Azor común
Accipiter gentilis
Accipiter gentilis
El azor, a pesar de su mediano tamaño, es uno de nuestros más reputados cazadores alados, capaz de dar caza a presas de la envergadura de una liebre. Ave dotada de extraordinarias cualidades predadoras y de una formidable agresividad, el azor fue usado en la práctica de la cetrería. Son precisamente esas grandes cualidades como cazador las que determinaron que, en el pasado reciente, esta rapaz fuese perseguida sin piedad bajo la infundada acusación de causar graves perjuicios a las especies cinegéticas.
Esta rapaz de mediano tamaño y hábitos marcadamente forestales se caracteriza por presentar un acusado dimorfismo sexual inverso, según el cual las hembras resultan bastante más voluminosas que sus compañeros. En el diseño del plumaje existen también algunas diferencias, aunque más sutiles, entre sexos, puesto que el macho luce un plumaje grisáceo oscuro en el dorso, mientras que el pecho, así como la cara inferior de las alas, aparecen finamente barrados transversalmente. La hembra, sin embargo, resulta algo más parduzca en el dorso, tiene la cabeza (donde ambos sexos exhiben una marcada ceja) menos contrastada, y en ella el barrado de las regiones inferiores es más grueso. Los ejemplares juveniles son parduzcos dorsalmente, mientras que en el pecho y el vientre muestran un color pardo o rojizo relativamente claro, surcado por abundantes manchas longitudinales. Con el transcurso de las sucesivas mudas adquieren el plumaje característico de las aves adultas, ya con tres años de edad. En vuelo, el azor presenta una silueta muy característica, sobre todo durante las escasas ocasiones que permiten contemplarlo mientras se eleva sobre el dosel forestal. En tales momentos se puede comprobar que el ave posee unas alas relativamente cortas, anchas y redondeadas y una cola muy larga, adaptaciones todas encaminadas a dotarlo de gran movilidad dentro de las espesuras que frecuenta.
El azor común ocupa gran parte de la Península, si bien su distribución se hace más continua en la mitad norte (a excepción del valle del Ebro) y bastante fragmentada en la porción sur, donde la cobertura forestal, en general, es menor. En el norte aprovecha cualquier área boscosa, incluso pinares isla de la Meseta, mientras que en el sur se refugia, preferentemente, en las zonas serranas. Es una especie vinculada a la disponibilidad de cobertura forestal. Se encuentra prácticamente ausente en el valle del Guadalquivir, el sureste, las áreas más abiertas de Extremadura y en buena parte de la Meseta sur y falta por completo en ambos archipiélagos, Ceuta y Melilla. Llama la atención la variación en la distribución en invierno, cuando se pueden encontrar las máximas densidades en las provincias atlánticas de Galicia, Guadalajara, Soria y en una franja que se extiende a lo largo del Prepirineo por Aragón y Cataluña. Siendo el azor una especie residente, este incremento en la densidad de ejemplares se puede asociar a desplazamientos a zonas donde encuentran una alta disponibilidad de presas. En nuestro territorio se presenta la subespecie gentilis, que se reparte fundamentalmente por Europa continental.
Guía de Aves de España©SEOBirdLife
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