resultará mucho más fácil escuchar su reclamo. Aunque puede considerarse muy rara en nuestro país como reproductora (su población aparece restringida a unos pocos enclaves dispersos por la Península), su presencia, sin embargo, se hace más abundante durante el invierno.
Polluela sora
Porzana carolina
La polluela sora se parece n tamaño, actitudes y preferencias de hábitat a la polluela pintoja. En los adultos resulta distintiva la combinación del pico amarillo verdoso, sin áreas rojas, con una máscara negra, prolongada sobre la garganta, y una pequeña mota blanca justo por detrás del ojo. Los jóvenes presentan una lista pileal oscura, en lugar de diversas estrías. Además, tienen el pecho liso, sin motas blancas, y poseen terciarias oscuras de bordes pálidos y sin barras.
Porrón acollarado
Aythya collaris
El porrón acollarado era un divagante muy raro en Europa, pero se hizo habitual a partir de finales de los setenta, sobre todo en las islas Británicas, donde un pequeño número de individuos se comporta ya como invernante regular. Además, las aves tienden a verse invierno tras invierno en las mismas localidades. Un par de recuperaciones de aves anilladas demuestran la existencia de movimientos desde o hacia Norteamérica. En España, este porrón cuenta con citas cada año desde 1989.
Porrón albeola
Bucephala albeola
El porrón albeola es un porrón muy pequeño y compacto, que recuerda tanto al porrón osculado como a la serreta chica. El macho es inconfundible: blanco, con dorso negro y una amplia zona triangular blanca en la cabeza, con vértice en el ojo. Las hembras y los jóvenes son pardos, con una larga mancha oval blanca en la cabeza que parte bajo el ojo y casi alcanza la nuca.
Porrón bastardo
Aythya marila
El porrón bastardo es un pato buceador de tamaño más bien grande y de plumaje muy similar al de otros porrones, especialmente el moñudo, con el que puede llegar a confundirse. En nuestro territorio, esta anátida, que nidifica en altas latitudes de Europa, es un ave ciertamente escasa, por lo que solamente algunos ejemplares llegan cada temporada a contadas localidades de las costas del norte, las islas y el interior peninsular.
Porrón bola
Aythya affinis
El porrón bola se parece bastante al porrón bastardo, aunque se diferencia de este por ser algo más pequeño, tener la cabeza con perfil apuntado y con tonalidades moradas en lugar de verdes, y poseer las barras del dorso más gruesas y un fino vermiculado en la parte delantera de los flancos. Además, muestra una menor extensión de negro en la punta del pico. Al volar, la franja blanca del ala se circunscribe a las plumas secundarias. Algunos porrones híbridos, por ejemplo entre el moñudo y el europeo, pueden dar lugar a errores en la identificación.
Porrón europeo
Aythya ferina
El porrón europeo es un típico representante de los ánades buceadores, muy ampliamente distribuido por Europa, donde resulta un ave bastante frecuente. En nuestro territorio esta anátida se constituye en el pato buceador más abundante y extendido, pues se encuentra bastante repartido tanto durante la reproducción como, sobre todo, durante la invernada, cuando nuestros humedales reciben un importante número de ejemplares procedentes de otras latitudes.
Porrón islándico
Bucephala islandica
El porrón islándico es muy parecido en cuanto a aspecto y coloración al porrón osculado, aunque ligeramente más grande. Se diferencia de él porque los machos tienen la cabeza con una tonalidad morada brillante en lugar de verde y con la mancha blanca en la mejilla en forma de media luna, no redondeada, que sobrepasa el nivel del ojo. Las hembras y los jóvenes se distinguen difícilmente de los del porrón osculado, aunque tienen la cabeza más redondeada. Así mismo, las hembras en época de cría presentan una mayor extensión de amarillo en el pico.
Porrón moñudo
Aythya fuligula
En las lagunas profundas o en los embalses propicios de nuestro territorio, aparecen en invierno unos patos que, en compañía de porrones europeos y fochas, se zambullen activamente en busca de plantas acuáticas y pequeños animalillos; se trata de los porrones moñudos, una especie que, a pesar de su carácter netamente invernante, a veces ha logrado reproducirse con éxito en algunos humedales de la Península.
Porrón osculado
Bucephala clangula
El porrón osculado, pato buceador de cabeza bastante voluminosa, suele mantener erizadas las plumas del píleo. El macho adulto es predominantemente blanco, con el dorso y la popa negros y la cabeza oscura con reflejos verdosos; en ella destaca vivamente una mancha blanca de forma redondeada en la base del pico, así como el iris, de un intenso color amarillo. La hembra es pardo-grisácea, con la cabeza de color herrumbre, la garganta pálida, el espejuelo blanco y el pico gris con el extremo rosado. El joven, por su parte, es similar a la hembra, pero más apagado y con el pico enteramente gris. En vuelo, el macho parece barrado longitudinalmente de blanco y negro, mientras que la hembra y el joven se ven muy grises, con paneles pálidos en el ala.
Porrón pardo
Aythya nyroca
El escaso, exigente y enigmático porrón pardo, una especie arisca y solitaria, es un ejemplo paradigmático de la decadencia sufrida por los humedales españoles desde mediados del siglo pasado, cuando una agresiva política de desecaciones y transformaciones acabó para siempre con buena parte de la riqueza de esos singulares enclaves. Hoy en día, solamente un puñado de parejas pervive en los mejores humedales levantinos, manchegos, extremeños y andaluces. Aunque su situación sigue siendo crítica, afortunadamente su distribución se ha ampliado en los últimos años.
Quebrantahuesos
Gypaetus barbatus
La silueta del quebrantahuesos volando frente a los imponentes paredones de cualquier apartado rincón de los Pirineos sigue siendo una de las más impresionantes imágenes de la naturaleza española. Ave adaptada a vivir en los más duros ambientes de montaña y dotada de excelentes aptitudes para el vuelo, el quebrantahuesos es, además, un especialista en toda regla, ya que se constituye en el último eslabón en el aprovechamiento de las carroñas, de las que consume sobre todo los tendones y huesos, que fragmenta dejándolos caer desde gran altura sobre las rocas.
