Garceta dimorfa
Egretta gularis
Egretta gularis
La garceta dimorfa se incluye a veces como subespecie dentro de la garceta común, a la que se parece mucho en tamaño y proporciones y con la que a veces llega a hibridar. Presenta dos patrones de coloración, uno blanco y otro oscuro, este último con plumaje de color pizarra intenso en los adultos, salvo por la zona de la garganta, que es blanca. En su forma blanca, la garceta dimorfa se distingue con dificultad de la garceta común, aunque posee entre otras cosas un pico ligeramente más grueso y curvo, en general algo amarillento, y cierta extensión de amarillo sobre los tarsos (en la garceta común son negros hasta el mismo arranque de los dedos). Los plumajes juveniles, inmaduros o de híbridos, en ocasiones de muy difícil asignación, muestran proporciones variables de plumas blancas y grises.
Aunque en Europa no se citó hasta los años cincuenta, y pese a que durante algún tiempo se pensó que las observaciones pudieran deberse a individuos escapados de cautividad o bien a supuestos ejemplares melánicos de garceta común, ahora se tienen ya bastantes registros, que afectan sobre todo a los países del suroeste, particularmente a Francia, Italia y España. En nuestro país había hasta el año 2018 observaciones homologadas correspondientes a unas 53 aves distintas, tanto puras como resultado de hibridaciones con la garceta común. Como se documenta en el III Atlas de las aves en época de reproducción en España, la presencia de estos ejemplares en España es relativamente frecuente, tanto que el Comité de Rarezas dejó de someterlos a homologación a partir del 1 de enero de 2016. Las citas de híbridos se reparten durante todo el año, mientras que las de los ejemplares puros normalmente se producen entre abril y agosto. Por otra parte, los avistamientos tienden a acumularse en los litorales del este y el sur (Andalucía, Comunidad Valenciana y Cataluña).
Guía de Aves de España©SEOBirdLife
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