Zorzal real
Turdus pilaris
Turdus pilaris
En los inviernos particularmente duros, cuando las condiciones ambientales se hacen casi insoportables en extensas áreas de Europa, o cuando los frentes polares barren el norte del continente, la Península Ibérica recibe grandes cantidades de unos zorzales de buen tamaño, que ocupan montañas y campiñas en busca de bayas y frutos. Son los zorzales reales, unos invernantes regulares en las latitudes mediterráneas que, cuando el frío aprieta, acuden masivamente a las templadas tierras del sur.
El zorzal real es grande y bastante corpulento, que se reconoce fácilmente por presentar la cabeza y el obispillo de color gris azulado. El plumaje de la espalda y del dorso del ala es pardo-grisáceo, algo rojizo en ocasiones, mientras que las partes inferiores son blanquecinas con manchas ocres en los flancos y el pecho, más intensas en época reproductora, y profusamente moteadas de manchas oscuras en forma de cuña. El pico es amarillo con la punta oscura. Ambos sexos son muy parecidos, especialmente en invierno. Vistos de cerca, en el diseño de la cara se puede observar una brida negra delante del ojo y otra bajo la mejilla, así como la ceja blanquecina. En vuelo resalta su cola, larga y oscura, y los paneles blancos bajo el ala.
El zorzal real aparece en nuestro territorio exclusivamente como invernante, por lo que su hábitat resulta más variado que en los lugares de reproducción. Aunque se lo puede observar por casi toda la España peninsular y Baleares, es más frecuente en el tercio norte y en zonas montañosas situadas por encima de los 1.300 metros de altitud.
Guía de Aves de España©SEOBirdLife
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