Rabihorcado magnífico
Fregata magnificens
El rabihorcado magnífico es un ave marina grande y sumamente estilizada, de pico largo y plumaje básicamente negro, aunque con amplias áreas blancas en las partes inferiores de las hembras. Resulta muy difícil separar unas especies de otras, sobre todo en el caso de los machos; el magnífico es el mayor de todos los rabihorcados.
Rabijunco etéreo
Phaethon aethereus
El rabijunco etéreo parece ser un reciente colonizador de las Islas Canarias, particularmente tras el establecimiento de varias parejas reproductoras de forma regular desde 2016 en Fuerteventura. La causa de esta expansión está con toda probabilidad en la progresiva tropicalización de las aguas del archipiélago y ha favorecido la llegada de individuos desde Cabo Verde, aunque no se puede descartar la llegada de ejemplares caribeños.
Rabilargo ibérico
Cyanopica cooki
El rabilargo es un ave mucho más grácil y estilizada que otros componentes de la familia de los córvidos, de los cuales también se distingue por poseer un plumaje de suaves tonos cremosos y azulados. Durante años se ha pensado que la especie presentaba una curiosa distribución mundial dividida en dos núcleos separados por millares de kilómetros: la Península Ibérica y Extremo Oriente. Sin embargo, análisis genéticos recientes muestran que se trata de dos especies diferentes.
Rascón europeo
Rallus aquaticus
El rascón europeo, tan difícil de observar como sus cercanas parientes las polluelas, se detecta principalmente por su canto. No obstante, resulta algo más fácil descubrir su presencia que la de las polluelas, pues nada con mayor frecuencia en aguas abiertas en busca de alimento o bien se posa en los matorrales que limitan los humedales donde se instala. Se trata de un rálido relativamente habitual en nuestro país, ya que cría en buena parte de los humedales peninsulares y de Baleares y alcanza una cierta densidad en algunas localidades de Andalucía occidental.
Reinita charquera norteña
Parkesia noveboracensis
La reinita zarcera norteña tiene un plumaje que recuerda al de algunos bisbitas o a un zorzal pequeño. De hecho, la traducción literal de su nombre en inglés, Waterthrush, sería «zorzal acuático», aunque taxonómicamente poco tiene que ver con unos y otros. Sus partes superiores son de un discreto marrón a veces verdoso, en las que destaca su amplia ceja blanco-amarillenta. El pico es robusto y oscuro. Las partes inferiores son blanco-amarillentas con estrías oscuras. Su cola es corta.
Reinita coronada
Setophaga coronata
La reinita coronada recuerda a las currucas, tal y como ocurre generalmente con los parúlidos. La combinación de la garganta blanquecina con la rabadilla de vivo color amarillo resulta característica de esta especie, que además posee el dorso pardo y estriado, unas manchas amarillas o amarillentas a ambos lados del pecho, una pequeña lista pileal amarilla, a menudo no visible o ausente, un anillo ocular incompleto de color blanco, dos franjas alares y una cola relativamente larga.
Reinita trepadora
Mniotilta varia
La reinita trepadora tiene un plumaje inconfundible, tanto las partes superiores como las inferiores con marcadas listas negras sobre fondo blanco. Lista central blanca en el píleo y lista superciliar blanca bastante ancha. Sexos similares, el macho reproductor tiene la garganta y auriculares negras, mientras que en la hembra son blancas. Inmaduros como los respectivos adultos, la hembra con listas inferiores más claras y difusas, oscuras y muy definidas en el macho de primer invierno.
Reyezuelo listado
Regulus ignicapilla
Con una longitud de apenas nueve centímetros, los reyezuelos se cuentan entre las aves más diminutas de nuestra avifauna. De las dos especies presentes en nuestro país, el reyezuelo listado es el más extendido, ya que ocupa una amplia variedad de bosques frescos y húmedos de la mitad norte peninsular, mientras que aparece de forma más localizada en la mitad sur, donde se recluye en los bosques de los principales macizos montañosos. Está también presente en Baleares.
Reyezuelo sencillo
Regulus regulus
Muy similar en aspecto y tamaño al reyezuelo listado, el sencillo presenta un diseño facial menos llamativo, con tan solo un par de listas negras que enmarcan una banda amarilla o naranja en el píleo. Se trata de una especie muy forestal, que se reproduce tanto en bosques de coníferas como caducifolios de la mitad norte peninsular, en áreas frescas y de montaña. En Canarias existen dos subespecies que habitan tanto bosques de laurisilva como de pino canario.
Roquero rojo
Monticola saxatilis
Ave típica de montaña, donde aparece en la época estival. Habita en parajes donde se alternan zonas de roquedos con otras de matorral y pastizales. El macho resulta inconfundible, con un bello diseño cromático, mientras que la hembra muestra una tonalidad más parda y discreta. A pesar de estar presente en gran parte de nuestros macizos montañosos, es una especie poco abundante.
Roquero solitario
Monticola solitarius
El nombre popular de roquero es bien expresivo de la preferencia de este pájaro por zonas rocosas. Se suele ver posado, erguido en puntos dominantes de roquedos. El macho resulta inconfundible por su color azul oscuro, mientras que la hembra tiene un plumaje más discreto y es más tímida.
Ruiseñor azul
Larvivora cyane
El ruiseñor azul tiene aspecto de ruiseñor común, aunque más compacto, con la cola muy corta y las alas también cortas. El macho luce color azul intenso en las partes dorsales y blanco en las ventrales, mientras que las hembras y los inmaduros son parduzcos y solo presentan algo de azul en la cola y el obispillo. Esta especie corretea por el suelo y agita constantemente su corta cola.
Ruiseñor coliazul
Tarsiger cyanurus
El ruiseñor coliazul tiene estructura de petirrojo, con la cola algo mayor y el pico ligeramente más corto. Los machos adultos presentan una coloración muy vistosa, con las partes dorsales azules, los flancos anaranjados y las partes inferiores blancas. Los machos e inmaduros son pardo-grisáceos dorsalmente y blanquecinos por abajo, pero mantienen los flancos anaranjados y la cola con algo de azul.
