Bengalí rojo
Amandava amandava
Amandava amandava
El bengalí rojo se ha convertido por derecho propio en nueva especie de la avifauna española, aunque haya sido gracias a la poco recomendable vía de la introducción de aves exóticas. De origen asiático y brillantes colores, como se deduce de su nombre, ha ocupado con éxito un medio nuevo y artificial: los cultivos de regadío. La abundante presencia, en estos ambientes, de agua le permite criar en fechas atípicas para nuestra latitud, siguiendo el ritmo de los monzones de su distribución original.
El bengalí rojo se caracteriza por su tamaño diminuto y por su intenso color rojo. El macho en plumaje nupcial luce color rojo carmín en la cabeza y el cuerpo, con lunares blancos en el pecho, los flancos y el obispillo. En ocasiones, las zonas superiores muestran cierto tinte verdoso. Posee alas pardas, con las puntas de las plumas blancas, vientre pardo oscuro y cola negra. El pico exhibe un intenso color rojo, lo mismo que el iris, siendo las patas de color rosa. Fuera de la época de cría, el macho presenta un plumaje más apagado, similar al de la hembra, único caso en la familia de los estríldidos. La hembra tiene en todas las estaciones, al igual que el macho fuera del periodo reproductor, las partes superiores de color marrón liso, las inferiores de un tono pardo grisáceo y el obispillo rojo, y su plumaje puede estar salpicado con algunas motas blancas. Su pico es de color rojo apagado, y en la cara exhibe un marcado antifaz oscuro. El plumaje juvenil coincide con el anterior, salvo por la ausencia de rojo en el obispillo. La presencia de grupos de 10-25 ejemplares, que lanzan frecuentes reclamos y realizan vuelos muy rápidos y directos, resulta muy característica de esta especie.
Se considera que la subespecie amandava es la presente en España, donde solo ocupa la Península. Las primeras citas se remontan a 1973, en Madrid, y 1981, cuando cría en Badajoz. Desde entonces ha ido ampliando progresivamente su área de distribución, proceso que parece continuar. El bengalí rojo ha sido detectado en 14 provincias, con las mejores poblaciones en Extremadura (vegas del Guadiana, Alagón y Tiétar). Otros núcleos estables se localizan en Madrid (Tajo y Jarama), Granada (Motril y Salobreña), Málaga (Guadalhorce, Vélez) y Sevilla (marismas del Guadalquivir), existiendo además citas de escapes y reproducción puntual en otras provincias. La especie aparentemente ha desaparecido en gran medida de los humedales costeros del Levante, donde antes se hallaba extendida, aunque escasa.
Guía de Aves de España©SEOBirdLife
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