Gorrión alpino
Montifringilla nivalis
Montifringilla nivalis
Las más altas e inhóspitas cumbres de las montañas euroasiáticas, donde los vientos helados y la nieve reinan casi todo el año, constituyen el hábitat elegido por este singular representante de la familia de los gorriones: el gorrión alpino, una especie ligada como pocas a las cimas y a la existencia de neveros y prados donde encuentra su sustento. Un hábitat duro y difícil que, sin embargo, podría desaparecer o disminuir drásticamente si se confirma el progresivo calentamiento al que parece estar sometido el planeta.
El gorrión alpino es un gorrión grande, de aspecto inconfundible, que en las regiones dorsales exhibe tonos más bien discretos, por lo que no resulta muy llamativo cuando se desplaza sobre las rocas y pastizales alpinos. En las zonas ventrales domina el blanco, algo menos puro en verano, al igual que en la cola, que es llamativamente blanca, salvo las rectrices centrales, negras. La cabeza es gris o gris azulado y el pico, negro. El macho presenta un babero negro en época estival que aparece por desgaste del plumaje, mientras que la hembra muestra colores más apagados, el babero poco llamativo y la base del pico siempre clara. En invierno ambos sexos resultan muy semejantes, con coloraciones generalmente más claras que durante la época reproductora y con el pico amarillo anaranjado. Los jóvenes son parecidos a los adultos en invierno, pero con las partes inferiores algo más “sucias”. Es en vuelo cuando el gorrión alpino resulta un ave muy llamativa por los amplios y conspicuos paneles blancos de sus alas y cola.
Es un ave característica y cada vez más escasa de la alta montaña del Pirineo central (Huesca, Navarra y Lérida) y de la parte oriental de la Cordillera Cantábrica (Asturias, León, Cantabria y Palencia), normalmente por encima de los 1.800 metros de altitud.
Guía de Aves de España©SEOBirdLife
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