Ruiseñor común
Luscinia megarhynchos
Pájaro de plumaje discreto y que rara vez abandona la espesura, pese a lo cual resulta muy fácil de detectar por su inconfundible canto, que emite incansablemente, incluso durante la noche. Por su potencia, variedad y constancia, el canto del ruiseñor es posiblemente el más sobresaliente de entre todas las aves canoras. Frecuenta zonas enmarañadas y frescas, preferentemente en vaguadas y zonas ribereñas.
Ruiseñor pechiazul
Luscinia svecica
Hermoso pájaro insectívoro, típico de áreas norteñas de Europa, que en el centro y el sur del continente se refugia en zonas de montaña. En España solamente se reproduce en el Sistema Central, la Cordillera Cantábrica y los Montes de León. Aunque resulta muy escaso, es muy fácil de reconocer por su llamativa librea azul en la garganta. Desaparece de nuestras montañas a finales del verano, cuando nos visitan algunos ejemplares procedentes del norte de Europa, que vienen a invernar en nuestros humedales litorales y en las riberas del interior peninsular.
Serín canario
Serinus canaria
Ave endémica de los archipiélagos de Canarias, Azores y Madeira, ancestro de los canarios domésticos. Es relativamente frecuente, gregaria y fácil de detectar por su coloración verdosa y sus cantos. Coloniza una amplia variedad de ambientes, tanto forestales como arbustivos, incluyendo cultivos con arbolado y parques.
Serín verdecillo
Serinus serinus
Es un fringílido pequeño, abundante y gregario en invierno. Los machos, muy conspicuos por sus colores amarillos, se encuentran entre las aves que más tempranamente avisan de la primavera con sus característicos cantos. Habita tanto áreas forestales abiertas como parques con arbolado.
Serreta capuchona
Lophodytes cucullatus
La serreta capuchona es una serreta pequeña, de cabeza grande, cresta eréctil, y pico más fino y largo que el de la serreta chica. Los machos poseen una inconfundible cabeza blanca y negra, mientras que las hembras y los jóvenes son básicamente de color gris oscuro, con una cresta castaña.
Serreta chica
Mergellus albellus
La serreta chica es la menor de las serretas, y también la de pico más corto y cresta menos aparente. Los machos adultos son básicamente blancos, con algunas listas negras, mientras que las hembras y los jóvenes tienen el cuerpo gris y la cabeza castaña, a excepción de las mejillas y la garganta, que son blancas.
Serreta grande
Mergus merganser
La serreta grande es bastante mayor que la serreta mediana, y además los machos adultos son más blancos y no poseen penachos en la cabeza. Por su parte, las hembras y los jóvenes muestran un mentón blanco y una separación muy definida en el cuello entre la parte superior, castaña como la cabeza, y la inferior, blanquecina como el pecho.
Serreta mediana
Mergus serrator
De las varias especies de serretas (unos curiosos patos que se alimentan básicamente de peces) que habitan en Europa, la serreta mediana es la más fácilmente detectable y la única que aparece de forma habitual en nuestras aguas, ya que acude a invernar todas las temporadas, si bien en escaso número.
Silbón americano
Mareca americana
El silbón americano resulta muy parecido al silbón europeo, especialmente las hembras, que únicamente se diferencian por poseer la cabeza un poco más pálida y el pico ligeramente más largo. Los machos tienen el cuerpo rosado (no solo el pecho), la frente blanquecina y una banda verde metálica en la cabeza, que arranca del ojo y se adelgaza hacia la nuca.
Silbón europeo
Mareca penelope
Ampliamente distribuido por todo el norte de Eurasia, el silbón europeo es un ave exclusivamente invernante en nuestro país, donde se instala con diferentes densidades a lo largo de todo el litoral peninsular, en Baleares y, en menor medida, en Canarias, así como por numerosos humedales del interior. Se trata de un pato de mediano tamaño, con el cuello corto y el pico bastante pequeño, cuyos machos en plumaje nupcial presentan un vistoso diseño en el que destaca la cabeza de color castaño con la frente y el píleo amarillos.
Sinsonte norteño
Mimus polyglottos
El sinsonte norteño, de tamaño próximo al de un mirlo, posee cola larga, redondeada en su extremo, y muestra una coloración general grisácea, oscura en las partes dorsales y pálida en las ventrales. Además exhibe un par de franjas blancas en las alas, concretamente en los extremos de las coberteras medianas y grandes, y presenta la cola con el centro negro y los lados blancos.
Sisón común
Tetrax tetrax
Antaño más extendido por amplias regiones de la geografía peninsular, el sisón ha sufrido un gran declive como consecuencia de las profundas transformaciones experimentadas por los paisajes agrícolas. Las principales poblaciones de nuestro territorio, donde se encuentra el mayor contingente europeo, se localizan en la Meseta sur y en Extremadura, aunque la especie está presente en muchas otras regiones, que reciben también durante el invierno ejemplares procedentes de la reducida población francesa.
Somormujo cuellirrojo
Podiceps grisegena
El somormujo cuellirrojo es un ave similar al somormujo lavanco, pero ligeramente más pequeña y con el cuello más corto y algo más grueso. Tiene el pico amarillo, con el extremo negro. En plumaje nupcial resulta inconfundible, ya que posee una especie de capirote negro, amplias mejillas blancas, garganta y pecho llamativamente rojizos, y dorso negruzco, que contrasta con las partes inferiores, más claras. En plumaje invernal (el único con que puede verse en nuestro territorio), el somormujo cuellirrojo es mucho más sobrio, pues pierde gran parte de este contraste cromático, y muestra la parte superior de la cabeza no tan oscura, los tonos rojizos bastante menos intensos, y el blanco de las mejillas no tan patente, ya que aparece “ensuciado” con manchas parduzcas. No existen diferencias entre sexos. El plumaje de los juveniles es muy similar al de los adultos en invierno, aunque más llamativo por presentar un dibujo de líneas blancas y negras sobre la cara, además de tener tonos canela en la garganta y el pecho.
Somormujo lavanco
Podiceps cristatus
Inconfundible por su largo cuello, es el mayor integrante de la familia de los zampullines y somormujos en España. Presenta un estereotipado cortejo nupcial, época en la que su plumaje adquiere un llamativo diseño facial, con penachos y expansiones de plumas muy característicos. Habitante habitual de una gran variedad de humedales, incluidos embalses y otros enclaves artificiales, esta ave acuática puede ser observada en nuestro país tanto en el periodo de cría como durante la invernada.
Suirirí bicolor
Dendrocygna bicolor
El suirirí bicolor, como las otras especies del género Dendrocygna (suirirís, patos arbóreos o patos silbadores), destaca por su porte erguido y por sus patas y cuello largos. El plumaje, igual en ambos sexos, es de color castaño claro y con características plumas blancas alargadas dispuestas sobre los flancos.
Suirirí cariblanco
Dendrocygna viduata
El surirí cariblanco es el más distintivo de los suirirís, por presentar los adultos la cara y la garganta muy blancas, en fuerte contraste con el negro del pico, la nuca y la parte posterior del cuello. Ambos sexos son iguales. Los jóvenes tienen la cara grisácea. Emite fuertes silbidos.
Tántalo africano
Mycteria ibis
El tántalo africano presenta una coloración general blanca y negra, similar a la cigüeña blanca, pero con un fuerte tinte rosado en las partes dorsales de los adultos, que además tienen una amplia zona desnuda en la cara de color rojo intenso, y un pico grande, amarillo y algo curvo en la punta. Los inmaduros resultan más apagados, y los jóvenes poseen color parduzco.
Tarabilla canaria
Saxicola dacotiae
Tarabilla endémica de la isla de Fuerteventura, donde ocupa barrancos y laderas pedregosas, con arbustos dispersos. Su población, en regresión, no supera el millar de parejas, por lo que la especie se considera en peligro de extinción.
Tarabilla europea
Saxicola rubicola
Pajarillo de aspecto rechoncho, con un diseño cromático muy llamativo en los machos. En España resulta una especie común, aunque no abundante, ampliamente distribuida por la Península y Baleares. Se encuentra ligada a zonas abiertas, incluyendo diversas formaciones de matorral, bordes y claros de bosque, cultivos y pastizales con arbustos dispersos.
Tarabilla norteña
Saxicola rubetra
Una de las dos tarabillas presentes en la Península, pero con un área de distribución muy concentrada en el tercio norte peninsular, donde ocupa terrenos abiertos de pastizales y prados húmedos con setos intercalados, principalmente en áreas de media montaña.
Tarabilla siberiana
Saxicola maurus
La tarabilla siberiana es muy parecida a la tarabilla común, pero con la rabadilla muy pálida (crema o blanca) y sin estrías. En los machos con plumaje estival, el color rojizo de las partes ventrales se limita a una mancha en el pecho, mientras que el collar blanco se extiende más hacia la nuca, y las infracoberteras alares son negras. Las hembras y los jóvenes tienen la garganta pálida y una ligera lista superciliar, por lo que pueden llegar a confundirse con la tarabilla norteña, si bien esta última presenta la rabadilla fuertemente moteada.
Tarro blanco
Tadorna tadorna
Es una de nuestras anátidas más llamativas, de colores pálidos y con un aspecto intermedio entre un pato y un ánsar. Ha colonizado recientemente la Península Ibérica a partir de poblaciones francesas. Sitúa el nido en cavidades muy alejadas de los humedales donde se desarrollan los pollos, lo que obliga a los recién nacidos a realizar un desplazamiento que puede resultarles peligroso.
Tarro canelo
Tadorna ferruginea
El tarro canelo está presente de forma regular en un número creciente de ubicaciones. Si bien el origen de los efectivos peninsulares actuales es dudoso y sólo se da por segura como silvestre la población canaria, en el pasado reciente era una especie relativamente habitual como invernante en las marismas del Guadalquivir, donde también se conocía su eventual reproducción. De distribución más bien sureña y muy localizada dentro de Europa, la actual presencia de esta bella anátida en muchas localidades españolas se debe, probablemente, a ejemplares escapados de la cautividad o a sueltas intencionadas.
Tejedor cabecinegro
Ploceus melanocephalus
El tejedor cabecinegro constituye un ejemplo más de especie introducida por el hombre en un hábitat diferente al originario. En España, está incluido en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras en el grupo de los Euplectes o tejedores, y se asienta como nidificante principalmente en las provincias de Sevilla, Huelva y Málaga. Dado que no se tienen noticias de ningún escape masivo, se cree que su introducción se debe a una suma de pequeños escapes.
Terrera colinegra
Ammomanes cinctura
La terrera colinegra es una alondra pequeña, de color general arenoso, sin estrías y con una característica banda terminal sobre la cola, nítidamente delimitada. Tiene oscuras las puntas de las primarias, las cuales se proyectan bastante bajo las terciarias, siendo estas algo rojizas. Posee cabeza relativamente pequeña y redondeada, pico corto y de color claro, y patas pálidas.
Terrera común
Calandrella brachydactyla
Pequeño aláudido distribuido por el entorno mediterráneo, Oriente Medio y Asia central. Ocupa áreas cultivadas y esteparias cálidas, y tiene algunas de sus poblaciones más importantes en la Península Ibérica. En España resulta común en cultivos cerealistas y pastizales del interior peninsular, aunque parece haber disminuido en las últimas décadas.
Terrera marismeña
Alaudala rufescens
Pequeño pájaro que habita en estepas áridas de matorral ralo y abierto, como espartales, saladares y zonas dunares. De distribución localizada y discontinua en Europa occidental, en España la especie se encuentra restringida a cinco núcleos: la depresión del Ebro, el sureste peninsular, el litoral atlántico andaluz, La Mancha y las islas Canarias orientales.
Torcecuello euroasiático
Jynx torquilla
El más atípico representante de la familia de los pícidos en Europa es un ave de pequeño tamaño y críptico plumaje que poco tiene que ver con los verdaderos pájaros carpinteros. En efecto, el extraño torcecuello es incapaz de taladrar la madera, carece de algunas de las adaptaciones de los piciformes típicos y se comporta más como un paseriforme cuando se posa en las ramas o corretea por el suelo; sin embargo, conserva los hábitos trogloditas y una larga lengua con la que asalta los hormigueros.
Tordo charlatán
Dolichonyx oryzivorus
El tordo charlatán macho en plumaje nupcial es inconfundible, con la cabeza y partes inferiores negras, dorso, obispillo y escapulares de color blanco grisáceo y nuca amarilla. Sin embargo, la hembra y el macho con plumaje de invierno recuerdan a una hembra de gorrión común, teñida de amarillo. El pico es más robusto y puntiagudo. El píleo es listado (sin listas en la hembra del gorrión) y posee una lista ocular oscura muy definida. Las rectrices son puntiagudas y las uñas largas, sobre todo la posterior.
Torillo andaluz
Turnix sylvaticus
La historia del torillo andaluz es la crónica de la destrucción de algunas de las mejores áreas litorales de la Península como consecuencia del avance de la agricultura, el turismo masivo y una mal entendida política forestal. Especie íntimamente ligada a un hábitat reducido y localizado como son los herbazales y matorrales de los arenales costeros del occidente de Andalucía, el torillo ha pasado de ser una especie relativamente común en los comienzos del siglo pasado a ser en la actualidad una auténtica ave fantasma, de la que existen muy pocos indicios ciertos sobre su presencia.
Tórtola europea
Streptopelia turtur
La tórtola europea es un ave de mediano tamaño y aspecto grácil. Es una especie estival y relativamente común en ambientes que alternen zonas abiertas de pastizales y cultivos con zonas arboladas. Resulta muy común durante la migración, especialmente la otoñal, cuando a la población local se unen ejemplares procedentes del centro de Europa, con destino a las zonas de invernada africanas. A pesar de su relativa abundancia, en las últimas décadas se encuentra en marcada regresión.
Tórtola oriental
Steptropelia orientalis
La tórtola oriental es muy parecida a la tórtola europea, aunque mayor, de alas más anchas y coloración más apagada, con centros oscuros en las plumas del dorso (escapulares y supracoberteras), extensos y pálidos, y ausencia de panel azulado en el ala. El reborde externo de la cola tiene color blanco en la subespecie meena y gris en orientalis.
Tórtola rabilarga
Oena capensis
La tórtola rabilarga es una paloma muy pequeña y de cola muy larga, en forma de cuña, con cuerpo grisáceo, alas rojizas (en la parte distal de la cara superior y en toda la cara inferior) y cola en buena parte negra. Los machos adultos poseen una llamativa máscara negra, que desciende hasta el pecho, y tienen el pico rojo y amarillo.
Tórtola rosigrís
Streptopelia roseogrisea
La tórtola rosigrís es una especie exótica originaria de África y Arabia. En España ha sido observada su forma doméstica (referida en ocasiones como Streptopelia risoria) en la península, Baleares y Canarias, habiendo en el pasado llegado a formar algunas poblaciones reproductoras próximas a establecerse, como las citadas hace un par de décadas en Valencia, Mallorca (Baleares) o Canarias. Sin embargo, estas poblaciones desaparecieron con posterioridad, desplazadas seguramente por la llegada a nuestro país de la tórtola turca (S. decaocto), especie próxima con la que presenta un enorme parecido, por lo que se producen frecuentes errores de identificación, y con la que además puede hibridar.
Tórtola senegalesa
Spilopelia senegalensis
Las tórtolas pertenecen a un género de aves muy extendido por África, donde resultan muy abundantes. Una de estas especies es la tórtola senegalesa, que ha entrado en nuestro país a través de las islas Canarias más orientales, Lanzarote y Fuerteventura, desde donde ya se ha expandido a la isla de Gran Canaria, y más recientemente, con pequeñas poblaciones anidando en Los Palacios (Sevilla), así como en Ibiza. Por lo tanto, aunque su población es aún pequeña, es previsible que aumente y se propague en los próximos años.
Tórtola turca
Streptopelia decaocto
Tórtola de aspecto esbelto, más estilizada que la tórtola europea. Originaria de Asia y Oriente Próximo, en el último siglo se ha expandido de forma espectacular por toda Europa. Desde que alcanzara la Península a comienzos de los años setenta, ha ocupado en apenas tres décadas todo el territorio peninsular, Baleares y Canarias, donde se ha convertido en una especie habitual en ambientes rurales y urbanos.
Trepador azul
Sitta europaea
El trepador azul es un pájaro de tonos azulados, colicorto, insectívoro y forestal. De carácter un tanto inquieto y esquivo, se desplaza constantemente mientras trepa por los troncos y ramas de los árboles, comportamiento que ha dado origen a su nombre. Habita preferentemente bosques maduros emplazados en territorios con clima húmedo. Anida en huecos cuya entrada modifica añadiendo barro.
Treparriscos
Tichodroma muraria
Una de las aves más enigmáticas y escasas de cuantas habitan en Europa, el treparriscos, es un pequeño pájaro de aspecto inconfundible, vuelo errático y tendencias rupícolas, que se instala en las más altas e inaccesibles cimas calcáreas del continente. Totalmente dependiente de su escaso hábitat altimontano (siempre ocupa paredones entre los 2.200 y los 3.000 metros de altitud), este insectívoro es un ave escasa y difícil de observar que en invierno amplía sus horizontes para recalar en los cañones calizos de la Meseta o entre los canchales de algunas serranías del sur peninsular.
Turpial de Baltimore
Icterus galbula
El turpial de Baltimore es un paseriforme americano de tamaño medio. El macho reproductor es inconfundible. Cabeza y manto completamente negros, alas negras con una barra blanca en las coberteras grandes, en contraste con los hombros, partes inferiores y rectrices externas de un intenso color naranja. La hembra adulta tiene el plumaje muy variable, algunas similares al macho pero con colores más apagados, con la cabeza más o menos gris y las partes inferiores naranjas o amarillas. Con dos barras alares blancas. Los inmaduros son similares a las hembras adultas, más pálidos. Difíciles de sexar, colores algo más vívidos podrían indicar que se trata de un macho. En todos los plumajes el pico es largo y afilado, gris azulado. Como anécdota, debe su nombre no tanto a su distribución geográfica, sino a que su descriptor Catesby en 1731, asimiló sus colores naranja y negro a los de la bandera de los Baltimore, los primeros propietarios coloniales del actual estado de Maryland.
Urogallo común
Tetrao urogallus
El urogallo, ave de aspecto imponente y de llamativo comportamiento nupcial, representa uno de los emblemas de conservación de los bosques de montaña. Especie ligada a la taiga boreal de coníferas de toda Eurasia, donde aún es abundante, mantiene a duras penas dos razas singulares en la Cordillera Cantábrica y los Pirineos. Menos de 1.500 ejemplares sobreviven en España, donde ha experimentado uno de los más acusados declives de entre todas nuestras aves, sobre todo en el área cantábrica, donde se considera que la población está en el umbral de un proceso regresivo que podría abocarla a la extinción.
Urraca común
Pica pica
La urraca es el córvido más abundante y extendido en la Península, donde cuenta con poblaciones que, si bien han ido en claro aumento hasta principios de siglo, durante los últimos tiempos ha pasado a estabilizarse e, incluso a iniciar un moderado declive. Aunque en el pasado fue muy perseguida por sus supuestos daños a la caza y a los cultivos, la urraca ha alcanzado un notable éxito por su capacidad para adaptarse a los ambientes más humanizados.
Urraca magrebí
Pica mauritanica
La urraca magrebí, córvido de mediano tamaño, es muy parecida a la urraca común, de la que se consideró conespecífica hasta 2018. Presenta como rasgo más diferenciador la carúncula azul metalizado que muestra tras el ojo. La cabeza, hasta el pecho, y todo el manto son negros con irisaciones, al igual que la cola, más larga que la de la urraca común. Por el contrario, en la magrebí las alas son más cortas, con la parte superior negra y escapulares blancos. La zona blanca del vientre es más corta en la magrebí.
Vencejo cafre
Apus caffer
Vencejo de origen subsahariano, fue visto en España por primera vez en 1964, y dos años después se confirmó su cría en Cádiz. Su expansión ha sido muy lenta, y la población, muy pequeña y con su límite norte en la provincia de Cáceres, tal vez se limite a tan solo 150 parejas. Se distribuye de modo muy disperso en diez provincias del suroeste ibérico. Cría casi exclusivamente en nidos usurpados a la golondrina dáurica. La aún más reciente colonización del vencejo moro obliga a extremar la atención en la identificación de los vencejos culiblancos.
Vencejo común
Apus apus
Los vencejos suponen la adaptación extrema de las aves a la vida aérea. Todo su ciclo vital se puede desarrollar en vuelo, excepto la nidificación. El vencejo común es la única especie europea que habita zonas relativamente frías. Los pollos han desarrollado la capacidad de entrar en un estado de torpor, similar a una hibernación, que les permite superar fenómenos meteorológicos adversos sin la necesidad de comer. En origen rupícola, actualmente cría casi de forma exclusiva en zonas urbanas, incluso en metrópolis enormes y contaminadas.
Vencejo de chimenea
Chaetura pelagica
El vencejo de chimenea es de pequeño tamaño y coloración parda oscura casi uniforme, con tan solo la garganta grisácea. Tiene el cuerpo grueso, aguzado en ambos extremos, y la cola corta y cuadrada, en la que sobresalen las rectrices posteriormente como si fueran espinas. En otros vencejos del género Chaetura, la región del obispillo suele ser pálida o blanquecina, en contraste con el resto de las partes dorsales.
Vencejo moro
Apus affinis
Si bien la primera observación española de vencejo moro no tuvo lugar hasta 1981, la especie cría ya de forma regular en el sur de la Península. Concretamente, en la provincia de Cádiz, en una sierra próxima a Tarifa (que es también localidad habitual del vencejo cafre), se registró ya reproducción probable en 1996 y segura a partir de 2000. Fuera de las localidades de cría, los avistamientos tienden a concentrarse en primavera (marzo-junio).
Vencejo pálido
Apus pallidus
Especie casi gemela del vencejo común, con el que se confunde con relativa frecuencia. Habitante de zonas cálidas y soleadas, ocupa la mitad sur peninsular, la costa mediterránea y ambos archipiélagos. En el interior está más extendido de lo que se pensaba. Una mejor identificación de la especie permitirá en el futuro definir más adecuadamente su área de distribución y su tamaño poblacional. Cría tanto en medios urbanos como en roquedos naturales, sobre todo acantilados marinos.
Vencejo real
Tachymarptis melba
El vencejo real es el mayor y más llamativo de nuestros vencejos, tanto por su aspecto como por su voz, y el único con zonas blancas en la región ventral. Asociado sobre todo a grandes cantiles rocosos, especialmente de la España caliza, también coloniza en menor grado zonas urbanas, puentes y presas. Dotado, como todos los vencejos, de una enorme capacidad de desplazamiento, recorre cada día cientos de kilómetros en vuelo. Su estancia entre nosotros es prolongada, aunque en todo ese tiempo solo realiza una puesta anual.
Vencejo unicolor
Apus unicolor
Endemismo macaronésico, solo cría en los archipiélagos de Canarias y Madeira. Se trata del vencejo canario por antonomasia, y en estas islas coincide con los vencejos común y pálido, muy similares y difíciles de diferenciar, para lo cual hay que prestar atención al menor tamaño y cola ahorquillada del vencejo unicolor. Aunque es principalmente migrador, una buena parte de sus efectivos permanece todo el año en Canarias.
Verderón común
Chloris chloris
El verderón común es un fringílido de aspecto compacto y robusto pico, que prospera en todo tipo de formaciones arboladas incluso muy humanizadas, como los parques urbanos, si bien resulta particularmente abundante en áreas relativamente abiertas, con bosquetes, cultivos y sotos en ambientes mediterráneos. Según los datos más recientes, se trata de una especie en expansión que, no obstante, sufre las consecuencias del abuso de productos fitosanitarios en la agricultura.
Verderón serrano
Carduelis citrinella
Ave montana, de bellos tonos verdes y amarillos, gregaria, pequeña y muy cantarina en primavera. Habita preferentemente en los claros de la franja superior de los bosques de nuestros principales sistemas montañosos.
Vireo ojirrojo
Vireo olivaceus
El vireo ojirrojo presenta un aspecto general que, unido al color gris plomo de las patas, recuerda a una curruca mosquitera o a un zarcero icterino, pero tiene el pico relativamente robusto y ganchudo, la cola corta y truncada en el extremo, y una cabeza grande y provista de marcas llamativas: el píleo gris azulado, la lista superciliar blanca y grande, con bordes oscuros, y una patente lista ocular. El iris es rojizo en los adultos y pardo rojizo en las aves de primer año, pero solo a veces resulta evidente en el campo.
Vuelvepiedras común
Arenaria interpres
El vuelvepiedras común es una limícola nidificante en las altas latitudes del Holártico que, en nuestro país, aparece durante los pasos migratorios y a lo largo de la invernada, sobre todo en determinadas localidades de las costas atlánticas y cantábricas, donde explota los pequeños invertebrados que pululan por las playas cubiertas de guijarros y algas, los espigones, los rompeolas y los corrales de piedra para la cría de moluscos.
Zampullín común
Tachybaptus ruficollis
Es el integrante menor de la familia de los zampullines y somormujos, y también una de las aves acuáticas más extendidas como nidificantes en una gran variedad de humedales del interior. Resulta fácilmente reconocible por su silueta compacta y recogida, con cuello arqueado, pico corto, apuntado y recto, y “popa” redondeada. Con frecuencia se zambulle para bucear.
Zampullín cuellinegro
Podiceps nigricollis
Este zampullín, de vistoso plumaje nupcial, está presente en nuestros humedales a lo largo de todo el año. Durante la época de cría prefiere humedales interiores con abundante vegetación palustre, y en invierno se concentra en humedales litorales, mostrando cierta predilección por las salinas andaluzas y mediterráneas. Su población es muy oscilante en función del régimen hídrico de nuestros aguazales.
Zampullín cuellirrojo
Podiceps auritus
Las abrigadas aguas costeras de las marismas de Santoña y de algún otro enclave del litoral cantábrico y gallego acogen ocasionalmente en invierno a un zampullín que resulta bastante parecido al mucho más común zampullín cuellinegro. Se trata del zampullín cuellirrojo, denominación que hace alusión a su bello plumaje nupcial, un ave acuática que antaño resultaba muy rara en nuestro territorio, pero que en los últimos años parece haberse convertido en invernante regular, especialmente en las marismas de Santoña, donde llega siempre en pequeñísimo número.
Zampullín picogrueso
Podilymbus podiceps
El zampullín picogrueso tiene un pico característico, corto y grueso, de color blanquecino o amarillento en invierno, y gris, atravesado por una gruesa faja vertical negra, en los adultos en época de reproducción. Estos últimos muestran, además, la garganta negra. Tiene el plumaje pardo grisáceo, con la frente más oscura y la popa blanca.
Zarapito fino
Numenius tenuirostris
El zarapito fino es una especie de ave Charadriiforme de la familia Scolopacidae críticamente amenazada. Apenas si se conocen sus territorios de cría en Siberia. En sus zonas de invernada, donde era más frecuente su avistamiento, su número se ha visto reducido con los años. Un sitio regular de invernada era, hasta finales del siglo XX, la Merja Zerga, pero existen registros de invernada en varias localidades de la costa mediterránea. Si no se confirman avistamientos, esta especie sería la segunda ave de Europa en desaparecer desde la extinción del alca gigante, tras el torillo andaluz (subespecie de turnix sylvaticus).
Zarapito real
Numenius arquata
La mayor de nuestras limícolas es una especie fácilmente identificable gracias a su enorme pico (más largo en las hembras), con el que sondea profundamente las playas, los bancos de limo, las orillas fangosas y los prados húmedos en busca de los invertebrados de los que se nutre. Reproductor testimonial en nuestro territorio, el zarapito real resulta, sin embargo, relativamente común a lo largo del invierno, especialmente en las costas cántabro-atlánticas.
Zarapito trinador
Numenius phaeopus
A lo largo de los últimos días del verano, las playas, estuarios y marismas de la Península Ibérica constituyen la parada obligada para muchas especies de aves viajeras procedentes de las altas y frías latitudes del norte de Europa o Asia. Entre estos viajeros se encuentra una de las limícolas más grandes y fácilmente identificables de nuestra fauna: el zarapito trinador, una especie relativamente común durante los pasos migratorios en los humedales costeros y los litorales de la fachada cántabro-atlántica.
Zarcero bereber
Iduna opaca
Anteriormente considerado como una subespecie del zarcero pálido (Iduna pallida), estudios moleculares llevados a cabo en fechas recientes han determinado su estatus como una especie diferente. Se trata de un zarcero restringido en su distribución mundial al sur y al área levantina de la Península Ibérica, así como al noroeste de África. Es una especie típica de zonas muy térmicas, donde se refugia en formaciones arbustivas ligadas a la cercanía de agua, aunque también puede aparecer en bosques aclarados más secos.
Zarcero escita
Iduna caligata
El zarcero escita, pequeño y de pico relativamente fino y corto, recuerda más a un mosquitero que a un zarcero, pero posee la base del pico ancha y la punta de la cola cuadrada. Luce un colorido uniforme, similar al del zarcero pálido, pardo grisáceo en las partes dorsales y blanco cremoso en las ventrales. Presenta una lista superciliar que sobrepasa ampliamente el ojo, blanquecina y con bordes oscuros; además tiene el anillo ocular blanquecino y las rectrices externas de color blanco sucio. Mueve la cola hacia arriba y a los lados, pero raramente hacia abajo. Los individuos de diferentes sexos y edades son parecidos entre sí.
Zarcero icterino
Hippolais icterina
El zarcero icterino, muy similar al zarcero políglota, del que resulta difícil de distinguir en el campo, es una especie muy rara en España que solo se presenta durante los pasos migratorios, principalmente en el litoral levantino y Baleares.
Zarcero pálido
Iduna pallida
El zarcero pálido es parecido al zarcero bereber, del que fue considerado conespecífico al menos hasta 2005, cuando se propuso la separación de especies basándose en estudios moleculares, morfología, comportamiento y canto, entre otros. Por su aspecto también resulta similar al carricero común, siendo el zarcero más grisáceo. La cabeza es puntiaguda, con la frente plana y un pico largo y fino pero ancho en la base, (menos que el zarcero bereber), con la mandíbula superior oscura, mientras que la inferior es amarillenta. Presenta una brida relativamente oscura, sobre la que se extiende una ceja pálida que desaparece tras el ojo. Su dorso es gris oliváceo y el obispillo grisáceo. Las plumas secundarias y terciarias tienen el borde ligeramente pálido, formando un difuso panel alar apenas visible excepto con el plumaje nuevo. Las partes inferiores son blanquecinas, tendiendo a marrón claro en los flancos. Su cola es estrecha, no excesivamente larga y con final recto, con las márgenes externas y extremos pálidos. Sin dimorfismo sexual aparente. Los inmaduros son muy similares a los adultos, con las partes inferiores más sucias.
Zarcero políglota
Hippolais polyglotta
Los zarceros son pequeños pájaros amantes de las espesuras, que no presentan caracteres morfológicos muy distintivos, por lo que no resulta fácil diferenciarlos de otras especies de su mismo género o de otros cercanos, como carriceros, mosquiteros o currucas. El zarcero políglota es el más abundante y extendido representante de su grupo, que puede encontrarse en una gran variedad de marañas vegetales, donde resulta más fácil de detectar por su sonoro y áspero canto.
Zenaida huilota
Zenaida macroura
La zenaida huilota tiene un tamaño y morfología similares a la tórtola europea, algo más esbelta. Dorso marrón grisáceo y partes inferiores beiges. Llamativas manchas ovaladas de color negro en las coberteras Cola larga y graduada, cuando la extiende muestra rectrices laterales blancas con mancha negra en forma de flecha. Pico negro de aspecto frágil, ojo marrón oscuro con anillo orbital gris azulado y mancha negra en la parte inferior de la mejilla. Patas rojizas. Dimorfismo sexual poco evidente, el macho reproductor es de colores ligeramente más vivos que la hembra, tiene el pecho rosa pálido, más oscuro en la hembra, píleo y nuca azulados, marrones en la hembra. Los inmaduros son similares a la hembra, con las alas moteadas de blanco y manchas en la cara también blancas.
Zorzal alirrojo
Turdus iliacus
Hasta no hace mucho tiempo, en los inviernos grises y desapacibles, cuando las olas de frío invadían los países europeos, ingentes cantidades de unos pequeños zorzales se distribuían por los cultivares, los sotos, las viñas y los bosques de la Península y Baleares, a menudo en compañía de especies afines. Eran los zorzales alirrojos, una especie migradora que cría en las altas latitudes de Europa, cuya presencia entre nosotros se hace cada vez más extraña.
Zorzal americano
Turdus migratorius
El zorzal americano resulta bastante grande y robusto, con el dorso gris pizarra, la cabeza negruzca y las partes inferiores de color rojo ladrillo. Además muestra blanco en el bajo vientre y presenta un anillo roto, también blanco, en torno al ojo. Las hembras resultan más pardas en el dorso y poseen un rojo más apagado en el vientre. El pico es parcialmente amarillo o amarillento en los adultos y totalmente oscuro en las aves de primer invierno.
Zorzal charlo
Turdus viscivorus
El más grande de los zorzales de Europa occidental es la única especie de zorzal que tiene una amplia distribución territorial en nuestro país, ya que se extiende por casi todas las áreas boscosas o parcialmente arboladas de la Península. No obstante, las mejores densidades de la especie las encontramos en los frescos pinares y robledales montanos, donde esta ave omnívora encuentra gran variedad de recursos alimenticios, desde caracoles y lombrices hasta bayas de muérdago.
Zorzal común
Turdus philomelos
Una de las imágenes más características del invierno mediterráneo la constituyen los nutridos bandos de zorzales comunes trajinando por los olivares o los sotos y reuniéndose al atardecer en riberas y lagunas al amparo del carrizal. Sin embargo, aunque se trata de una especie muy habitual durante la invernada en nuestras campiñas, este túrdido también frecuenta los frescos bosques del norte peninsular a la hora de reproducirse. En el pasado, y todavía hoy, el zorzal común ha soportado una intensa presión cinegética, de la que se recupera gracias a su notable fecundidad.
Zorzal de Naumann
Turdus naumanni
Datos insuficientes.
Zorzal dorado
Zoothera aurea
El zorzal dorado es del tamaño del charlo, pero con la cabeza y el pico mayores y unas alas largas en relación con la cola. Su plumaje se caracteriza por presentar unas grandes marcas negras, a modo de escamas, sobre un fondo de color amarillento o verdoso en las partes superiores y blanco amarillento en las inferiores. Al volar, la cara inferior de las alas deja ver, a veces con dificultad, una gruesa franja negra ampliamente rodeada de blanco.
Zorzal real
Turdus pilaris
En los inviernos particularmente duros, cuando las condiciones ambientales se hacen casi insoportables en extensas áreas de Europa, o cuando los frentes polares barren el norte del continente, la Península Ibérica recibe grandes cantidades de unos zorzales de buen tamaño, que ocupan montañas y campiñas en busca de bayas y frutos. Son los zorzales reales, unos invernantes regulares en las latitudes mediterráneas que, cuando el frío aprieta, acuden masivamente a las templadas tierras del sur.
Zorzal rojigrís
Turdus obscurus
Datos insuficientes.
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